Capitulo 24

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Lauren POV

Cuándo desperté me sentí desorientada, no reconocía la habitación en la que estaba. Talle mis ojos para mirar mejor hasta que caí en cuenta que no estaba en casa si no en Miami con mi hermana y mi madre.
Hablando de ella, estaba a mi lado también durmiendo sujetando mi mano en su pecho, tantee su rostro con delicadeza para no despertarla, sus arrugas eran notorias pero su piel seguía igual de suave.

Revisando mi celular eran cerca de las 7 de la noche. Me levanté despacio para que no se despertara y salí de su habitación. Baje a la segunda planta donde había mucho movimiento, en la sala estaba encendida la televisión con las caricaturas puestas, una pequeña niña se encontraba sentada en el piso con juguetes alrededor. No quería asustarla por eso me fui acercando despacio hasta que me miro, no logré mi cometido porque empezó a hacer pucheros, signos de querer llorar.

–Hey no no, no llores.– Peor aun, se soltó en llanto y yo no sabía cómo calmarla.

–¡Ma....ma!– La pequeña grito y yo me aleje un poco para dejar pasar a Tay quien la cargo tranquilizándola.

–Lo siento, no quería...–Trate de excusarme mientras la niña dejaba de llorar.

–No te preocupes, está bien. Es la primera vez que te ve en persona.– Se acercó con la pequeña en brazos e hizo que me mirara.– Mi amor, es la tía Lauren.

–Lau...Laulen.– Sonreí como idiota al escucharla.

–Hola.– Tome su pequeña manita para acariciarla.

–Ella es mi hija.– Dijo con orgullo mi hermana sonriendo.– Es tu sobrina, Michelle.

Mi sonrisa de idiota no se borraba por nada del mundo, mi hermana había salido adelante sola a pesar de los tantos problemas con los que se tuvo que enfrentar. 
Tenía una pequeña princesa digna de los Jauregui, portaba los mismos rasgos que mis hermanos y yo cuando éramos bebés a excepción de mi, que sus ojos tenían un color café oscuro.

–Hay cariño.– Abrace a ambas.– Por cuánto has pasado sola y sigues manteniendote de pie y ahora con una pequeñita.

–Ella fue el motivo para nunca darme por vencida.– Me dejó que la cargará aunque yo tenía miedo, hace mucho tiempo que no sostengo en mis brazos a un niño.

–Es hermosa, igual a su madre.– Michelle tocaba mi rostro con sus diminutas manitas, jalo mis mejillas y enredaba mi cabello en sus deditos.– ¿Y el padre?

Se quedó en silencio por un momento, viaje mi vista hasta sus manos por si había alguna alianza pero no había rastro de ello.

–Soy madre soltera.– Señale el sofá en forma de L de cuero para que nos sentamos con mi sobrina en mis piernas.

–¿Qué pasó?

–Conocí a Logan en Alemania.– Dió a conocer el nombre del que supuse era su ex.– Viaje por negocios y el es hijo de uno de mis socios, salimos durante mi estancia en Múnich, cerca de tres meses. Era un chico atento y muy respetuoso, me cautivó al instante. En  mi último día en ese lugar tuvimos relaciones, nos cuidamos pero quede embarazada aún así.– Michelle se bajó y siguió prestándole atención a sus dibujos animados.– Cuando me enteré, créeme, me sentía la mujer más feliz del mundo, pensé que podría convencerlo de mudarse aquí y formar una familia, que ilusa fui.– Tome su mano para darle mi apoyo.– Viajo para verme y en el momento en que le conté sobre el embarazo me dijo que era mentira, que ese hijo podía ser de otro y que no me quería volver a ver.

– Que imbécil.– Me llene de ira, ahora un bastardo había dejado abandonada a mi hermana.

– Después de eso, seguí adelante. Iba a tener a mi bebé y era lo único de lo que debía ocuparme.– Explicó mirando a la pequeña que seguía metida en su televisor.– A partir de ahí solo me enfoque en mamá, mi hija y yo.

Que Hubiera Sido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora