Serendipia I [El Secreto De Julia]

23. Expulsado

Capitulo 23

23|Expulsado.

IVÁN

Cisco seguía esperando una respuesta, aún no se lo podía creer.

—Para empezar ¿a ti que te importa lo que yo haga? —escupí enojado— segundo; aún no he tomado la decisión —Miré al piso.

—¿Por qué no nos habías dicho? Tu padre irá a prisión —habló. Estaba consciente de que aún era de madrugada y que a las 9 tenía que ir al despacho del director.

—Si te sirve de consuelo, tu tampoco me contaste lo de Ainhara —su semblante cambió totalmente, Cisco estaba lo que le sigue de perplejo.

—¿Quién chingados te dijo eso?... Okay, ese no es el punto. ¿Firmarás la testificación a favor?

Me senté en la cama agobiado.

—No sé qué hacer —confesé, llevé mis manos hasta mi cabello y lo revolví.

—Creo que es bastante obvio, debes decir la verdad. Ha sido un infierno para ti y todo es por culpa de ese loco... Y ahora hasta piensas defenderlo —Cisco y sus sermones, nunca me gusta escucharlos, pero casi siempre tienen razón.

—Ha cambiado algo...

—¡Por conveniencia! Si no te convence de que cambió, no estaríamos teniendo esta conversación. Esta manipulandote —advirtió.

—Basta. Cisco, tu no entiendes...

—Si lo hago...

—¡Que no, puta madre! ¡¿Que díablos voy a hacer yo solo? Mi madre murió, mi padre, un gilipollas, pudriéndose en la cárcel! ¿Y yo? ¿Que pasará conmigo? Seré el pobre Belikov, huérfano y sin un centavo.

—No estás solo, Iván. Estamos nosotros, siempre te hemos apoyado y hemos soportado tu mal húmor y todos tus caprichos, pero aquí seguimos. Y hablo por todos al decir que no te dejaremos solo —me sonrió.

—Bueno... ¿Ahora nos abrazamos como maricones o nos damos la mano como hombres de pecho peludo? —pregunté con un deje de broma.

—La mano estaría bien —ambos estiramos la mano y la estrechamos— Oh, ven acá machorro —nos dimos un corto abrazo.

[***]

Durante el desayuno, Camila y Diego seguían descansando en cama, el doctor de cabecera llegó al momento que caminábamos al comedor.

—Pobres —dijo Ainhara mirando hacia la puerta de enfermería, que quedaba al final del pasillo.

—Se creyeron Sherlock Holmes, espero les sirva de lección —comenté vagamente. Ainhara rodó los ojos y Dimitri se aclaró la garganta.

—¿Que te dijeron ayer? ¿Te descubrieron? —preguntó Dimitri, mientras tomábamos algo de fruta de la barra, asentí antes de sentarme en nuestro lugar habitual.

—Y... ¿Que pasó? —cuestionó Cisco antes de tomarse el jugo.

—Me expulsaron —dije masticando con calma un pedazo de melón.