Es hora de hablarte de Diego.
Se había vuelto uno de mis mejores amigos, simplemente pasar un rato con él era únicamente reír, ¿sencillo no lo crees?
A Diego le encantaba ir a las fiestas de la radio y siempre juraba que me iba a llevar, aunque nunca fuimos.
Diego y todos en el grupo ya sabían de mis sentimientos por ti, pero no me molestaba platicar con Diego, Villanueva y Gael de eso, en verdad ellos me daban buenos consejos pero todos implicaban un "No sigas Julia olvídalo, o te vas a lastimar"todo el mundo pensaba que era imposible que tú sintieras lo mismo por mi, pues nunca dabas señales de algo más.
En fin, Diego siempre intentaba hacerme reír y me puso uno que otro apodó, mi favorito era "súper chinos" gracias a mi cabello rizado, el cual ya había optado por dejar de amarrar.
Era hora del almuerzo y mis amigas y yo estábamos adentro del salón, cuando entraste tú con Ivonne atrás de ti, tomaste asiento e Ivonne se sentó en mi silla, la besaste...y algo dentro de mi se rompió.
Alguien tocó mi hombro y cuando gire mi cabeza, ahí estaba Diego me guiñó un ojo y me saco de ahí, abrazándome.
Sabía que verte con Ivonne de cierta manera me lastimaba, pero siempre me hacía reír y evitaba a toda costa que yo los mirara.
Ya en el patio yo aún estaba muy seria pero Diego sacó un dulce de fresa de su bolsillo y me lo dió.
Sonreí y lo metí a mi boca, regresamos al salón juntos y tú nos miraste serio Aguirre, me senté de nuevo en mi silla, y te acercaste a mi cuello, suspiraste, tocaste mi hombro era extraño pero sentía que deseabas disculparte conmigo,a veces solía pensarlo.
No podía enojarme contigo y eso como me enfadaba, no importaba que tan mal me la hubiera pasado antes viéndote con Ivonne, pues cuando entrabamos al salón de nuevo solo estábamos tú y yo, no existía nadie más.
Aunque aún tenía ese dulce de fresa en mi boca.
