Perfectly Imperfect (#1); Jung Hoseok

0.22

[Cap.22]
🍃En un segundo.

Es increíble como tu vida puede cambiar en un instante. Cómo con un simple suceso, todo parece derrumbarse. Lo peor es que es algo que nunca sabes cuándo pasará, no tiene fecha ni hora exacta, por lo cual nadie nunca está preparado.

El día había comenzado conmigo despertando junto a Jiwoo después de habernos desvelado toda la noche en una improvisada pijamada. Sin despertarla, salí de la cama para tomar una ducha. Hoy comenzaban las lecciones de guitarra con Hoseok, y siendo sincera, no sabía si podría concentrarme estando junto a él.

Mientras me duchaba, pensé en cómo me sentía con respecto a Hoseok. De a poco iba asumiendo que no era una atracción pasajera, me gustaba pasar tiempo con él, me gustaba reírme con sus ocurrencias o descarados coqueteos, me gustaban sus besos, me gustaba todo lo relacionado con él, y sabía que eso me estaba perjudicando.

Ya lista, bajé para tomar desayuno, pero apenas salí de mi habitación, el hombre que había mantenido mi cabeza ocupada hace unos minutos, estaba junto a mi puerta.

— Dios, que suerte que eres tú y no Jiwoo —dijo Hoseok dando un suspiro de alivio.

— ¿De qué hablas?

— Sabía que Jiwoo estaba durmiendo ahí contigo, por eso no me atreví a golpear — respondió. Rápidamente se acercó a mi rostro y dejo un corto beso en mis labios. — Buenos días, Haru.

— B-buenos días — respondí algo aturdida, más la sonrisa en el rostro de Hoseok no parecía querer desaparecer. — ¿Vas a tomar desayuno?

— Si, con respecto a eso... ¿Te parece si salimos y comemos algo afuera?

— ¿Qué? — pregunté un poco exaltada. — Jiwoo está aquí.

— Sí, bueno, algo podemos pensar para cuando volvamos.

Estaba demente. Las salidas en la noche no me parecían tan inseguras como para que Jiwoo se enterara, la mayoría de las veces que había estado afuera con Hoseok era demasiado tarde o en el lugar había poca luz, en cambio si era de día, nos exponíamos a que cualquier persona nos viera.

— Tranquila, Haru. Tengo todo bajo control —dijo y tomó mis manos entre las suyas. Mis ojos no se despegaban de los de él, lo que aprovechó para enviarme un guiño.

— Okey, está bien.

— ¡Genial! —gritó Hoseok y me llevó con él sin soltarme las manos.

Prácticamente iba pegada a Hoseok, ni siquiera sé cómo fui capaz de bajar las escaleras sin caer sobre él, pero lo logré. Lo que no esperaba era que a penas llegáramos al primer piso, Jiwoo hiciera presencia.

— ¿A dónde van? —preguntó desde el segundo piso, haciendo que quitara mis manos de las de Hoseok.

— A comprar una guitarra — respondió su hermano.

— ¿Una guitarra?

—Claro, Haru no puede enseñarme si no tengo una guitarra — volvió a responder sonando bastante convincente.

— Está bien, ¿Pueden traer comida china cuando vuelvan? Tengo muchas ganas de comer Chow mein.

— Como gustes, hermanita — dijo Hoseok con una sonrisa radiante, y cómo no, si había convencido fácilmente a Jiwoo.

Hoseok su auto y salimos de la casa. No sabía a donde íbamos, pero Hoseok de verdad se veía demasiado contento. En sus mejillas se formaban pequeños y muy tiernos hoyuelos, lo que provocaba que quisiera saltarle encima y pellizcarle sus mejillas.