Había leído muchas novelas de amor a lo largo de mi adolescencia y cuándo se hablaba de un beso se describía como algo mágico, subías al cielo y podías tocar las estrellas una por una, con el simple roce de tus labios con la piel del ser amado pero eso es mentira, cuando yo te bese no subí al cielo, tenía los pies en suelo y no había otro sitio en donde yo quisiera estar, no deseaba tocar las estrellas y mucho menos subir a ninguna parte, solo quería sentir el calor que provenía de ti, ese que tú desprendias con cada beso y solo en tus labios lo podía conseguir.
Yo sabía que no era la primera chica a la que besaste, entendía que yo no era la primera que te gustaba, pero si algo puedo asegurar, esque fui la que te amo más y soñó tanto ese beso, que se hizo realidad.
Todo mi grupo corrió a ver lo que pasaba, mis mejillas estaban encendidas en color rojo, me moría de la vergüenza, pero no bajé la cabeza jamás me arrepentí de haberte besado ese día y no lo haría nunca.
Teniamos examen de Química después de ese pequeño tiempo libre en dónde te besé, reprobé, estaba tan nerviosa que me falló todo el cuerpo, ¿Puedes ver todo lo que causabas en mi?
Los días pasaban y tú y yo no hablábamos, en verdad te veía muy inseguro, habías besado a Ivonne afuera de su casa, pues ella necesitaba conversar contigo, saberlo me dolió mucho, pero al menos tendría la satisfacción de que mi primer beso, fue con la persona que yo elegí y en el momento en el que más lo deseaba, si tú decidias quedarte con Ivonne yo te entendería y te dejaría en paz para siempre.
Estábamos en casa de Alejandra, María, Monserrat y yo, la verdad todas eran más amigas de María, pues se conocían de más tiempo, pero estar con ellas era sumamente interesante y divertido, así que cuando Alejandra nos invitó a su casa no tarde en decir que si.
María era tu mejor amiga, en realidad lo sigue siendo.
Le llegó un mensaje tuyo a María ¿Lo recuerdas?
—Maria!! Ya se lo que quiero
—Si termine a Ivonne, fue porque quería algo con Julia, eso es lo que quiero, estar con Julia
Todas leímos tu mensaje y yo salte de la cama de Alejandra, baile reí y grité lo mucho que te amaba, al final haberle pedido a las uvas si estaba funcionando.
