– ¿Quieres ayudarme a empacar? – preguntó.
Todavía atontada y bajo el efecto embriagante del anterior beso, me era difícil articular palabras completas, así que cual fuera el sonido que emitió mi garganta Jungkook lo entendió. Su risita baja me confirmaba todo.
El olor a perfume y canela se hizo presente de manera intensa eso solo significaba que ya estábamos dentro de la cueva del león, ni siquiera percaté cuando subimos las escaleras. Supongo que el efecto Jeon durará por unos minutos más.
– ¿Crees que debería llevar ropa de más o solo la justa? – preguntó.
Jungkook estaba sentado sobre la cama con una pequeña sonrisa en su rostro, seguía disfrutando de mi actitud abochornada.
– N-no lo se.. – aclaré mi garganta. – ¿Dónde gurdas tus maletas?
– Dentro del clóset, lado izquierdo.
Giré un poco siguiendo las indicaciones del chico. Lado izquierdo.. ¡Bingo!
– Necesito camisas, pantalones.. – guardó silencio por unos segundos, como si pensara qué mas podía caber en su gran maleta. – Abrigos, Busan en esta época del año es frío.
Encontrar la ropa dentro de su armario no era cosa difícil. El chico tenía más orden en el acomodo de sus cosas personales que yo con las mías. Las camisas estaba ordenadas de manera perfecta por colores comenzando por colores blancos degradándose a negros, colores llamativos no eran perceptibles y lo que más abundaban eran los colores fríos. Coloqué dentro de la maleta cinco camisas parecidas, acompañado de dos conjuntos grisesque solía usar y varios pares de calcetines. En cuanto a pantalones se refiere, la mayoría eran de uso deportivo y algo flojos.
– De acuerdo, camisas y pantalones listos – miré su armario una vez más. – Tus abrigos los empacaré al final al igual que tus zapatos.
Jungkook asintió. – ¿Empacaste mi ropa interior?
– Es broma, ¿verdad?
Cuanto hubiera querido que fuera así pero no. Jeon negó, su pequeño hoyuelo apareció sobre su mejilla.
– ¿Sigues disfrutándolo, no es así? – pregunté.
– Como no tienes idea – respondió. Sus labios húmedos por su lengua, no dejando de lado ese lado coqueto que tanto me gusta.
– Aish, este chico.. – susurré. – ¿Dónde los..
– Cajón derecho – contestó al instante.
Rodé los ojos pero aún así obedecí. La organización era la misma que la de su ropa exterior pero estos en especial desprendían un aroma fresco brindado por el enjuague que utilizaban al momento de lavarlos. Si así huele la hoja imagínate como huele la flor.
tomé varios bultos de color negro y, sin pensarlo, los aventé dentro de la maleta.
– Es la primera vez que veo que un macho guarda su ropa de esta manera – dije, doblando un par de cosas más. Jungkook frunció el ceño confundido. – En bultitos, es... Tierno.
Un leve sonrojo tomó las bonitas mejillas del castaño. Seguiríamos hablando sobre sus métodos de organización si no fuera por mi teléfono el sonido de mi teléfono. Miré la pantalla, sobre esta el nombre de mi madre resaltó en letras blancas.
– Es mi madre – dije, a lo que Jungkook asintió. – ¿Diga?
– Mi niña, ¿estás ocupada? Lamento interrumpir.
– No te preocupes. ¿Sucede algo?
– Estaba hablando con SunHee, ¿porqué no tienes tu vestido de graduación todavía?
SunHee. Si no fuera mi mejor amiga ya la habría ahorcado.
Suspiré. – Madre, no he tenido tiempo además solo iré a la ceremonia de certificados.
– ¿Y que usarás debajo de tu toga, ah? ¿Lencería?
– ¿Puede ser negra de encaje? – los ojos de Jungkook se abrieron de golpe, del otro lado, parecía que mi madre tenía un ataque de pánico.
– ¡Qué barbaridades estás diciendo! – reí. – Bueno, dejando de lado tus tonterías, quedamos de ir a algunas tiendas con SunHee y su madre.
– No creo que sea buena idea, además ¿desde cuándo haces planes con mi amiga?
– Si es por el chico, no te preocupes, llévalo me gustaría conocerlo.
Mis ojos se abrieron a tope. ¿Mi madre dijo qué?
– ¿Estás segura? – pregunté.
– Claro que sí, los veo en una hora – oh, cielos. – Misuk, creo que estoy más emocionada que tú por conocerlo.
– De acuerdo, aam.. Entonces te veo al rato – deslizando el dedo, dando por finalizada la llamada.
Aún con el teléfono entre mis manos me giré en dirección al chico. Sus ojos estaba casi sobre mi figura, jugaba con sus manos haciéndolo ver más tierno.
– ¿Todo bien? – preguntó.
– Era mi madre dije, sentándome a su lado sobre el colchón. – En unas semanas será mi graduación y quería saber si ya tenía todo listo para ese día – miré su rostro, era tan neutro que provocaban ganas de acariciarlo por horas. – Quiere ir de compras y .. – suspiré.
– ¿Y?
Vamos, dilo.
– Quiere que nos acompañes – dije por fin. – Te quiere conocer, Jungkook.
– Pero, ¿qué le diré? ¿Qué se supone que tengo qué hacer? Misuk, no creo que sea una bue..-
Callé rápidamente sus palabras de la mejor manera. Besándolo.
– Estaré contigo en todo momento – acaricié su mejilla, ganándome una hermosa sonrisa. – No tienes nada de qué preocuparte.
No dijo nada por unos minutos, sus labios se apretaban entre ellos y yo sentía que en cualquier momento mojaría mis pantalones.
– Hagamoslo – contestó.
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BLIND -Jeon Jungkook.
Hayran KurguElla era brillante. Él era ciego. ¿Confías en mí? Ciegamente.