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🍃¿Qué tienes de diferente?

— ¿Podrías cambiar esa cara de idiota y comer tu desayuno? — dijo Jiwoo sacándome del trance mental en el que había estado.

— S-si — respondí titubeante antes de darle un sorbo a mi café — ¿Cuantos años tiene tu... hermanito?

— Uhm... En tres meses cumplirá veintitrés — respondió.

Fue inevitable pensar en que ambos teníamos la misma edad. Jiwoo cumpliría los veinticinco dentro de poco, y por lo que ella decía, yo no esperaba a algún hermano con más de veinte años.

—¿Ya lo conociste? — preguntó y asentí — ¡Oh, por favor, no me digas que estaba foll...

— Nuestra presentación involucró algunos desnudos, pero no hermanita, no estaba follando — respondió la persona que había mantenido ocupado a mi cerebro.

Hoseok entró a la cocina vestido completamente de negro, desde sus zapatillas, hasta su gorra, la cual se quitó demostrando que su cabello aún no se secaba del todo. Su vista se conectó con la mía por solo unos segundos antes de que yo la apartara. Me había pillado mirándolo, diablos. Pero algo me incitó a volver mi vista hacia a él, encontrándome con la suya puesta sin ningún disimulo en mí.

— Iba a entrar al baño cuando salió de ahí — aclaré ante los  expectantes ojos de Jiwoo.

— ¿Otra vez en la ducha de invitados? ¡Tienes tu habitación, Hoseok!

— Esa ducha es mejor y no me di cuenta de que había alguien allí.

— Mentiroso — dijo Jiwoo entrecerrando los ojos. Hoseok levantó ambas manos en forma de rendición.

— ¿Y quién es tu nueva amiga?

— Ni se te ocurra, Jung Hoseok. Lo digo enserio — aclaró cuando Hoseok rodaba los ojos — No es una advertencia, es una orden.

— Está bien, está bien — respondió poniendo las dos manos en alto. De todas formas, se acercó a mí y tomó una de las tostadas que estaba a punto de meter a mi boca — Lo intentaré — dijo sin apartar su vista de mí. Me sentía indefensa y no sabía porqué, pero aún así, la fuerte mirada de Hoseok no me incomodaba.

—Hoseok... — advirtió Jiwoo y por fin, su hermano despegó la vista de mí.

Se encogió de hombros antes de salir de la cocina. Mentiría si dijese que no lo seguí con mi mirada hasta que estuviera fuera, pero el era como un imán, así que se me hacía difícil mantener mi vista en otro lado. Antes de que Hoseok saliera, y parado en un punto en donde Jiwoo no lo podía ver, se dio media vuelta y con una sonrisa burlona adornando sus labios, me guiñó un ojo, haciendo que un escalofrío pasara por mi cuerpo.

— ¿Quieres conocer la casa? — preguntó Jiwoo y ansiosa por mantener mi mente en algo que no fuera el hermanito de mi mejor amiga, asentí rápidamente.

(...) 

Considerar la casa de Jiwoo como una casa, era un pecado. Ella vivía en una mansión, y no lo decía por vivir en un departamento en donde debía comer en el sofá para no ocupar tanto lugar con una mesa. 

Perfectly Imperfect (#1); Jung HoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora