Capítulo 42: Secreto

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Sinopsis: Tres personas pueden guardar un secreto si dos de ellas están muertas - Benjamín Franklin.

[...]

Sentada en el pasto, en la zona más alejada de los jardines principales, Mina almuerza en silencio junto a la pequeña placa de madera enterrada en la tierra y escondida de ojos curiosos.

No espera compañía y por esa razón su sorpresa es palpable cuando un hombrecillo se abre paso entre los matorrales hasta detenerse al verla. El Coronel Nezu viste como siempre, sin el uniforme del ejército algo que lo hace parecer tan inofensivo como su apariencia sugiere.

—Hola, Mina.

—Buenos días, Coronel.

—No esperaba encontrarte aquí.

—Lo mismo podría decir de usted, señor.

—He venido a presentar mis respetos, estoy seguro de que tú también.

—Sí, también me gusta almorzar aquí.

—Un poco inusual. Tenía entendido que los soldados almuerzan en el tercer edificio cerca de las murallas.

—Solo voy cuando Mashirao me acompaña.

—Ya veo, y si mal no recuerdo el joven Ojiro ha sido asignado como asistente temporal de Mukade.

—El mismo se ofreció, necesita algo con lo que distraerse.

—¿Y tú no?

—No podría olvidar nada de lo que ha pasado ni aunque lo intentara.

—Los malos recuerdos nos persiguen y solo enfrentándolos encontraremos la fuerza para seguir adelante.

Mina asiente mientras sus ojos vuelven a caer sobre la placa. En ella alguien ha grabado el símbolo de un árbol.

—Es una lástima que no pudiéramos ofrecerle un entierro digno. Debería tener una tumba allá afuera, una placa que le recuerde al mundo todo lo que hizo por él.

—Kamui era una persona discreta, amaba la naturaleza y la calma, estoy seguro de que estará más cómodo en un lugar como este.

—Pero nadie recordará su nombre.

—Claro que lo harán. Recordaremos a Kamui con orgullo, como alguien que luchó por la verdad y que arriesgó su vida por evitar una guerra. Y recordaremos a Shinji Nishiya, aquel que fue marcado como traidor y que renunció a su pasado a fin de traer la justicia para su gente.

Cuando mira la placa, Mina no ve el dibujo del árbol o los detalles de la misma, su mente está lejos, evocando el día de la emboscada y el grito de Kamui al ser atravesado por un cuchillo.

—No pudimos salvarlo —dice— estuvimos ahí y no pudimos evitarlo.

—Si estamos asumiendo culpa entonces la mía fue no tratar de convencerlo de quedarse.

—Kamui quería luchar.

—Y también era consciente del riesgo que asumía.

—Pero...

—No, muchacha, no asumas culpas que no te corresponden. Era imposible que pudieras haberlo salvado, estuviste ahí y sobreviviste. Trajiste su cuerpo hasta aquí, y es gracias a ti y a los soldados que iban contigo que ahora él puede descansar en casa.

—Esta no fue su casa.

—Esta es la casa de todos aquellos que lo han perdido todo.

El pecho de Mina se contrae y el dolor la golpea como si fuera la primera vez.

Bouquet de Flores [BKDK & KRKM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora