0.23

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[Cap. 23]
🍃Nada es fácil.

No cabía duda de que Joon Ho fue bastante querido. Aquel lugar estaba repleto de personas que venían a acompañar a los Jung en su dolor, pero nada parecía ser un verdadero consuelo para ellos. Aun así, una persona parecía estar pasándolo peor que el resto, y era Eun.

La simple idea de perder a un ser querido era horrorosa, así que no quería ni imaginar el dolor que se sentía perder a tu compañero de vida. Si bien no había llorado tanto desde que había vuelto, su mirada perdida y círculos negros alrededor de sus ojos lo decían todo.

A pesar de haber conocido a Joon Ho hace muy poco tiempo, le había tomado demasiado cariño y su pérdida también me había dolido, pero ya que parecía ser la más cercana a los Jung, me había encargado de ayudar lo más posible en la ceremonia.

Creo que llegar a casa debió ser lo peor para ellos, incluso Charly parecía confundido por la falta de un miembro de la familia. Eun no se despegaba del pequeño recipiente donde se encontraban las cenizas de su difunto esposo, pero luego de que Hoseok y Jiwoo la convencieran, lograron dejarlo en el lugar que tenían dispuesto, junto a algunas fotografías y flores.

Después de un momento, todos se separaron y cada quien entró a su habitación. Por mi parte yo decidí acompañar a Jiwoo. Había llorado desde que cerré la puerta y solo se detuvo cuando se quedó dormida. Acaricié su cabello hasta que sus suspiros se detuvieron y su respiración se volvió más calmada, y entonces me fui, pero antes de entrar a mi habitación, miré hacia la puerta de Hoseok.

Le di dos golpes a su puerta y nada, pero la luz estaba encendida, se veían algunos vestigios así que estaba segura de que Hoseok estaba ahí. No sabía si entrar o no, pero de tomé valentía y entré.

Mi corazón se contrajo al verlo de aquella forma. Estaba sobre su cama mirando hacia el techo, aún seguía en su traje negro y ni siquiera se había quitado los zapatos. Parecía que no se había dado cuenta de mi presencia, así que caminé hacia a él y me senté en el borde de la cama.

— ¿Por qué todo lo que quiero se va? — murmuró sin quitar su vista desde el techo. — ¿A caso soy yo el culpable?

— No digas eso, Hoseok — respondí acercándome más a él. — Nadie tiene la culpa en estos casos.

— Debí haberle dicho que fuéramos al hospital, no tenía que haber dejado que se fuera, yo...

— Nadie controla el destino, Hoseok. Las cosas están destinadas a suceder, y quizás esa fue la mejor opción. No hubo sufrimiento y estaba pasando un buen momento, tenía dos hijos que lo amaban, todo estaba bien para él.

— ¿Y yo qué? Siempre dijo que me cuidaría, que esperaba verme crecer y ser feliz, pero no pudo, no puedo ser feliz si él no está.

Y eso fue lo que bastó para que Hoseok se rompiera. Durante los dos días, jamás había visto a Hoseok llorar. De vez en cuando veía que sus ojos se ponían cristalinos, pero nunca lo vi derramar una sola lágrima, hasta ahora. Lo rodee entre mis brazos y él se acomodó en mi pecho mientras sus lágrimas caían una tras otra.

— No pude hacer que se sintiera orgulloso de mí.

— Estoy segura de que ya estaba bastante orgulloso de ti, lo podía notar solo en la forma en la que te miraba.

— Prometió estar conmigo siempre — dijo sollozando. Sus brazos se apretaron a mi alrededor y un nudo se me formó en la garganta.

— Siempre estará contigo, quizás no físicamente como quisieras, pero si estará en tu corazón.

Perfectly Imperfect (#1); Jung HoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora