Serendipia I [El Secreto De Julia]

20. La Fiesta De San Marcos (parte 1)

Capítulo 20

20|La fiesta de San Marcos(parte 1)

CISCO

—Hey, Dimitri—lo llamé. Dimitri estaba roncando en la cama de abajo en la litera. Le lanzo mi cojín para despertarlo. Dimitri se levanta de un salto y se golpea la cabeza con mi cama.

Mientras se soba la frente y me maldice reprochando yo bajo de la litera y me visto rápidamente.

—¿Estás loco Cisco? ¡Son las putas 3 de la mañana! —exclamó enojado.

—Cállate— dije lanzandole de nuevo el cojín. —Iván no está en su cama.

—¿Y que? De seguro se fue con Camila, déjame dormir—casi volvió a acostarse, pero lo tomé del pie y lo jalé fuera de la cama.

—Ayer discutieron el y Camila, entérate zoquete— reprendí. Abrí el baúl y efectivamente, la botella de alcohol que guardabamos para ocasiones especiales ya no estaba ni sus cigarrillos.

—Si tenemos que encontrarlo— Dice Dimitri ya más despierto y vistiendose.

—El novato tampoco está, de seguro durmió con su hermana de nuevo.

Salimos de la habitación y nos separamos, yo revisaría en el ala este del colegio y el en el ala oeste.

Caminé por los oscuros pasillos, la madera crujía pero me daba igual.

Si me atrapan, me hago el sonámbulo.

—Iván—lo llamaba en un susurro asomando la cabeza por la puerta de las duchas. Entré y estaba completamente solo y oscuro, prendí las luces y no había rastro de Iván.

Seguí por los pasillos y de pronto se me ocurrió donde podría estar. Siempre que fumaba a escondidas se iba a los baños del tercer piso al fondo. Bajé un montón de escaleras y seguí hasta el fondo del tercer piso, al entrar a los baños el fuerte olor a cigarro y vómito me revolvieron el estómago. Antes de entrar le mandé un mensaje a Dimitri para que viniera.

Al iluminar los baños, Iván se encontraba tirado en el piso durmiendo, lleno de vómito y otros líquidos sospechosos.

Que asco.

—Esta vez me debes una—musité para mi mismo y darme valor de acercarme. Dimitri llegó a ayudar. Ambos lo medio limpiamos con papel higiénico, le quitamos la camisa y los pantalones y lo arrastramos a las duchas que están a un lado de los baños. Lo puso en un cubículo y encendidos la regadera, en cuanto el agua helada tocó su cuerpo se levantó lentamente con los ojos achinados e hinchados.

—¿Hola? —preguntó al ser empapado y miró a su alrededor confundido. El agua se empezó a poner tibia.

—Iván, ya despierta— lo golpee con una esponja en la cara.

—No, tengo sueño, dejame dormir hada madrina— articuló y riéndose volvió a dormir.

Tuvimos que bañarlo y luego secarlo con las toallas del colegio.

Que nadie salga, que nadie salga.

Iba implorando mientras Dimitri y yo arrastrabamos a Iván semi desnudo por los pasillos.

—Regresa, regresa—dice Dimitri de repente al doblar una esquina. Ambos retrocedemos con Iván.

—¿Que hora es? —susurro.

—4 y media de la mañana.

—Es la segunda ronda de la gobernanta—susurramos los dos al mismo tiempo con cara de espanto.