Cristian POV
Estábamos muy cerca de terminar el año, solo nos faltaban dos meses y realmente había sido un año agotador. Hoy era jueves y estaba con mis compañeros terminando un trabajo en la biblioteca cuando sentí vibrar mi celular, pensando que era Ana salí rápido para atenderla.
-Hola cariño – conteste entusiasmado.
-Hola… - me quede helado porque no era Ana.
-¿Quién habla? – era una mujer y parece que la sorprendí con el saludo y quedo en silencio.
-Soy Charlotte – mire la pantalla del celular y si era ella, tendría que haber visto antes de atender.
-Perdón pensé que eras alguien más ¿En que puedo ayudarte? – no le iba a dar mas explicaciones.
-No hay problema, quería saber si mañana ibas a la noche a los recitales para que nos encontremos – tendría que hablar con ella, el ultimo mes me ha llamado todos los fines de semana para que nos encontremos y creo que esta buscando algo mas que amistad.
-Mañana no voy, tengo otros planes – le había dicho que si últimamente pero era bueno darle un rechazo para que no pensara que iba cada vez que me llamaba por algún interés en particular.
-¿Algo en lo que me puedes incluir? – pregunto con un tono juguetón.
-Lo siento pero no, seguramente nos encontramos en otra oportunidad – dije tratando de terminar la conversación.
-No hay problema – contesto.
-Tengo que dejarte estaba estudiando – nos despedimos y cortamos.
Volví con mis compañeros y seguimos estudiando por mucho tiempo mas, llegue a casa cerca de las diez y media de la noche, estaba demasiado cansado para prepararme algo de cenar así que pase directo a la ducha y de ahí a la cama.
“¿Estas despierta?” – hoy Ana había tenido un día ocupado y solo pudo contestarme un par de mensajes, así que la extrañaba bastante.
“Te toca llamarme, yo lo hice ayer” – sonreí, habíamos llegado a un acuerdo, nos llamábamos una vez cada uno para compartir gastos, así nos manteníamos comunicados y de paso no nos resultaba caro a ninguno.
-Hola cielo ¿Cómo estas? – por su tono de voz sé que estaba cansada.
-Cansado, al igual que tu según noto – dije y apenas se escucho su risa.
-Mucho… - sentí un bostezo -, perdón… hubo muchísimo trabajo y estuve estudiando hasta recién – no se puede negar que los dos estábamos muy entregados al estudio.
-Estamos iguales, yo hace muy poco llegue de la biblioteca – nos quedamos en silencio y suspiramos al mismo tiempo -. Creo que mejor te dejo dormir – estábamos los dos callados sin hablarnos.
-Te extraño, todavía no cortes – pidió con algo de nostalgia en la voz, parecia estar triste.
-¿Estas bien? No estas como siempre – un suspiro profundo del otro lado me indico que algo pasaba.
-¿Crees que paso tiempo suficiente como para que salga con alguien? – “mierda”, pensé. Eso fue un golpe muy duro y algo que me gustaría no responder.
-¿Por qué esa pregunta? – trate de esconder mi frustración lo mejor que pude.
-Un compañero me invito a salir – “perfecto Ana, clávame veinte dagas al mismo tiempo”, ahora me estaba molestando y mucho.
-¿Cuándo paso eso? Ni siquiera me contaste que hubiera alguien interesado – no podía reprocharle nada, o solo el que no me haya contado como amigo.