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— Mi Suk, ¿Tienes hambre?

Miré a Jungkook confundida, hace a penas unos segundos creía que iba a besarme y solo interrumpió el momento para hablar de comida.

¿En serio, Jeon Jungkook?

— ¿Acabamos de llorar como niños y tú solo preguntas si tengo hambre? — era gracioso. Espontáneo y raro, pero gracioso.

— Dejaré que hagas tu reporte del día, cuando termines búscame en el comedor.

Se levantó del piso con un poco de mi ayuda ya que el prácticamente podía hacer todo de manera independiente. Me quedé observando mientras veía como cerraba la puerta detrás de él.

Oh, Jungkook. ¿Qué estás haciendo conmigo?

Cuando terminé de plasmar todo lo que había sucedido anteriormente, con todo y lujo de detalle, me dispuse a hacer lo que Jungkook había ordenado. Al llegar al comedor me detuve al ver la mesa con diferentes platos; algunos con frutillas, un tazón con chocolate derretido y como si fuera la cereza del pastel estaba Jungkook frente a mí.

— Oh, vaya.

Estaba sorprendida. Totalmente.

— Cuando me preguntaste si tenía hambre pensé que comeríamos ramen instantáneo pero esto es asombroso.

Vi como Jungkook batallaba al querer arrancar las pequeñas hojitas verdes de aquellas rojas y deliciosas frutillas.

— ¿Quieres que te ayude con esas fresas?

— Gracias — contestó con una pequeña sonrisa.

Me acerqué a Jungkook tomando el cuchillo de sus manos, de esta forma sería más fácil y rápido terminar con esto. Tomé una fresa y de un solo movimiento me deshice de las pequeñas hojas. Limpiaba fresa tras fresa, tal vez pueda dedicarme a esto en un futuro. Jung MiSuk cortadora de frutillas número uno en todo Seúl.

— ¡Mierda! — chillé cuando el afilado cuchillo dejó una marca en mi dedo índice.

Olviden lo que dije.

Mi torpeza llega a límites que dejaría asombrados a cualquiera. Se podría decir que era un poco boba utilizando cosas con filo. En la escuela, cuando era pequeña, mis tijeras tenían la punta redonda y mi padre solía quitarles todo el filo posible para evitar este tipo de problemas. Pero en esta ocasión no había nadie que pudiera rebajar el filo o darme un cuchillo de juguete.

La sangre comenzaba a salir por la línea dibujada sobre mi dedo, fue ahí cuando mi cabeza comenzó a dar vueltas.

— ¿Qué sucede, MiSuk? — preguntó Jungkook dirigiéndose a mí.

— Me corté con el cuchillo — el rostro del chico se tiñó con preocupación.

— ¿Estas bien? ¿La herida es muy profunda?

— No, solo fue un pequeño corte en mi dedo — intenté sonar lo más tranquila que podía. — Pondré mi dedo debajo del chorro de agua y estará como nuevo..-

La mano de Jungkook viajo rápidamente a la mía y con suma delicadeza palpó mis dedos hasta encontrar los rastros de humedad provocados por la sangre que salía de este. Y lo que prosiguió me dejó totalmente atónita, muda. El castaño frente a mí acercó mi dedo hacia él colocándolo en su boca, succionando a su vez la sangre que salía por la línea del corte. Un cosquilleo subió por mi estómago, pasando por mi garganta y alojándose por último en mis mejillas. Era demasiado bueno para ser verdad.

— Ve a limpiarte el dedo y colocate una bandita — dijo en un tono como si me estuviera mandando.

No proteste, seguía atonada por su acción de hace unos minutos. Aún podía sentir su boca en mi dedo. Asentí para mi misma repetidamente y salí en dirección al baño.

BLIND -Jeon Jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora