Cristian POV
Cuando terminamos la merienda en familia, decidimos ver una película en casa, pero antes de eso quería que Ana me confirmara si realmente estaba bien como para quedarse más tiempo y aproveche que mis padres se fueron al estudio para llevar a Ana a mi habitación para que pudiéramos hablar a solas.
-Creo que seria muy malo que tu madre nos encuentre acá – mire a Ana sonriendo y la empuje un poco por la cintura para que terminara de entrar en mi dormitorio.
-Solo será un momento… - cerré la puerta cuando entramos -, quería que hablemos un minuto solos – la lleve hasta al cama y me senté en el borde tirando de su mano para que se acomodara a mi lado -. Estoy algo ansioso por hacerte el amor de nuevo pero no tan loco como para hacerlo ahora con toda la familia en la casa – aunque solo debía cerrar la puerta con llave y podía ser algo rápido… “No, no, no… Cristian contrólate”, me rete mentalmente.
-¿Qué pasa? – pregunto conteniendo la risa por mi comentario.
-Quiero saber si te sentiste bien ¿Cómo estas? – tomo mi rostro entre sus manos y me miro con ternura.
-Estoy perfecta, te preocupas demasiado – me dio un pequeño beso y sonrió.
-Grace no fue el amor de persona que se que puede ser, ella puede ser muy dulce, tierna y comprensiva – asegure porque así actúa la mayoría del tiempo, no se porque con Ana le cuesta tanto.
-No voy a negar que me pone nerviosa su rechazo, pero te aseguro que no a sido tan malo mas bien he estado preocupada por ti – eso me sorprendió, porque debería estarlo si a mi no era al que estaban tratando tan duramente.
-¿Por qué por mi? – pregunte y me sonrió mas aun.
-Porque no quiero que te lastime, no debe ser fácil estar con alguien que tu madre no aprueba, después de todo ella es alguien muy importante en tu vida, incluso mas importante que yo – la abrace por la cintura y de apoco la acerque para que se acomodara en mis piernas.
-Tu eres la mujer mas importante en mi vida en este momento, mi madre lo es en otro sentido, pero tu eres la mujer con la que voy a pasar el resto de mi vida, te elegí porque eres todo mi mundo, porque eres especial, me inspiras, me haces sentir que quiero ser mejor cada día, me completas y complementas… pero sobre todo porque te amo con todo mi ser, como nunca imagine que se podría amar… puedo manejar a mi madre, pero no voy a permitir que te lastime ni ella ni nadie – acaricie suavemente su mejilla, Ana me miraba con sus ojos humedecido por las lagrimas.
-Eres un sueño… aun no creo que seas del todo real… - acaricio mi rostro -. Aun no entiendo como no te vi antes, como no descubrí antes lo que sentía por ti – se abrazó a mi cuello y comenzó a besarme, fue suave moviéndonos sincronizadamente -. Te amo – acaricie su espalda y la empuje para acercarla y besarla nuevamente.
Es difícil detenerme cuando la estoy besando, más cuando los besos se hacen tan insistentes e intensos como estaba pasando ahora. Ana busco adentrar su lengua en mi boca y la deje hacerlo gustoso para poder disfrutar de su sabor en mi. Muy despacio la fui acostando en la cama sosteniéndola con una mano de la cintura mientras dirigía mi otra mano hacia su pierna bajando lentamente por sus nalgas, luego sus muslos hasta llegar a la parte de atrás de su rodilla y tomarla de ahí con un poco de presión para subirla a mi cintura.
Me empujo un poco – Cristian – no sonó a gemido, más bien a un llamado de atención el cual ignore deliberadamente y ataque su boca de nuevo mientras mi mano viajo por su muslo interno hasta llegar a su entrepierna donde apreté su sexo con fuerza.
-Mmmm… Ana … estas muy caliente cariño – comencé a darle pequeños besos húmedos en su boca, tomaba uno de sus labios y lo tiraba para luego hacer lo mismo con el otro, luego comencé a bajar delineando su mandíbula, sin dejar de acariciar su sexo subiendo a sus nalgas y volviendo a bajar.