Sinopsis: El líder es la cabeza, quien profesa el ejemplo alentando la inventiva, iniciativa y lealtad de sus hombres. En su ausencia ellos buscaran imitarlo.
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Capítulo 52: Sobre La Lealtad
Tras despedirse del Príncipe Todoroki, Eijirou inicia el largo camino que lo devolverá con los suyos. A diferencia del viaje de ida, donde su misión principal era permanecer atento a la prisionera que custodiaba, el regreso es relativamente fácil. Se detiene de forma regular para reunir comida, rellenar su odre de agua y descansar; pronto descubre que cada tarea resulta cien veces más complicada cuando una de tus manos está envuelta en vendajes apretados y no deja de latir.
Atiende diariamente la herida –cuyo dolor se vuelve cada día más insoportable–, asegurándose de mantenerla limpia y seca, y principalmente de permitir que respire. En ocasiones la contempla mientras come: Una mano con solo tres dedos regordetes y dos muñones hinchados donde la carne late en colores rojos, verdes, y azules. Le duele tanto que no puede mover los dedos, en su lugar aprende a comer usando la mano izquierda, y a cerrar y abrir su odre con ayuda de la boca. Encender el fuego se convierte en una danza complicada que incluye piernas, cuello y doblarse en maneras complicadas para compensar la perdida de su mano derecha. Lo más difícil es ir al baño.
Pero Eijirou persevera, aprovecha la soledad para mejorar; especialmente, se fija la meta de aumentar la fuerza de su mano zurda y para ello golpea rocas y árboles con un trozo de rama gruesa que carga con él sin dejar de avanzar. Entiende que no puede confiar en volver a empuñar un cuchillo con la mano derecha, lo mejor es aprender a usar la otra.
El viaje también le sirve para enfrentar en privado la sensación de fracaso que lo inunda. Él, que estaba destinado a convertirse en uno de los guardias del Príncipe, ahora debe utilizar los dientes para quitar un tapón mientras su mano derecha es un muñón inútil. Y es que la idea de perder la utilidad de una de sus manos lo aterra porque sin ella no puede luchar, y un alfa que no lucha no vale nada. Son esa clase de pensamientos con los que Eijirou debe lidiar mientras sigue avanzando, ideas que le han sido inculcadas a lo largo de los años de forma inconsciente.
Y es difícil ignorarlas cuando no hay garantía de que pueda volver a usar esa mano, no mientras la hinchazón haga que su mano parezca un jamón en colores oscuros y el dolor no deje de atormentarlo.
En ocasiones, mientras viaja, se ve obligado a ocultarse de los grupos de refugiados que avanzan penosamente en la dirección contraria, no son muchos pero él prefiere no arriesgarse a un encuentro desagradable. Y por fin –por fin– tras días de caminata interminable, de dormir en nichos de tierra y de comer cualquier cosa que pueda recoger, Eijirou asciende la última colina para contemplar la fortaleza que se erige cerca del acantilado.
Solo que hay algo diferente con el escenario que se desarrolla debajo y tarda un rato en comprender que la diferencia radica en los pequeños navíos que se apiñan en el mar. La imagen es impresionante: La fortaleza rodeada con decenas de fogatas cuyo humo se alza en columnas blancas, cientos –tal vez miles– de guerreros haciendo vida a su alrededor, trabajando codo con codo para preparar armas, comida y luchar, y más allá de ella, en el mar un puñado de navíos descansan con sus velas bajas. Es verlo y sentir que el alivio cae sobre él como una brisa refrescante.
Han vuelto, piensa y la idea lo lleva casi al borde de las lágrimas. En ese momento lamenta que el Príncipe no esté ahí para ver a su gente.
Se obliga a mantener un ritmo constante a fin de no extenuarse, pero la impaciencia late en él mientras desciende por los caminos escarpados y boscosos, envuelto en la brisa fresca de un invierno inolvidable que se tiñe con incontables aromas, todos ellos de su gente, llevando hasta él la ira y la resolución que comparten. Emociones tan palpables que hacen a su corazón sacudirse de gozo.
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Bouquet de Flores [BKDK & KRKM]
FanfictionLas flores brotan de la noche a la mañana como si fueran lunares aunque se asemejan más a tatuajes tenues. Cada flor, así como su color, nos habla de la personalidad de cada uno. Su ubicación identifica el tipo de persona: Pecho, espalda alta y homb...