No sabía con exactitud cuántas horas habían pasado desde que llegué a casa. Recuerdo haberme quedado dormida entre los brazos de Hoseok, después de eso todo es un oscuro recuerdo.
Mi cuerpo dolía y pesaba, como si cargara dos costales de arena húmeda en cada brazo. Me sentí completamente fuera de mí. Sola. Rota.
La imagen de mi madre llorando mientras le contaba lo sucedido llegó como una pequeña ráfaga, recordando mi segundo momento de debilidad.
Mi garganta dolía como si miles de agujas estuvieran encajadas ahí.
Abrí la puerta del balcón y fue en seguida que la brisa helada chocó contra mi rostro provocando que mi piel se erizara por completo. Mi mente seguía recordando cada palabra dicha por Jungkook, sintiendo un golpe.
Tal vez yo tuve la culpa de que esto pasara. Prometer es algo serio, pero estaba tan segura de que todo saldría perfecto que en ese momento no me importó prometer alejarme de él.
Suspiré cansada y me senté en el suelo, apoyando mi espalda contra el metálico barandal abrazando mis piernas contra mi pecho.
Pensé que jamás me volvería a sentir de esta manera. Sentir ese enorme vacío y unas inmensas ganas de llorar hasta quedarme sin lágrimas. Tampoco pensé sentirme así por un hombre, y menos por alguien como Jungkook... Pero nadie gobierna en corazón necio.
Aunque todo esto comenzó por un simple trabajo universitario, terminé amándolo de una manera que dolía.
Dicen que del odio al amor hay solo un paso, pero también es cierto que del amor al odio solo basta con cometer algún error, y tal vez Jungkook y yo cometimos el peor de todos.
— Mi niña, ¿puedo pasar?
La voz de mamá me sacó de mi guerra mental. Asentí, sin ánimos.
— Te traje algo de cenar ya que no comiste nada — escuché sus pasos acercarse a mí.
— Gracias — sonreí, o por lo menos lo intenté. Mamá se sentó en el piso, junto a mí.
— ¿Cómo estás?
— Respiro y sigo viva — contesté. — Mamá, ¿Qué puedes hacer cuando alguien que amas te hace mierda? — la miré.
— Sé que en este momento te sientes sin ánimos de nada, pero lo único que puedes hacer es enfrentar el presente.
— ¿Y si no estoy lista para hacerlo?
— Tienes que tomarte tu tiempo — tomó mi mano entre las suyas. — Aprenderás a vivir con la herida sin que duela. No quiero verte triste mi niña, me parte el ama verte a llorar.
— Lo sé y lo siento — sollocé. — Es solo que nunca había sentido algo tan fuete por alguien.
Y de nuevo me quebré. Llevé ambas manos a mi rostro sintiendo pena por mi estado de ánimo, me daba vergüenza que mi propia madre me viera así.
— Desahógate cariño — en cuestión de segundos, me vi envuelta entre los cálidos brazos de mi progenitora. — Te lastimaron, eres humana y no puedes ser fuerte todo el tiempo.
— M-me duele, mamá — logré decir entre hipidos. — Ya no quiero que duela.
— Escúchame con claridad, Misuk — me separó un poco, limpi8ando mis lágrimas con ayuda de sus pulgares. — Olvida su nombre, su cara, recuerda que para él ya no eres nada, olvídate de las veces que tu nombre dijo y ten en cuenta que ahora todo cambió. Olvida os momentos que pasaste con él, pero nunca olvides que él fue tu primer amor.

ESTÁS LEYENDO
BLIND -Jeon Jungkook.
FanfictionElla era brillante. Él era ciego. ¿Confías en mí? Ciegamente.