38. Maldita Loca

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Capítulo 38

38|Maldita loca.

IVÁN

Las cosas extrañas seguían pasando a nuestro al rededor, pero después de lo de Dimitri y lo de la chica suicida, ahora estaba en la habitación, con Cisco intentando juntar pruebas para denunciar al profesor Pedro.

—¿Que está haciendo? —pregunté yo, al momento que lanzaba una pelota anti-estres y la volvía a atrapar.

—Nada interesante, solo cosas de la escuela... Oh espera, se está metiendo a la carpeta.

Me incliné para observar la pantalla dejando que la pelota me cayera en la cabeza. No me distrajo de seguir observando.

—Muerde el anzuelo, muerde el anzuelo —deseé susurrando, ansioso por ver la contraseña.

Tecleó la contraseña y tuvimos los archivos codificados frente a nuestras narices... Y era mucho más grande de lo que esperábamos.

Ambos nos quedamos con cara de asombro pegados a la pantalla del ordenador.

—¡Tenemos que ir ya! —ordené poniéndome de pie de un salto.

—No, Iván.

—¿Que esperamos? A que vuelva a amenazar a Camila. ¿Que tal si el tiene algo que ver con todo lo extraño que está pasando? —un montón de teorías se desencadenaron en mi mente. Cisco me miró y conservando la calma me aseguró que mañana mientras estuviera en clase el profesor iríamos por esos archivos.

Yo, por mi parte me quedé muy inquieto, salí de la habitación con mucha hambre y me dirigí al comedor para tomar algún bocadillo.

—Belikov —saludó el profesor Pedro, su mano tocó mi hombro y me hizo sentir enfermo, apreté mis puños para contenerme y actuar normal— ¿Por qué no te presentaste al entrenamiento de hoy? —preguntó.

—Tarea —contesté cortante y me alejé maldiciendolo psicológicamente.

Entré al comedor y vi las chicas de mi grado, haciéndome señas para que fuera a sentarme a su mesa, en la otra esquina, una mesa casi vacía llamó mi atención. Una chica de cabello corto, claro y despeinado con la mirada perdida de encontraba revolviendo su sopa con asco.
Sin pensar me dirigí a aquella mesa.

—Julia —saludé, sentandome enfrente. Estaba bastante desorientada y se desconcertó más al verme sentado frente a ella— ¿Acaso no piensas comer?

Sin contestar dejó de menear la sopa y alejó el plato, con cara de asco miró hacia la ventana y pareció sorprenderlo algo que vio, me giré a mirar y no veía nada extraño.

—Estás extraña —comenté, mirándola con una ceja alzada, le importó poco.

Camila y Ainhara entraron por la puerta y se sentaron en la mesa. Un poco tenso el ambiente, pero Camila rompió el silencio.

—¿Como vas con el acosador? —preguntó dirigiéndose a Julia.

—Pues aún no me habla, pero me lo cruzó en los pasillos, me deja notas, se pasa a la habitación, incluso lo vi en el baño —comentó, bastante aturdida. Junté mi entre cejo.

—¿Quién ? —pregunté.

—No lo sé, un chico bastante alto y de cabello negro, siempre lo veo sucio y huele un poco a tierra mojada —comentó.

—Debe ser de los otakus de primer grado —dije— Igual, si lo ves le podemos dar un pequeño sustito —le guiñé un ojo, ella rodó los ojos.

—Sé defenderme sola.

De nuevo se hizo un silencio.

—Por cierto, te estábamos buscando, creímos que querrías tener esto —Ainhara me tendió una fotografía.

Una fotografía del verano pasado donde salgo con Dimitri sosteniendo una cría de tiburón. Un nudo se apretó en la boca de mi estómago y me llegó la nostalgia de los buenos momentos.

—¿Que es? —preguntó Julia curiosa.

—Una fotografía con uno de mis mejores amigos —contesté tendiendole la foto.

Ella la miró y abrió los ojos como platos, bastante sorprendida.

—Este es el chico que me acosa —dijo anonada.

Le arrebaté la fotografía y la miré con odio, Camila y Ainhara también la estaban mirando.

—No es gracioso, Julia —ambas se levantaron y se fueron del comedor, Julia parecía no entender nada. Pero seguramente sólo se estaba haciendo.

—¿Que pasa? —preguntó sin entender.

—Jódete, maldita loca —me levanté de la silla bruscamente y tiré la sopa por el impactó de la silla, le cayó sobre el uniforme, pero no me importó. Sentía un gran odio por esa idiota. Sobrepasó el límite con esa broma.

—Iván, te digo la verdad, es el —me tomó del brazo. Me quité de su agarre y la miré de una forma intimidante.

—Nunca me vuelvas a tocar en tu puta vida, loca de mierda, aléjate —el nudo había ascendido a mi garganta y mis ojos ardían. Me dolió ver la expresión en la cara de la chica, sus ojos, sus manos delgadas temblando y quedándose atrás, en medio de todas las miradas. Salí del comedor directamente a mi habitación, sin hambre y con ganas de tirar.

Al llegar a mi habitación, me tiré en la cama y comencé a golpear la almohada, si Julia no fuera un mujer y no tuviera cara de perrito regañado, le hubiera estampado un puño en la cara.

¡Maldita seas, Julia!

N/a:

Bueno, después de tanto tiempo, por fin son vacaciones y retomaré la historia. Les ofrezco una disculpa a las personitas bellas que tuvieron que esperar, les prometo subiré más seguido❤️.
Voten y comenten, me dan muchísima inspiración para seguir escribiendo❤️.

🅱️🆘

¿Creen que Iván exagera las cosas?

¿Creen que Julia perdonaría las palabras de Iván?

¿Les gusta la historia?

Serendipia I [El Secreto De Julia] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora