03. Esa Fotografía...

836 92 27
                                    


Capítulo 3

3| Esa fotografía.

IVÁN

De todas las personas que imaginé encontrarme, nunca hubiera imaginado a Isaac. Un tipo grande y musculoso, organizador y reclutador de peliadores.

—Vaya, vaya. Iván el pillo ricachón. No vendrás de otra pelea clandestina... ¿O si? — su tono no me gustaba para nada. —¿Por qué no volviste al club? Sabía que nos habías traicionado.

—No, no todo es sobre peleas clandestinas. Me pelié con un tipo que quería robarme el celular—inventé mirándolo intensamente. —Además, ya me retiré de ese ambiente.

—Bien. Claro, te creo— hizo una pequeña pausa arrugado su nariz. — Tal vez el tipo que intentó asaltarte quiera unirse al club. Aunque siempre me pregunté. ¿Por qué no te despediste? — alzó una ceja. Me acusaba con su mirada y yo de él no me fiaba ni un pelo. Al parecer el tampoco se fiaba de mi.

— Asuntos personales. Lástima que no nos podamos quedar a charlar un rato más, debo irme. — saqué la playera limpia de la mochila/ maleta que improvisé, me vestí y me colgué la mochila del hombro.

Isaac que me saca una cabeza interpuso su brazo entre la puerta y yo. Lo miré retante apretando la mandíbula.

—Te conozco y sé que mientes...

Me acerque a su rostro y odiandolo por intentar hacerme sentir miedo, solo hay una persona a la que le tengo miedo y este tonto no es uno de ellos, le susurré; — Ya, si tanto me conoces, estas consiente de que te puedo partir la cara a la hora que me de la gana.

Isaac borró su semblante burlesco y quitó el brazo. Pero antes de que saliera del baño tiró de mi mochila.

— Yo que tu me ando con cuidado, Iván. — dijo seriamente.

Oh genial.

Mas problemas. Al salir del baño de la gasolinera. Un grupo de musculosos abordaban una camioneta y sabía que eran del club de peleas clandestinas o mejor conocidos como "warriors".

Y de nuevo el estúpido sentimiento de miedo se apoderó de mi. Como odio sentirme así. Isaac subió a la camioneta sin perderme de vista. Se detuvieron frente a mi y arrojaron unos bóxer con mi nombre y número bordados prendidos en fuego. Luego aceleraron y finalmente se fueron.

Me metí en la tienda de comestibles a pedir un taxi y comprar botanas para el camino, sabía exactamente a donde quería ir.

[***]

Una vez en la estación de trenes mi teléfono vibró y al ver el nombre de mi padre en la pantalla inmediatamente colgué la llamada y bloqueé su contacto.

Compré el boleto del tren y fui a sentarme a esperar la hora de partida. Tenía que viajar a la ciudad del estado vecino. Mi teléfono volvió a vibrar pero esta vez de un número desconocido. Acepté la llamada con desconfianza y me quedé callado a escuchar quien era del otro lado de la línea.

— Iván...—la voz gruesa de mi padre me hizo enfurecer.

— Que no me busques cabrón. No quiero saber nada de ti. —colgué la llamada y me aferré al folleto guía de los recorridos que hacía el tren pretendiendo que lo miraba escondiendo el rostro para que no me vieran derramar un par de lágrimas.

Eres un crió llorón. Decía mi mente con la voz de mi padre.

Resoplé y puse mi rostro entre mis manos.

—Estoy jodidisimo —susurré para mi mismo.

Ya era hora de subir al tren y así lo hice, me senté del lado de la ventana, como siempre me ha gustado y me coloqué los audífonos. Un niño que pasó con su madre se me quedó viendo.

—Mira, mamá. Ese señor se pegó en el ojo. —susurró pero alcancé a escucharlo.

¿Señor?

¡Señor, dios padre!

Vislumbré a un hombre que era igual a mi padre buscando entre las personas. Me agaché lo más que pude para evitar que me viera.

Fueron los 5 minutos más largos de mi vida y no se como explicar el alivio que sentí cuando el tren se puso en marcha.

— Hola— saludó una señora bastante mayor que apenas veía con sus enormes gafas. —¿se puede, muchacho?

— Si... —la señora se sentó y se me quedó mirando de manera extraña, luego se acomodó, sacó su estambre y comenzó a tejer.

Me estaba quedando dormido, cuando a la anciana se le cayó el bolso. Pensé que sería muy grosero de mi parte dejarla a que se agachara y con lo poco que veía. La bolsa estaba llena de hilos y una cartera, que al momento de caer se abrió dejando sueltas algunas monedas y dos fotos pequeñas. Al estarlas guardando, me quedé en shock.

Ese rostro...
Esa fotografía...

No puede ser.

N/a:

A donde creen que irá este niño? Quien será el/la de la foto de la anciana? :0

Espero que les guste. Lo hice con amor para las lindas personas que votaron en los capítulos pasados. Son las primeras lectoras de esta historia❤️.
Como siempre, gracias por leer!

Comenta, comenta, comenta y no te olvides de votar.

Las amito❤️.

Serendipia I [El Secreto De Julia] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora