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Mis piernas dolían demasiado y sentía que mis pulmones estaban a punto de colapsar. Las calles parecían ser eternas con forme a cada zancada que mis pies daban. La lluvia se sentía como si fueran pequeñas bolas de hielo dejando su humedad por toda mi ropa, si tan solo le hubiera hecho caso a Jin de traer una sombrilla conmigo nada de esto estaría pasando.

Corrí por la rojiza tierra de la casa de los Jeon. En la puerta, que ahora solo estaba a unos pocos centímetros de distancia, ya se encontraba alguien esperando.

— ¿Qué haces aquí afuera? — Jungkook estaba frente a mí con una toalla entre sus manos.

-—Tuve la sospecha de que llegarías mojada por la lluvia — habló. — Toma — tomé la suave toalla que sostenía.— Será mejor que entremos.

— No puedo entrar, mi ropa esta estilando y no quiero manchar tu costosa alfombra — la sola idea de ensuciar esa perfecta alfombra color crema con mis pies llenos de lodo me asustaba.

Jungkook pensó por unos minutos y mientras lo hacía me permití observar su fino perfil. Cielos, de verdad que este chico fue tallado por los mismísimos dioses.

— Odio esa alfombra y si la machas mamá tendrá razones de sobra para deshacerse de ella — sonrió ampliamente. Era inevitable decirle que no a este chico.

Mientras caminaba podía observar como dejaba rastro de lodo y agua por todo el camino, no quería ensuciar el blanco piso pero era algo imposible. Subimos las escaleras hasta llegar a la habitación de Jungkook el cual al momento en que estuvimos dentro caminó rápidamente a su armario.

— Puedes ponerte esto — una larga y gran sudadera me fue entregada. — Es mejor a tu ropa mojada.

— No puedo ponérmela — Jungkook me miró serio. — Si tu madre me ve usando algo tuyo pensará que...

— ¿Qué pensará, Mi Suk? — su media sonrisa me dejaba en claro que ya sabía que era lo que estaba pensando. Ah, como te odio Jeon.

— Nada — contesté rápido aclarando mi garganta — Será mejor que me ponga esta cosa.

Jung Mi Suk, sólo a ti se te ocurren decir tantas estupideces en menos de un segundo. Deslicé la gruesa tela del sudadero por mi cabeza acomodándola en mi cuerpo, la fragancia de Jungkook estaba más que presente impregnada en la tela de color negro. Inconscientemente inhalé profundamente hasta que mis pulmones no pudieron soportar más aire, era una fragancia tan masculina y delirante que cegaba todos mis sentidos.

Al salir del baño, que por cierto es muy lindo y espacioso, me encontré con un Jungkook de pie justo frente al gran ventanal. Si tuviera una cámara en mis manos sacaría la mejor foto para una exhibición de arte.

— Sé que tu trabajo final trata sobre mí, pero hoy quiero hacer algo diferente — se giró en mi dirección.

— ¿Qué es lo que tienes en mente? — pregunté curiosa. Conociendo a Jungkook no podía ser algo normal.

El peli negro levantó su mano derecha mostrándome una tira de tela color rojo.

— ¿Una corbata? — Él asintió. — ¿Y cómo encaja la corbata en esta situación?

Jungkook rio por lo bajo debido a mi pregunta. Miles de ideas pasaban por mi cabeza en busca de una respuesta clara pero no me fue muy útil, seguía igual o peor de confundida.

— Te bendaré los ojos, Jung MiSuk. — Directa. Así fue la respuesta de Jeon Jungkook y yo me sentí desmayar en ese momento.

Trague en seco. Mi garganta parecía un desierto y cada gota de saliva que pasaba por esta dejaba ardor a su paso.

BLIND -Jeon Jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora