Íbamos a ir a Cuernavaca juntos con mi familia, mi madre ya te conocía pues no había día en que no hablara de ti y le agradabas mucho, por otro lado, mi padre no estaba muy contento con eso y mi hermano mayor menos, pues decía que yo era la bebé de la familia y estaba muy chica para tener novio, sin embargo, nadie dijo nada y mi hermano no iría con nosotros, así que tuviste mucha suerte, además porque mi padre no te interrogó.
El camino en carretera fue corto, pero lo más gracioso de todo, era que yo intentaba acercarme o recargarme en ti y tu te alejabas rapidísimo pues asegurabas que mi padre te estaba observando por el retrovisor del coche, pero al notar que yo no me alejaba, cerrabas los ojos para fingir estar dormido.
Habíamos pasado la tarde en la alberca, yo te estaba enseñando a nadar ya que no sabías hacerlo, mi hermana igual le estaba enseñando a su novio y nos pareció buena idea hacer una competencia, para ver quién aprendía más rápido, y ganaste tú.
Te cargué en la alberca, pues bajo el agua todo es más ligero, incluso los besos.
Ya era de noche y ambos estábamos en el jardín, puse música y tú me abrazaste sonó una canción lenta, aún recuerdo cuál... bailamos juntos aunque no sabíamos muy bien como, éramos tú y yo, pues mis padres y mi hermana estaban en la casa.
Todo estaba obscuro, pero no tuve miedo, pues yo sentía tu calor y al besarte se disipo cualquier rastro de inseguridad en mi.
—Te amo Julia— susurraste en mi oído
— ¿Me amarás siempre? — pregunté
—Siempre
Deseaba estar contigo toda la vida, pero no, no debía...
Nos abrazamos en el sillón a la hora de dormir y tú por primera vez me viste en pijama, la cual era de panda, hecha con una tela demasiado suave con partes blancas y negras, así que desde ese día, deje de ser Julia y me llamaste pandita
Hicimos de todo esa noche, jugamos cartas, comimos grajeas de Harry Potter y no olvides que nos pusimos mascarillas, pero hacer cualquier cosa era especial a tu lado.
Te abrace antes de ir a dormir, y te di un beso en los labios, deseaba dormir abrazada a ti...
Y aunque por un instante, nos quedamos abrazados en silencio no pude quedarme así.
Recuerdo perfectamente que te di una cobija color verde para taparte en la noche, después de que la usaste la guarde en un cajón, cada que visitaba aquella casa usaba la cobija, jamás dejaría que la usará alguien más, sólo yo, porque tal vez tú presencia aún estaba ahí.
Recuerdas mi lista de verbos en inglés?
Tu me ayudaste a estudiar durante ese fin de semana, pues tenía examen.Poder escucharte leer cada verbo me daba tanta confianza, que a pesar de que me equivocara, mirarte, calmaba mi ansiedad, y me daba una tranquilidad casi perfecta, solo tú me hacías sentir así, yo podía dormir, y soñar contigo con tan solo escucharte hablar, oírte decir, te amo.