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— No funcionó.

Sabía que mis pies estaban tocando el suelo, pero mi cuerpo era ligero como si en cualquier momento fuera a flotar por toda la habitación.

Todo corría en cámara lenta frente a mí.

El doctor Choi miraba confundido hacia la enfermera la cual desbordaba nerviosismo por cada poro de su piel, al parecer estaban igual de sorprendidos, las posibilidades de que la cirugía fallara era una en un millón. 

— Parpadea varias veces, Jungkook — indicó el hombre en bata.

El aludido negó, dejando caer su cabeza sobre la almohada.

— Jungkook, hijo.. — la voz temblorosa de la señora Haneul resonó por la habitación. — Por favor, haz lo que te dice el doctor..-

— ¿Y de qué serviría? — Jungkook levantó su cabeza, su expresión me rompió por completo.

Dolor.

Desilusión.

Miedo.

— Dígame doctor Choi, si parpadeó como usted dice ¿mi vista regresará? — Jeon estaba controlando sus emociones a la perfección, su mandíbula tensa era su manera de escape. 

El mayor agachó la mirada.

— Jungkook, en algunas ocasiones los resultados tardan en reflejarse. Tu operación fue exitosa, solo necesitas pasar el periodo establecido de recuperación..- 

— ¿Cuánto tengo que esperar? — cuestionó. — ¿Una semana? ¿Dos años más? 

Un silencio se extendió donde todos los presentes intercambiaron miradas inseguras. 

Rogué en mis adentros que el doctor Choi tuviera una respuesta, pero por su mirada, sabía que todo había terminado. 

— Largo — pidió el castaño, entre dientes apretados.

— Jungkook, mi niño..- 

— ¡FUERA! — gritó, cortando las palabras de la señora Haneul de una forma demasiado abrupta. 

No fueron necesarias más palabras para que tanto el doctor Choi como la enfermera fueran los primeros en salir, no sin antes dedicarle una pequeña mirada de disculpa hacia la mujer a mi lado. La culpa era notoria en el rostro de Choi, pero la verdad era que aquí, en este momento, nadie tenía culpa alguna.

Esto era como una mala jugada, lo impensable que era el perder a Jungkook estaba a solo un chasquido de dedos.

Sentí las finas manos de la señora Haneul sobre mi brazo, sus ojos inyectados de sangre y ahogados en lágrimas me hicieron caer por milésima vez en la realidad de la situación. Haciendo un pequeño gesto con su cabeza dándome a entender que saliéramos de la habitación, pero no podía irme. No quería hacerlo.

Tragando pesadamente aquel doloroso nudo en mi garganta, negué lentamente.

Al parecer la señora Haneul entendió que no quería separarme de su hijo, ya que salió de la habitación dejándonos completamente solos.

Jungkook estaba quieto sobre la cama, su mandíbula estaba apretada y su respiración era completamente desigual. No sabía si acercarme o si quedarme justo en donde estaba y observarlo en silencio, cuidarlo aunque no quisiera tenerme cerca.

— Dije que no quería a nadie en la habitación — su voz áspera me sacó de mi pequeña burbuja. — ¿Qué parte de fuera no entendiste?

Miles de flashazos de mi primer encuentro con Jungkook se hicieron presentes. Mis pies querían avanzar pero era como si estuvieran pegados al suelo.

BLIND -Jeon Jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora