Fue tan rápido. Tan tarde cuando conseguí llegar. Hasta me parecía escuchar los gritos en el interior de la casa, los susurros de aquellas personas que contemplaban todo con un horror poco disimulado. Las sirenas de las ambulancias y bomberos, llegando al lugar, los brazos de Caro rodeándome y repitiendo como un reloj cucú, que todo estaría bien. Nunca volvería a estarlo.
Estaba en el trabajo cuando descolgué esa terrible llamada que me hizo Andrés, porque su novia no era capaz.
FLASHBACK:
— ¿Marian? Hola. ¿Qué estás haciendo?—
Nunca estuve tan feliz como ese día. Había conseguido una propina increíblemente alta y podría comprarme esos jeans negros que había visto en la boutique cerca de casa, a la que solo parecían entrar mujeres con pagas, cinco veces más altas que las mías.
—Termino turno, hoy ha sido un día fantástico. Imagínate que...—me interrumpió.
—Déjalo y corre, es urgente. Ven a tu casa. Pero ya—
¿Luego de eso? Un silencio como de muerte y la línea pitando cuando alguien termina la llamada.
Pedí permiso en el trabajo y no entendí porque mi jefe, el señor Mendoza, cedió tan rápido. Horas después pude llegar a la conclusión, de que se debía tal vez a que él ya lo sabía, y lo mejor era dar dos pasos al costado.
Cuando llegué, con mis pulmones casi explotando, solo vi el fuego, los gritos de las personas, todos tratando de apagarlo con cubetas de agua mientras llegaban los bomberos. Mi amiga vino corriendo hacia mí.
—Mis padres—susurré sin aire, ella negó, con cara apesadumbrada.
—Lo siento mucho, cariño—
Me derrumbé.
—Dime que no es cierto—negué con la cabeza, con el labio temblando.
—Ojalá no lo fuera nena—sus brazos me sujetaron, junto con los de Andy, cuando caí de rodillas al suelo, llorando y gritando.
— ¡Ellos noooooo!—le di golpes a la calle, sintiendo que mi corazón iba a explotar de dolor.
Mi yo loca, oculta por ahí, tomó el control y me hizo intentar entrar a la casa a buscarlos, pero eso sería muerte segura. No había nada que hacer...
Siempre era demasiado tarde.
FIN DEL FLASHBACK
Me senté de golpe en la cama, ahogada, como si hubiese estado dentro de la casa, aspirando el humo y las llamas calcinando mi cuerpo. Mi corazón latía a mil. Me desembaracé de las mantas sintiendo mucho calor.
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MÁS QUE TU ASISTENTE L1 DE LA SERIE: MI JEFE
RomanceMarian es una mujer de 28 años que desesperada consigue empleo como asistente de servicio en la mansión Jiménez, donde su jefe es un hombre agrio y de mal temperamento agente de negocios que perdió la chispa de la alegría luego de que su esposa muri...