Pensé que después de eso todo sería más fácil, pero no fue así, Ivonne no dejaba de buscarte y te lo juro que la entendía, pero también tenía miedo de que cambiarás de opinión, pues algo era muy cierto, tu llevabas una relación de dos años con ella, en cambio conmigo, tenias un muy buen trato de compañerismo, no era mucho a mi favor.
Los siguientes días, puedo resumirlo en llanto de parte de los tres, ella lloraba porque la estabas dejando, tú porque no estabas seguro y yo porque quería que lo estuvieras...vaya que drama no nos faltó.
Dudabas mucho o al menos eso creo yo, pero no me importaba yo esperaría a que estuvieras seguro, si dos años pasaban volando, que no pudiera esperar unas semanas ...
No querías lastimarla, y eso me hizo amarte más, tus sentimientos eran similares a los míos, no queríamos lastimar a nadie, tan solo queríamos hacer lo correcto.
Ivonne me odiaba, pues se corrió el rumor de que en la fiesta de Rebeca, a la cual no fue invitada, tú y yo nos habíamos besado, pero no, eso nunca pasó, porque ambos sabíamos que estaba mal, sin embargo, a mi me conocían como la rompe corazones gracias a ella.
Entendía a Ivonne, en verdad que lo que le estaba pasando era espantoso, pero no tenía porque decirle a los profesores que la mala Julia del cuento, le había robado algo suyo...
Nadie es de nadie...
Estábamos en el salón, totalmente vacío y entonces pensé.
Si tú volvías con Ivonne yo jamás volvería a hablarte, en primera porque no estaría cómoda con eso y en segunda, estarías loco si pensabas que ella te dejaría hablarme a mi... Ja.
Solo estábamos tú y yo y sentí tanta tristeza, quería estar contigo, pero nada era seguro, solo lo que en ese momento podíamos llamar ahora.
—Aguirre!
—Si ?
—Cierra lo ojos
—¿Qué?
—Cierralos por favor
Me miraste y sonreíste pero poco a poco hiciste lo que te indiqué.
Estaba nerviosa pero me fui acercando poco a poco más a ti, tomé tu mejilla y te besé, te besé como lo imaginé.
El mundo se detuvo por minutos, y correspondiste mi beso...
Yo sabía que eras tú a quién debía darle el primero, te pertenecía desde hace tanto. Estaba tan feliz que el cosquilleo en mi estómago no dejaba de agitarme.
–¡¡Julia y Aguirre se están besando !!–
Ambos miramos y Valeria estaba en el suelo, se cayó de la impresión.