30. Una Dolorosa Despedida.

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Capítulo 30

30|Una Dolorosa Despedida.

IVÁN


Siete horas antes...

Todos estábamos sensibles, al final, Dimitri había vuelto, pero no parecía muy contento conmigo. Estábamos haciendo los deberes, bastante apurados, pues se acercan los exámenes y vaya que aquí son unos hijos de la chingada.

Les gusta torturarnos con el estudio, que seamos siempre los alumnos más sobresalientes de todo México, que en parte, lo somos. El colegio San Marcos ha ganado una cantidad inmensa de premios, medallas y trofeos, todos en primer lugar. Por lo tanto, si que es difícil estar en esta escuela y no volverte un completo ñoño.

Por suerte tenemos a Cisco y Ainhara. Ainhara tiene beca, así que no le conviene sacar un ocho. Tiene todos los apuntes y trabajos. Nunca se pierde una sola clase.

Francisco, alías Cisco, es un listillo, nos explica todo y aunque no tenga todos los trabajos, siempre saca la calificación más alta de las evaluaciones.

Al final, nos beneficia a todos ser un equipo. Ainhara nos cede sus trabajos, libros y cuadernos y Cisco nos explica, a veces mejor que los maestros.

No es totalmente injusto, pues, cuando nos dejan proyectos o investigaciones, las hacemos entre Camila, Dimitri y yo. A veces.

Sentados de frente, Camila, muerde la tapa de su bolígrafo, sumamente concentrada. Lo preocupante, es que no está pensando en nada que tenga que ver con la escuela.

Aún la extrañaba, pero, no podía obligarla a quererme.

—Camila, ayúdame a buscar unos libros —pedí. Reaccionó cómo pérdida y asintió despistada.

Ambos nos pusimos de pie y subimos a la segunda planta de la biblioteca, de nuevo se quedó mirando los libros con la mirada perdida.
Me acerqué y la tomé de los hombros.

—¿Que te pasa? —pregunté, ella se pasó las manos por la cara y me miró.

—no se que hacer, Iván —aceptó rendida.

—Pues dime que ocurre...

Respiró hondo y me miró.

—Unos chicos se enteraron del trabajo de mi madre... Supongo que la encontraron en algún porn site y la reconocieron. El problema es que me envían amenazas. Si yo no hago lo que me piden, lo divulgaran a toda la escuela —se notaba frustrada y avergonzada, platicar de su madre siempre era un tema delicado. Su voz se quebró y lloró de frustración.

—¿Que te han pedido esos imbéciles? —cuestioné.

—Videos y fotos... Desnuda —dijo antes de romperse por completo— "De tal palo, tal astilla, deja de hacerte la santurrona". Sus mails me enferman —sollozó.

—Deja de llorar, esos bastardos no se saldrán con la suya. ¿Te mandan mails ? —ella asintió secándose las lágrimas—Cisco puede ver desde donde te los mandan. Te juro que les rompo la cara...

—Iván —me interrumpió—Gracias —me abrazó.

—Para eso están los amigos —musité, ocultando todo sentimiento.

Lo único que quedaba eran cenizas, pero, no quita el hecho de que aún significa mucho para mí.

Soy un idiota.

Corté el abrazo y antes de que mi yo idiota confesara sus sentimientos y arruinara todo, salí huyendo.

Ella quiere a Diego, ella quiere a Diego... Diego hijo de puta, ya verás cuando te encuentre.

Serendipia I [El Secreto De Julia] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora