MÁS QUE TU ASISTENTE L1 DE LA SERIE: MI JEFE

CAPITULO 4:

—Por aquí, en este cuarto, es la biblioteca. Todos los libros son primeras ediciones. Los de la derecha son del señor, los de la mitad son de la niña Julieta. Por si le pide que le lea un cuento para dormir, que creo improbable—asentí.

Derecha, derecha, pasillo largo = biblioteca. Apunté en la pequeña libreta.

Llevaba haciéndolo los últimos cuarenta minutos.

Después de darme un baño rejuvenecedor en esa mágica bañera y casi ahogarme por quedarme dormida en el agua, me puse mi uniforme y me recogí el cabello en una trenza que me llegaba a media espalda y bastante templada.

Me sentía como nueva.

— ¿Qué... está haciendo?—la vi tratar de leer mis apuntes.

—Mi propio mapa del tesoro—se quedó seria. Cerré los ojos—apunto como llegar a cada sitio de la casa. Me costará los primeros días—

¿Por qué cada que decía algo debía explicarme como si quienes me rodeaban fuesen estúpidos?

—Si sabe que le dejé en la mesa del cuarto un papel doblado, como mapa de la mansión—parpadeé dos veces, retrayendo la punta del bolígrafo y guardándolo dentro de la libreta.

Ahora por no mirar, había quedado como una estúpida.

— ¿Me explicabas?—la miré.

Tonta Aurelia.

—Que esta es la biblioteca—levanté la vista, viéndolo todo.

Hasta ahora era uno de los cuartos más pequeños, y aun así, tambien era grande. Entonces se imaginarán como eran los demás. Había tres estantes llenos a rebosar de libros, una pequeña sala y cojines en la ventana.

Si esto fuera mío, me podía imaginar quedarme aquí todas las tardes a leer recostada en el sofá, o sentada en la ventana.

—Ya me cae bien el señor si le gusta leer—me acerqué a los estantes.

Hombre que lee, hombre galán.

—Ah sí y... no le gusta que toquen sus libros. Solo los de Julieta—

Empecé a leer los tomos de los suyos, sin siquiera tomarlos.

"Economía nivel 1 – La ciencia del negocio – Como crear líderes y no jefes"

Todos aburridos.

—Ah, tampoco me perdí de nada—se los señalé y después saqué el ultimo—te apuesto a que este no se lo ha leído—me reí yo sola.

Para burlarme de los demás, era la reina.

— ¿Cómo crear líderes y no jefes? Fue el primero que compró. Hasta la fecha creo que se lo ha leído tres veces—me reí más.

No le entraba el aprendizaje.

—Sabía que era amargado, pero corto de entendederas no—me pegué en la pierna—Pobrecito, nació bruto, porque hasta ahora solo ha sido un jefe—ella levantó las cejas.

—Si sabes que aquí hay cámaras grabando—me dejé de reír, de golpe y puse el libro donde estaba, aplaudiendo una vez y mirando al techo.

Demonios.

—Eeees un gran tipo el Grinch—levanté el pulgar, guiñándole el ojo a la nada.

—Caíste—comenzó a reírse, la miré con la boca abierta.

—Eres mala, Magdalena—se rió más.

—Siempre quise hacer eso—me di la vuelta y seguí mirando los libros, esta vez los de Julieta.