Iríamos al parque de diversiones juntos y está vez tú irías conmigo.
Nuestros labios, cada vez encajaban más, al menos así lo sentía yo, era una sensación extraña y algo confusa, pero me gustaba demasiado porque cada vez que te besaba me eran más familiares tus labios, y me era más difícil separarme de ellos y de ti.
En cada juego tomabas mi mano, y para evitar que yo me pusiera nerviosa, cantabas para mí, ¿Qué canción? mi favorita," La magia", ya te la habías aprendido completa.
Todo el mundo pensaba que llevábamos mucho más tiempo de novios, pero no en realidad apenas teníamos un mes, aunque por la manera en que nos tratábamos y lo bien que nos conocíamos parecía lo contrario.
Nos subimos a todos los juegos extremos que pudimos, nunca me dejaste sola ni por un momento lo hiciste, me besaste en cada uno y eso me ayudó a perder el miedo, grité mis sentimientos, grité mi felicidad y le conté al viento, que tú eras mi sueño.
Natalia nos tomo una foto, quién diría sería lo único que me quedaría de ese día, bueno al menos sería para siempre.
Me besaste enfrente de la montaña...