Perfectly Imperfect (#1); Jung Hoseok

0.17

[Cap. 17]
🍃¿Miyeon?

Me desperté tranquila en la mañana, con una extraña sensación de relajo. No habían nervios y gracias al cielo no había tenido una de esas pesadillas otra vez. Me estiré en la cama antes de tomar mi celular para revisarlo. No había nada nuevo ahí, así que decidí que ya era hora de salir de la cama. Tomé mi ropa deportiva y me dispuse a salir para correr.

El día me pareció bastante agradable. Estaba completamente soleado, pero la brisa hacía que el sol no te matara de calor. No habían muchos autos rondando por ahí, así que eso permitía que no hubieran molestos ruidos de bocinas, aun así, me había puesto mis audífonos para que mi maratón fuera más amena.

Había estado corriendo por al menos treinta minutos, cuando alguien se acercó a mí y me hizo detener.

— ¿Cómo puedes hacer esto tan temprano? — preguntó Hoseok intentando recobrar el aliento.

— ¿Qué haces aquí? — pregunté sorprendida.

— Solo quería acompañarte, pero creo que me quedaré sentado por ahí.

— Vamos, no seas flojo — dije cogiéndolo del brazo para que continuáramos corriendo.

— ¿Flojo? Tuve que correr más rápido que flash para poder alcanzarte.

— ¿Sabías que correr sirve para controlar el colesterol y la hipertensión arterial, aparte de fortalecer y tonificar los músculos? — pregunté y Hoseok se me quedó mirando como si tuviera un tercer ojo. — Aparte, pensé que te gustaba ejercitarte.

— Es verdad, pero odio correr — respondió antes de beber un poco de agua. — Creo que necesitaré un beso para revivir.

— ¿Acaso eres Blanca Nieves? — pregunté pero Hoseok solo cerró sus ojos y estiró sus labios.

Aproveché el momento para retomar el ejercicio y dejarlo ahí hasta que se diera cuenta, lo que sucedió un par de segundos más tarde cuando lo oí gritar mi nombre. Y a pesar de lo que Hoseok me decía de odiar correr, su estado físico no era malo, así que pudimos completar todo el recorrido sin problema alguno y un par de horas más tarde, estábamos de vuelta en casa.

— ¿Fuiste a correr? — le preguntó Jiwoo a Hoseok cuando entramos.

— ¿Qué haces despierta tan temprano? — pregunté de vuelta, demasiado nerviosa como para responder algo concreto.

— Jimin creyó que era buena idea llamarme en vez de enviarme un mensaje.

— Algo bueno logró — agregó Hoseok girando sus ojos. — Y sí, fui a correr.

— Pero si tú odias correr — dijo Jiwoo frunciendo el ceño.

— Sí, pero alguien me dijo que correr ayuda a la hipertensión arterial y no sé qué mierda más — respondió repitiendo lo que le había dicho hace un rato y tuve que ocultar mi sonrisa creciente. — Así que consideré que era una buena idea y me encontré a Haru.

— Ya pensaba que estarías acosando a Haru.

— ¿Yo? ¿Cuándo haría algo así? — preguntó exageradamente Hoseok. — Aunque no negaré que verla me dio motivación para seguir pero...

— Iugh, Hoseok — se quejó Jiwoo. — Vamos, Haru, creo que los niveles de testosterona de Hoseok aún no se controlan.

Jiwoo me siguió hasta mi habitación y antes de poder cerrar mi puerta, vi a Hoseok hacerme una seña, quería que mirara el teléfono, así que disimuladamente asentí y cerré la puerta. Por otro lado, Jiwoo ya se había instalado en mi cama, y estaba totalmente cubierta bajo las mantas.