— ¡Volteen a la cámara!
Perdí la cuenta de cuántas fotos Jin ha tomado, quizá más de veinte ya eran seguras. Desde que salimos de casa el chico de hombros pronunciados ha expresado su emoción de maneras demasiado divertidas, incluso me preparó un rico desayuno antes de salir de casa y eso si que era raro.
Es más, puedo asegurar a que esta más emocionado que yo y eso que yo soy la que esa a minutos de graduarse.
— Mi prima, mi pequeña, la primera doctora de la familia — Jin era tan dramático cuando se lo proponía. — Yo que tenía pocas esperanzas de que terminaras tus estudios, pensé que terminarías desertando a mitad de la carrera pero mírate.
— ¡Oye! — exclamé, golpeando a puño cerrado su hombro.
—Seokjin, deja de molestar a mi bebé — dijo mi madre, a Jin no le quedó de otra más que hacer un puchero. — ¿Nerviosa?
— Solo un poco — respondí.
— Yo estaría que me orino de nervios — de nuevo, Jin entraba en la conversación. — ¿Sabes Misuk? Sería lamentable que tu tacón se atoré y termines tropezándote en frente de todos los presentes.
Quise no hacerlo, pero la imagen caótica de mí cayendo de bruces sobre el suelo me llenó de un tremendo pánico.
— Apuesto a que tu foto estará en los encabezados del blog de la universidad.
— Eres un..-
Pero mi insulto se quedó a medias andadas. Incluso mi mano, la cual iba en dirección a su perfecto rostro, fue detenida al ver la cara de mi santa progenitora.
— Esto no se quedará aquí, SeokJin — sentencié, aunque mis amenazas no asustan ni a un niño pequeño. — Cuídate, porque mi furia caerá sobre ti niño bonito.
— Atrévete si puedes, mocosa horrible — contestó.
Podríamos seguir con nuestra intensa pelea de miradas e insultos inmaduros si no fuera por el ruido de unos tacones acercándose con rapidez. El ruido resonó por todo el salón llamando la atención de la mayoría de los presentes. Miré por sobre mi hombro encontrándome con una SunHee corriendo en mi dirección.
— Jung Misuk, ¿Dónde has estado? El profesor Terada te está buscando y..-
SunHee paró en seco tan pronto como vio al idiota de hombros anchos. Sus pálidas mejillas tomaron un tono rojizo al instante.
— Hola, Oppa — su voz salió más chillona y melosa de lo normal, acomodando un mechón de cabello detrás de su pequeña oreja.
Alto, acaso dijo... ¿Oppa?
Ver a mi amiga sonreír como una total idiota por mi primo era peor que golpearse el dedo pequeño del pie contra un mueble. Totalmente asqueroso e innecesario.
— Hermosa SunHee, ¿Cómo has estado? — contestó de vuelta, coqueteando.
— No mucho mejor que tú, sigues igual de apuesto — dijo SunHee.
— ¿Qué me dices tú? Estás más hermosa de lo que recuerdo.
Era momento de entrar y detener toda esta escena romántica antes de que terminen mezclando sus salivas frente a mí.
— ¡YAH! — exclamé. — Mantén tus sucias intenciones lejos de mi amiga, troglodita.
Seokjin rio, con esa socarrones que lo caracteriza.
— Mejor entremos, antes de que Jin se te meta entre las piernas.
— No tengo problema con eso — susurró la pelinegra a mi lado.
Dios, dame paciencia y algo de fuerza.
(...)
Aquí estaba yo. Sentada en las primeras filas de asientos dentro del auditorio, vistiendo mi pulcra túnica de graduado esperando a que el director de la institución diera las palabras clásicas de bienvenida para dar inicio a toda la ceremonia. Mis manos temblaban no justamente por los nervios de tan gran evento, mi corazón y mente estaban pensando en quela par de ojos pálidos que no han aparecido todavía.
Acaso... ¿Jungkook olvidó que este día era la ceremonia de graduación?
— ¿En qué tanto piensas? — preguntó e un ligero susurro SunHee.
Como tantas veces, deseé poder controlas mis emociones pero me era inevitable. Abrí mi boca lista para contestar pero SunHee fue más rápida que yo.
— Tranquila, ya llegará.
— ¿Tú crees? — SunHee asintió.
— Buenos días a todos los presentes, es un gran honor para mí poder ser parte de una celebración como esta..
La voz del principal llamó nuestra atención.
— Comenzaremos con la entrega de reconocimientos de nuestros graduados.
El hombre leía con suma pulcridad los nombres de cada alumno, sin saltarse ni uno solo. Alisó la fina hoja que sostenía, ajustando sus gafas sobre el puente de su nariz.
Hasta que llegó mi nombre fue pronunciado por el mayor.
— Jung MiSuk.
Los aplausos y gritos de mis dos familiares no se hicieron esperar. Sonreí al instante. Levantando mi túnica para evitar cualquier tropiezo en mi camino.
Giré mi vista, buscando con la mirada a aquella dulce mujer que siempre estuvo apoyándome durante este largo y pesado camino. Los ojos de mi madre estaban cristalinos, mientras que una dulce sonrisa llena de emociones desbordaba en todo su fino rostro. Articulé un "Te amo, mamá" inaudible, pero que ella entendió a la perfección.
— ¡ELLA ES MI PRIMA! — gritó SeokJin parado sobre la silla, totalmente emocionado. — ¡ES MI PEQUEÑA!
Y aunque algunas personas intentaron callarlo, los gritos y ovaciones de mi primo en ningún momento cesaron.
Estreché la mano del principal, después de la coordinadora de mi carrera y por último el profesor Terada. Con manos temblorosas tome aquel papel entre mis manos sonriendo con orgullo.
Lo logré.
— Felicidades, señorita Jung — asentí a modo de respuesta. — Creo que alguien está igual de orgulloso que yo — dijo Terada, con aquella mueca de satisfacción pintada sobre su rostro.
Haciendo un movimiento con su cabeza, giré sobre mi eje.
Jungkook, vistiendo un elegante traje negro, su cabello peinado de una manera casi perfecta aplaudiendo al unísono con los demás presentes. La señora HaNeul sostenía el brazo de su hijo sonriendo de igual forma evitando que cualquier movimiento en falso pudiera lastimar a su retoño.
Mi corazón estaba por salir de mi pecho. Me sentí plena, feliz. Quise gritar y correr a sus brazos, no prestar atención a lo que me rodeaba, pero tenemos toda la noche para fundirnos en nosotros.
Bajé del estrado tomando de nuevo mi asiento, esta vez sintiendo que lo mejor estaba por venir.
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BLIND -Jeon Jungkook.
FanfictionElla era brillante. Él era ciego. ¿Confías en mí? Ciegamente.