Mi piel se erizo de a poco, respire profunda y pausadamente. Mi cuerpo, por laguna razón, se sentía liviano. Como si me hubieran quitado un gran peso de encima.
Un Jungkook sudoroso, con cabello revuelto y labios entre abiertos estaba presente, como si de la más hermosa memoria se tratara.
— Misuk..-
Los recuerdos de la noche anterior hicieron presencia como flashazos. Jadeos, caricias, besos y movimientos algo subido de tono era lo último que mi cerebro registro antes de caer en un profundo sueño.
— Despierta..-
Abrí mis ojos adaptándome a la brillante luz que inundaba el lugar. ¿Desde cuando la habitación recibía tanta luz?
Estiré mis piernas sintiendo como la circulación comenzaba a hacer su trabajo. Un cojín pequeño sostenía mi cabeza y una pequeña manta cubría mi cuerpo... Mierda.
— ¿Jungkook? — susurré, mi voz ronca y algo adormilada. — ¿Qué haces aquí?
Pulcramente vestido y perfumado se detuvo unos minutos antes de contestar.
— Quise saber si seguías viva después de lo de ayer.
Sus largos y finos dedos jugueteaban con las hebras de mi cabello, mi sueño aún me tenía un tanto atontada. Estirando mis brazos y soltando un pesado bostezo, logré abrir por completo mis ojos.
— Buenos días — dije, sonriendo un poco al ver aquel bonito rostro a poco centímetros del mío.
Jungkook sonrío, regalándome una bonita vista del pequeño hoyuelo que se forma arriba de la comisura de sus rosados labios. Mis manos encontraron consuelo en su rostro, acunando este dejando leves caricias sobre su suave piel.
— ¿Dormiste bien? — preguntó, dejando un beso sobre mi frente.
— Mejor que nunca — reí. — ¿Qué hora es?
— Tarde.
Mi corazón se detuvo por unos segundos, sintiendo como el pánico hacía presencia en todo mi cuerpo. Había dormido más de la cuenta olvidando por completo todo lo demás. Jungkook estaba a mi lado con una gran sonrisa socarrona pintada en su rostro, al recordar el gran acontecimiento que tomaría lugar el día de hoy quise golpearme con una puerta por dejar que mis hormonas me cegaran la noche anterior.
La imagen de la madre de Jungkook y sus abuelos molestos por dejarlos esperando se hizo presente en mi cabeza.
— Maldición, ¿porqué no me despertaste?
— No quise despertarte, supuse que estarías exhausta después de...
— ¡Yah! — golpee levemente su pecho, provocando que pequeñas risas salieran del chico. — No tenemos tiempo para estas cosas, debo subir a darme una ducha antes de que tus abuelos me vean.
Retirando la sabana de mi cuerpo logré sentarme sobre el sillón, con Jungkook a mi lado. Después de nuestro acalorado encuentro la noche anterior, ni siquiera fui capaz de irme a la habitación donde me estaba quedando. El dolor en mi cuello y la punzada constante en mi espalda baja me dejaba en claro que el sillón no fue una opción muy certera.
— ¿Dormiste aquí? — cuestioné, el chico de cabellos largos y ojos pálidos asintió.
— Agradece que desperté antes que tú — dijo, acercándose lentamente a mí. — ¿Te imaginas que hubiera sucedido si mis abuelos te ven acostada en su sillón en bragas de encaje?
Sus labios dejaron un camino de besos desde la cuenca de mi cuello hasta mi oído, haciéndome estremecer por completo.
— ¿Cómo sabes que son de encaje?

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BLIND -Jeon Jungkook.
Hayran KurguElla era brillante. Él era ciego. ¿Confías en mí? Ciegamente.