Serendipia I [El Secreto De Julia]

41. Juego Sucio

Capítulo 41

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1|Juego Sucio.

IVÁN

—Dame la maldita foto y te dejo en paz —rechistó furioso.

—No sé de qué foto hablas —dije con dificultad, quedándome sin aliento.

Gruñó y siguió apretando más, yo alcancé con la mano, lo que me parecía un mechero de Bunsen de metal y si no me equivocaba, lo suficientemente pesado.

Lo tomé con astucia y primero lo golpee en el abdomen, este hizo que me soltara.

—Esto es por intentar asfixiarme —le di una piña en el rostro.
Me alejé rápidamente del laboratorio y mejor fui al comedor. Aún sentía mi corazón palpitante y toda mi sangre inyectada en adrenalina.

Al entrar, busqué desesperadamente a Cisco entre todas las mesas, al fin lo encontré y fui a el.

—¿Que te pasa? —preguntó—Mira, si vienes a insultarme porque me gusta Julia, puedes irte a la...

—Pedro casi me asfixia —solté en volumen bajo, en medio de todo el barullo.

—¿Qué? Pero ¿Cómo? O ¿Por qué? —balbuceó sorprendido.

—La fotografía que nos llevamos —admití. Cisco se dio una palmada en la frente.

—¿Te llevaste una fotografía? —preguntó con descepción.

—Si, pero no es cualquier foto... Es una foto de Nora cuando era pequeña y otra de él con su familia...

—¡Devulveselas!

—No me estás escuchando, el tenía en su poder una foto de Nora cuando era pequeña. ¿Por qué la tendría? ¿Y si tiene algo que ver con la desaparición de Nora? Podría ser nuestra única evidencia.

—Podría ser —habló.

—Ahora con más razón, necesitamos ver que había en sus archivos privados —dije decidido. Cisco alzó ambas cejas y se inclinó hacia atrás.

—Casi te mata ¿Aún quieres mas? —preguntó incrédulo.

—Cisco, vale la pena arriesgarnos, además, si estamos en lugares públicos y juntos, no podrá atacarnos... Oh mierda —dije recordando que la fotografía estaba en mi habitación y fácilmente cualquiera la podría encontrar.

—¿Que?

—Vamos —dije poniéndome de pie, Diego, quien estaba con su hermana, también le hice señas de que se acercara— Arriba te explico, Diego. Pero ahora tenemos que ir a la habitación.

—¿Todos? —Diego alzó una ceja, yo asentí.

Nos dirigimos a las escaleras principales a la vista de todos y caminamos a paso rápido hasta la habitación. Entré yo, haciendo el mínimo ruido posible y al emparejar la puerta, lo vi, Pedro estaba frente al ordenador, estaba viendo los videos de Nora. Entramos los tres y nos enfrentamos.

—Largo de nuestra habitación —dije con coraje.

El hizo caso omiso, cerró el computador y lo tomó.

—Deja el ordenador —ordenó Diego.

—Viene Helena —advirtió Cisco.

Efectivamente Helena llegó.

—Se puede saber ¿Qué está pasando? —preguntó observando la escena.

—Pedro estaba en nuestra habitación y... —empecé a explicar.