—¿Por que no me buscaste?— pregunté mientras caminabamos por el parque de diversiones.
Así es, vinimos a pasar el resto de la tarde.
—Lo intenté— me miro serio —Unos meses después de que te fuiste, mis padres querían que estudiará en el extranjero, vine a Estados Unidos y estuve un año, te busqué por cada rincón pero no había señal, en las carreras nadie te conocía, encontré a tu hermano— lo mire sorprendida—De forma indirecta le pedí su dirección, intente seguirlo pero no pude, él se daba cuenta y me odiaba porque sus amigos lo hacían. Después de eso, mis padres insistieron en que se querían ir a vivir a París y me obligaron ya que era menor de edad.
—¿Y como me encontraste?
—Hace poco me comuniqué con Marcus y Joshua, me dijeron que te vieron por Londres y decidí buscarte otra vez, aunque con más suerte.
Marcus y Joshua eran los perros falderos de Allen, no me llevaba bien con ellos, me ignoraban y mantenían en secreto nuestra relación. Ellos me vigilaban desde lejos, Allen siempre tenía problemas con otros grupos y me mantenía oculta y protegida por mi seguridad. Nadie sabía de mi.
—Yo no los ví a ellos— susurre.
—Ese es su trabajo— me guiñó un ojo —Tambien dijeron que te vieron acompañada de alguien.
—Patrick— sonreí —Es como un hermano para mi, pasamos las vacaciones juntos.
—Nunca me imaginé que dijeras eso de él— susurro aunque pude oírlo.
—¿Que dices?
—No, nada— sonrió tranquilizandome —Juguemos a este.
Señaló un juego donde te daban tres aros y tenías que meterlos para ganarte un peluche.
—Por supuesto— estoy algo oxidada con estas cosas.
Allen pago para ambos, siempre lo hace aunque sabe que tengo mucho dinero.
—Las damas primero— hizo una reverencia.
Tiré el primero y falle, mierda. El segundo y tercero entraron pero no gane.
—Mala suerte, señorita Madison— empezó a reír.
—A que tu fallas dos— lo mire desafiandolo.
—Comprobemos esa teoría— se concentró en el tiró y metió el primero.
—Suerte de principiante— susurre y él largo una carcajada sarcástica.
Tiró el segundo e igualmente metió —¿También es suerte de principiante?— pregunto burlón.
—Callate y tira el otro— él seguía riendo y mirándome. Lanzó el tercero sin despegar su mirada de mis ojos y atinó —¿Como hiciste eso?
—Soy muy bueno— se encogió de hombros.
—Felicidades ¿Que premio quiere?— pregunto el vendedor.
—La tortuga— señaló a un peluche enorme —Ten— me la entregó —Sabia que quedaría muy cliché si pedía el panda.
—Exacto, pero me gusta mucho— abracé a mi peluche —¿Te puedo preguntar algo?— empezamos a caminar.
—Ya lo hiciste— rodé los ojos —Pero puedes hacer otra.
—¿Como hiciste para encontrarme?
—Antes que nada, debes saber que perdí mi celular al mes de que te fuiste y no supe a quien pedirle tu número— asentí, eso explica mucho —Cuando vine por primera vez aquí, tú estabas oculta o no lo sé, no te encontré, la segunda vez fue más fácil.
—¿Por que?— pregunté curiosa.
—Porque todos conocen a la chica que vive con los Zetas— me miro divertido —Siempre fuiste una chica con promedio alto pero nunca del tipo que se deja humillar, así que no estaba seguro de que fueras tú y tuve que averiguarlo.
[...]
Después de estar conversando decidimos volver, su auto estaba en el estacionamiento de la universidad así que fuimos hasta ahí para buscarlo, después me acompañó en su vehículo hasta mi fraternidad.
—Supongo que te veré mañana— dijo bajandose y caminando a donde yo estaba.
—¿Me lo prometes?— pregunté cómo una niña pequeña.
—Te lo prometo— me dió un abrazó al cual correspondi —No sabes cuánto extrañe a mi mejor amiga.
—Yo también te extrañaba, idiota.
—Siempre tan amorosa— empezó a reír contagiandome.
—Gracias por la tarde de hoy, fue genial— le sonreí.
—Gracias a ti por acompañarme— se encogió de hombros —Tenia que preguntarte algo pero no creo que sea el momento.
—Vamos dime— lo anime.
—¿Estas saliendo con Logan Morgan?— pregunto serio.
—Es complicado— baje la cabeza —No somos novios pero hay algo entre nosotros.
—¿Tú lo quieres?— levantó mi cabeza —No tienes que sentirte mal al decirme las cosas.
—Si, yo lo quiero.
—Espero que no te haga sufrir— en su voz había un poco de tristeza —Y que seas feliz a su lado— me abrazó fuerte.
—Espero que sí— lo correspondi —Allen, contigo fui muy feliz, quizás no eras el amor de mi vida, pero aún así te amé inmensamente.
—Ahora entiendo lo que dicen, aveces es mejor dejar al amor de tu vida para que encuentre al amor de su vida— sonrió con amargura —Creo que eso estoy haciendo.
—Ya es muy tarde para recuperar lo que teníamos— baje la cabeza —Pero él es sólo un amigo.
—Cualquier persona que viera como ustedes se miran y se sonríen, notaría que eso ya no es amistad— depósito un beso en mi frente —Sigue tu corazón, pequeña.
—Me haría feliz que lograrás lo que querías aunque yo no esté a tu lado— acaricie su mejilla —En otra vida haremos lo que nos faltó en esta.
—Gracias... Gracias por las miradas que alguna vez fueron para mi, por esa canción en esa tarde de septiembre, y por los latidos que llevaron mi nombre, gracias porque en mi corazón quedan muchos con tu nombre.
—Solo espero ser un recuerdo que te haga sonreír— dije con tristeza.
—Siempre serás mi mejor amiga— sonrió con los ojos brillosos —Nunca te dejaré sola.
—Gracias Allen— lo abracé —Nos vemos mañana.
—Nos vemos mañana— guiño un ojo.
Entre a la fraternidad encontrandome con todos los chicos esperándome. Tenían el ceño fruncido pero no me importa, sentía un dolor en mi pecho. Solo quería llorar.
Él me espero mucho tiempo y yo solo le rompí el corazón. Me siento la peor mierda del universo.
—¿Que pasó?— preguntó Logan —¿Por que lloras?
—Soy... Soy una persona horrible— subí las escaleras llorando y me encerre en mi habitación.
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Nadie Se Mete Con La Nerd
Teen FictionMadison Cooper es una chica muy inteligente de 17 años. Ingresa a Stanford y por una decisión de su padre termina por inscribirse en Zeta Phi Beta. Donde están los chicos más guapos, divertidos y mujeriegos. Sin mencionar que son los mas populares d...