36. El Enfermo Profesor.

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Capítulo 36

36|El Enfermo Profesor.

IVÁN

Hijo de la gran puta.

El profesor Pedro, se encontraba hablando por teléfono.

—Si no lo haces, despidete de... —decía, pero se calló de inmediato, al escuchar la puerta, que por accidente moví de más y rechinó. Volví al pasillo y antes de que me pillara, doblé la esquina. Volví apresurado a la habitación, encontrándome con Camila.

—Me colgó —comentó.

Es el, es Pedro. Es un capullo.

Sé quién es —le dije. Justo entraba Cisco hiperventilando, intentando recuperar el aliento. Camila aún me veía ansiosa.

—No... Encontré... Nada —jadeó entre respiraciones.

—Iván sabe quien es —informó Camila. Cisco se giró a mirarme perplejo.

—Pedro, el profesor de artes marciales mixtas —hablé con un deje de coraje. Me enfermaba pensar que uno de los profesores más emblemáticos de la escuela hiciera esta clase de cosas y cayera tan bajo.

—¿Que ? —cuestionaron al unísono.

—le vi hablando en su habitación. Estaba amenazando a alguien. Colgó en cuanto escuchó su puerta rechinar... Vamos con la policía, lo tenemos —finalicé caminando a la puerta.

—¿Estás loco? —Cisco me detuvo, fruncí el seño y esperé su explicación para llamarme loco— Necesitamos más pruebas para avisarle, puede ser cualquiera... Necesitamos atraparlo con las manos en la masa.

—Si idiota ¿Y que sigue? Jugar a los espías y seguirlo vestidos de negro ¿No te jode? —comenté con sarcasmo.

[***]

¿Como rayos me dejé convencer de esto?

Íbamos Cisco, Camila y yo siguiendo disimuladamente al profesor... Vestidos de licra negra.

—Esto aprieta a mis hijos —me quejé, sintiéndome muy incomodo y ridículo con el traje de gatubela.

—La verdad es que a mi me resalta este lindo traserito —presumió Cisco meneando las caderas. Puse cara de asco— Sé que te enloquezco muñeco —me miró burlándose. Ambos sabemos exactamente lo que significa.

Pasó hace un par de años, había una chica obsesionada conmigo en el colegio, un día recibí una carta. Pensando que era de Camila, me dirigí al lugar donde me habían citado... Y oh sorpresa, se trataba de "Tiffy", una chica de mi curso que le faltaba una tuerca. Me encerró con ella y luego me esposó a ella. Cuando empecé a forcejear para alejarme de ella, me contestó; –Sé que te enloquezco muñeco.
Su rostro me asustó tanto que comencé a gritar por ayuda. Me sacaron del armario esposado a la rara Tiffy. Después de eso, mi padre arregló para que la expulsaran del colegio y que no volviera a esposarme o váyanse a saber que haría después.

—¿Quieres callarte? Ya supera eso —contesté claramente molesto.

—Shhh —Camila nos hizo ademán para cerrar la boca y apuntó a la sala de profesores— Acaba de salir... Viene hacia acá —advirtió, empujandonos hacia atrás.

Serendipia I [El Secreto De Julia] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora