¿Alguna vez mencioné el mal humor que tengo cuando no duermo bien?
¿No?
Bueno, exactamente eso tengo ahora.
Son las 7 de la mañana y mis neuronas no funcionan bien.
¡QUIERO DORMIR!
Me levanté como si alguien hizo sobre mi la maldición inferius* y me arrastre hasta el baño.
No tarde mucho, me cambié con la ropa que tenía preparada para ese día, tome mis cosas y salí de mi habitación.
Bien, hasta el momento todo estaba más que bien.
—Si sigues contando moscas se van a despertar los otros y tendremos graves problemas.
—Tienes razón— le dije a Jack — Será mejor que me vaya.
—¿Vamos juntos?— apareció James de la nada.
Si no estuviera acostumbrada a que hiciera sus apariciones como un espectro me daría un paro cardiaco.
—Si eso quieres, sí— respondí con una sonrisa amable.
—Perfecto yo también iré con ustedes— anuncio Jack —Pero vamos a la cafetería antes que muero de hambre.
—Sí— dijimos James y yo al mismo tiempo.
Los tres bajamos las escaleras lo más silenciosos posibles, por lo menos yo si lo hice, a lo que respecta al querido Jack se le dio por estornudar y al otro querido James por un ataque de risa incomprensible.
—¿Puedes decirme porque carajos te estas riendo?— pregunto cabreado Nick que salió caminando de la cocina.
—Es que me imagino la cara de los del otro equipo cuando nuestra broma le caiga encima y no sé, me da mucha gracia, me gustaría ser una mosca en la pared.
No puedo negar que me dio mucha gracia imaginarlo y también quería los mismos deseos de él.
Todos empezamos a reírnos, pero eso solo duro menos de un minuto gracias a que Logan y su forma de arruinar los momentos donde estoy feliz aparecieron bajando las escaleras.
—¿De qué se ríen? ¿De la absurda manera en la que va vestida Madison?
Todos dejaron de reír y sin tener que darme vuelta sabía que en la cara de Patrick, que bajaba junto a su mejor amigo, había surgido una sonrisa burlona.
Mire como iba vestida, un pantalón largo negro suelto, una remera con un estampado que tampoco era ajustada al cuerpo y una camisa a cuadros roja.
Me sentía cómoda y me gustaba, no tenía porque avergonzarme pero en ese momento no pude evitar sentirme mal.
Odio tener ese constante rechazo a mí. Me miro al espejo y me digo "si, te ves hermosa" pero sé que solo me estoy mintiendo a mí misma, y también sé que los demás piensan lo mismo y que cosas como esta pasarían siempre. Porque solo soy esa chica a la que todos pueden humillar, esa que está olvidada por el mundo, la que vive con nervios y miedo a pasar a ser la burla de todos otra vez. Soy esa chica a la que le da vergüenza incluso cuando la nombran. La que tiene sentimientos pero que nunca nadie los tomo en cuenta, teniendo que vivir con la certeza de que si alguien llegara a gustarle nunca le haría caso o incluso ni su nombre recordaría.
Sí, soy esa chica que aun estando con gente conocida no puede ser ella, soy la que dejo de luchar por sus sueños, la que amaría usar tacones y vestirse de princesa pero que siempre lleva deportivas, sudaderas y vaqueros. Soy la que llora todas las noches en secreto, intentando no emitir sonido alguno para que los demás no se den cuenta de sus penas.
Empecé a caminar hacia la puerta intentando no mostrarme débil.
—A veces si eres un imbécil— dijo Jack con desprecio y camino detrás de mí.
Empezó a llamarme pero eso fue sin sentido porque en ningún momento me detuve hasta llegar a mi auto.
—Mad espera— me sostuvo el brazo para que no abriera la puerta —No lo decía en serio.
—Claro que si— mi voz se quebró —Yo no soy linda, no tengo lindo cuerpo, no tengo linda sonrisa, no hago nada bien… yo… no sé qué hago en esta vida sinceramente.
Lágrimas rebeldes brotaron de mis ojos mientras me desprendía del agarre.
—Sabes que eso no es verdad— habló despacio.
—No, no lo sé— él me miro fijo —Ese es mi maldito problema.
Subí al auto y comencé a conducir sin un rumbo fijo. Pero eso solo duro poco cuando frene de golpe y con fuerza puse mis puños sobre el volante.
Creía que todo estaba bien pero al parecer y como siempre, me equivoque y volví a caer, volvieron las lágrimas y el dolor en el pecho, volvió el nudo en la
garganta y como olvidarme de las ganas de morir que parecen no quererse ir.A gente como yo, de pequeños nos prometen que los sueños se volverían realidad, pero a veces se les olvida el pequeño detalle de avisarnos que las pesadillas también son sueños y que también pueden cumplirse.
[...]
Llegue a la cafetería y para mi desgracia estaba todo mi equipo reunido en la mesa que siempre usan.
Ignore completamente sus miradas y me senté en una mesa lo bastante separada de la suya.
Aunque mi paz duro poco la disfrute, a quien puedo engañar, no tuve ni un momento de paz.
Logan camino con su bandeja hasta donde yo estaba y se sentó.
—Ten, deberías comer— Me ofreció su bandeja donde había un sándwich de jamón y queso y un baso de café.
—No tengo apetito— mentí, la verdad era que moría por comer algo.
—Sueles ser orgullosa— sonrió.
Esa perfecta sonrisa…
—¿Nunca te enseñaron que no debes aceptar nada del enemigo, mucho menos su comida? Porque a mí sí.
—¿Me consideras tu enemigo, Madison?
—No, para ser enemigos deberíamos estar al mismo nivel, pero es obvio que no estoy al tuyo— lo mire fijo —¿No lo crees, Logan?
—Si tú lo dices, quizás sea verdad— esquive su mirada —Pero solo quizás— esta vez lo mire fijo —Come.
—No me gustan las órdenes— proteste.
—Y a mi no me gusta que no me hagan caso, ahora come.
Lo mire mal, muy mal. Tome el sándwich y lo mordí, él sonrió satisfecho.
—Perdón— levante mi cabeza rápidamente, casi me atragante, esto debía ser una broma —No me mires así, sé que estuve mal y quería disculparme.
Seguí mirándolo raro. Logan disculpándose.
Debe ser una jodida broma.
Lo sé.
—¿Y? ¿me perdonas?
—Yo…
No pude terminar la frase pues la risa de todos los presentes no me permitieron.
Mire de donde provenían las risas y eran de la puerta.
Demonios...
********
Maldición inferius: maldición hecha por un mago tenebroso que hace que los cadáveres humanos sean poseídos mediante una magia oscura para hacer lo que el mago quiera. Aparece en Harry Potter.
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Nadie Se Mete Con La Nerd
Teen FictionMadison Cooper es una chica muy inteligente de 17 años. Ingresa a Stanford y por una decisión de su padre termina por inscribirse en Zeta Phi Beta. Donde están los chicos más guapos, divertidos y mujeriegos. Sin mencionar que son los mas populares d...