El clima en Seúl era maravilloso; los pajarillos cantaban, los niños reían mientras jugueteaban en el parque y yo, pues tenía que empezar con ese dichoso trabajo final. El sólo hecho de pensar qué tenía que pasar más horas con Jeon ''No me toques, no me hables, no respires de mi aire'' Jungkook me provocaba querer aceptar mi nota reprobatoria.
— Solo son unas horas MiSuk, piensa en cosas bonitas — susurré para mí misma.
Nuevamente, recorrí el camino de tierra rojiza hacía la puerta principal. Justo cuando mi mano estaba a punto de golpear la gruesa madera la señora HaNeul iba saliendo por esta.
— Buen día, MiSuk — saludó haciendo una pequeña reverencia.
— Buen día señora, Jeon — repetí su gesto.
— ¿Lista para empezar con tu trabajo? — dijo señalando con su mirada el cuaderno de notas que traía en la mano, asentí. — Tengo que ir hacer unos pendientes que el padre de JungKook me encargo así que probablemente tardaré un poco.
Y de nuevo me quedaría sola con JungKook.
¿Qué fue lo que hice para merecer esto? ¿Ser buena chica? ¿No saber cocinar? ¿Quedarme dormida en clase del profesor Terada?
— Pasa, mi hijo te está esperando en la biblioteca.
Me adentré a la casa, silenciosa y acogedora, como todas las veces en las que había estado aquí. Caminé en busca de la dichosa biblioteca pero el tamaño de esta casa era considerablemente grande, podría tardar años en encontrar a JungKook. Bueno, no años pero si unos cuantos minutos.
El suave sonido de música clásica, guío mi camino en dirección a una gran puerta corrediza casi en automático. Abrí dejándome ver libros por todos lados, lámparas y a un JungKook sentado sobre el sillón con la cabeza sobre un cojín, sus ojos estaban cerrados.
Me quedé observándolo. Su cabello y rasgos lo hacían ver tan pacífico y angelical, algo que Jungkook nunca llegaría a ser. Podría ser todo menos angelical, estúpido por ejemplo. Caminé hacia el sillón y con sumo cuidado me senté evitando a toda costa que él notara mi presencia. Lo miré por unos segundos más ahora con más detalle y cercanía.
¿Cómo podía ser tan lindo y molesto a la vez?
— ¿Se te perdió algo? — preguntó el castaño exaltándome un poco.
— No, ¿p-por qué preguntas eso?
— Que esté ciego no significa que no te pueda sentir.
JungKook se reincorporó sobre el sillón girándose en mi dirección. Cuando sus ojos se encontraron con los míos me sentí pequeña, su mirada me intimidaba aunque sabía que él no podía verme pero el poder que tenían sus ojos faltos de color no lo había visto en nadie más.
— ¿Te quedarás ahí sentada mirándome?
— No te estoy mirando — me defendí.
— ¿Ah, no? — estaba sonriendo. Tonto.
— No.
— ¿Entonces, que está haciendo?
— Yo estoy, uh....
Piensa Jung MiSuk, miente, di algo.
— Estoy mirando los libros — ay MiSuk. — Tienes demasiados.
Pero qué gran idiotez acabo de decir. Mientras yo quería salir de esta habitación para calmarme un poco, Jungkook en cambio rió por lo bajo.
— Eres pésima mintiendo.

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BLIND -Jeon Jungkook.
FanfictionElla era brillante. Él era ciego. ¿Confías en mí? Ciegamente.