Nos alejábamos, ya no hablábamos y había ocasiones en que no sabía nada de ti, y yo lloraba porque sabía que era el final, me diste pistas pero no lo supe descifrar.
Habíamos terminado una semana antes del 21 de febrero, me dijiste que ya no estabas seguro de querer continuar con lo nuestro, y yo no cuestione tu decisión, te había prometido que jamás te pediría que te quedarás, y a pesar de que yo deseaba que lo hicieras nunca lo hice.
Recuerdo perfectamente la última vez que te vi, estábamos en el parque, en el mismo dónde estaba nuestro árbol, yo acababa de salir de la escuela y en mi mochila llevaba algunas cosas tuyas, tu llevabas una también pero con tus cuadernos de la escuela pues después de hablar conmigo irías a presentar un examen.
Nos sentamos en una de las bancas del parque y hablaste.
-Julia yo ya no estoy seguro de continuar con lo nuestro y tengo tantas cosas en que pensar que debo darle prioridad... -
Era obvio... Yo no estaba en tus prioridades
Tome tu mano y la apreté fuerte
-Te entiendo, pero quiero que sepas, que eres lo más bonito que me ha pasado y de todo corazón quiero decirte que siempre estaré contigo, ¿lo sabes no? -
-Lo sé Julia, siempre has estado conmigo no dejaré de agradecerte nunca-
-Siempre te voy a querer, siempre y pase lo que pase nadie puede quitarte lo que yo siento por ti.- dije casi en un susurro, mientras me aferraba a tu cuerpo.
Nos miramos y entonces supe que no había marcha atrás y sin querer yo ya estaba llorando, sentía un nudo en la garganta y me dolía mucho el pecho, cuando volviste a hablar.
-¿Julia puedo abrazarte, una última vez?-
Te abracé de nuevo y te sujeté fuertemente, no quería dejarte ir, y entonces por un último instante, fuiste solo para mí.
-¿Puedo pedirte un favor? -dije
-Si-
-Cierra los ojos -
Los cerraste y entonces te besé, fue un beso de despedida, sabía a lágrimas y a melancolía, pero lo necesitaba, porque era el último.
Me besaste en la frente y me pediste que me cuidara, después yo te pedí lo mismo y caminamos hacia la salida del parque.
Entonces te grité
-Aguirre, algún día te vas a casar conmigo!!!-
Ambos reímos.... Y todo se acabó
Tenía ganas de no dejarte ir, caminé en sentido contrario al tuyo y cuando puede ver como te alejabas yo seguí mi camino.
Lloraba al caminar y no podía dejar de hacerlo, mi mundo se detuvo en ese momento, y yo no tenía fuerzas para seguir, aún así caminé hasta llegar a mi casa, sin ánimo alguno.
Comenzó a llover y no me preocupe en cubrirme de la lluvia, nada importaba, nada.
Llegué a mi casa y al verme, mi mamá lo supo todo, me abrazo y saco del refrigerador un bote de helado de yogurt.
Lo termine ese mismo día entre sollozos y una película de amor.