Capitulo 4: La Ira que Burbujea

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Sinopsis: Nunca le pidas a un omega su nombre, es el último pedazo de privacidad que les queda. 

Notas: Ouji – Principe, Ou - Rey

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De su viaje en barco Katsuki recuerda el aroma: Un cuarto lleno de jóvenes alfa, furiosos y violentos, encerrados durante días. No es algo que se olvide con facilidad.

Los gruñidos, gritos y maldiciones duraron mucho tiempo, duraban día y noche hasta que el hambre se impuso. Pese al cansancio y la incomodidad, Katsuki se mantuvo atento. Su furia era roja y brillante, era paralizante. Podía pasarse horas sentado, tenso como una barra de acero. Miraba, atendía, escuchaba..., esperando una oportunidad para saltar y huir; pero nunca la hubo.

Después del barco viajaron en carromatos durante días hasta que llegaron a una fortaleza. Katsuki vio las altas torres grises con una pequeña bandera ondeando en la punta de una de ellas, antes de que empujaran su jaula sobre una plataforma. Katsuki se puso en guardia esperando que la puerta se abriera. Pese al cansancio estaba listo para morder y matar; no esperaba que el piso se desplazara.

Cayó por un túnel inclinado, cuya superficie era completamente lisa. Katsuki uso manos y uñas para evitar desplazarse pero no hubo suerte, llegó al fondo del pasaje y su cuerpo golpeo contra el suelo con un sonido seco. Aun así se levantó, listo para enfrentar lo que fuera, pero solo había otros chicos como él. Todos tensos, desconfiados, sucios y hambrientos.

Detrás de él llegaron más prisioneros, todos ellos niños. Cuando la puerta del túnel se cerró sin aviso, todos se miraron. Aguardaron en silencio, alistándose para luchar, pero su enemigo era invisible. Llego en silencio, deslizándose por entre sus piernas, etéreo y sin forma.

Con el tiempo Katsuki le daría el nombre del incienso negro.

[...]

Los recuerdos de su estancia en ese calabozo son vagos, fragmentos y trozos de eventos que parecen irreales, aunque si se esfuerza puede evocar escenas completas. Recuerda que la comida llegaba por el túnel aunque nadie parecía interesado en acercarse, recuerda que muchos se encogían en las esquinas con la expresión perdida, y recuerda que había otros que se sacudían con violencia hasta que se quedaban rígidos con la mirada ida.

Varios de sus conocidos murieron así. Katsuki sobrevivió. Sobrevivió a la tormenta que se había llevado a Izuku. Sobrevivió al incienso y al condicionamiento. Sobrevivió a los calabozos que vinieron después. Sobrevivió a las cadenas, a los golpes y al hambre.

Sobrevivió a todo.

Dentro de él ardía un solo deseo.

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—Quiero venganza.

Saborea la palabra, cada sílaba, cada entonación. Se alimenta de ella y su ira se inflama. Venganza. Es lo único que le queda. Lo único por lo que vive.

Su respuesta provoca que el recién llegado sonría. Un gesto lleno de satisfacción. Un gesto de compañerismo. Un gesto de entendimiento..., para Katsuki es un gesto inútil. No desea su amistad. No pide su aprobación. No quiere su atención.

—Entonces habrá que sacarte de aquí.

Katsuki se congela. ¡Sí! El grito resuena dentro de él con la fuerza de una tormenta. SI. SI. Sisisi... Quiere salir. Necesita salir. Seré libre... Antes de que consiga decir nada, los guardias vuelven. Katsuki retrocede, tenso y en guardia.

Bouquet de Flores [BKDK & KRKM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora