Anastasia POV
-Ana ¿no te vas a meter a la pileta? – pregunto? Mia, ella ya estaba metida junto con kathy, mientras yo me había sentado en una de las reposeras bajo la sombrilla con las carpetas de la pasantía.
-Aun no – conteste apenas mirándolas -, ya termino en un rato – definitivamente me inclinaba hacia el ofrecimiento de Los Angeles.
-De acuerdo, pero Mia estaba creyendo que no sabes nadar y por eso no te metes – dijo kathy en tono de burla, rodé mis ojos y la mire sonriendo.
-Me ha visto meterme los años anteriores por lo que no creo que ella piense eso – kathy me saco la lengua juguetona y la imite.
-Estaba pensando que si te vas a Los Angeles y kathy se va contigo yo puedo seguirlas también – mire a Mia sorprendida, eso me tomo desprevenida, éramos amigas pero no sabia que hasta ese punto.
-¿Y que pasa con Taylor ? – era hora de tocar eso, había estado esquivando la desde hace tres días que llego.
-¿Qué tiene que ver Taylor con todo esto? – pregunto esquiva y me pareció algo renuente.
-Taylor sigue sin estar bien, es obvio que te extraña – dijo kathy de manera insistente.
-Ya no hay nada entre nosotros… yo… - Mia salió de la pileta y kathy la siguió, se envolvió en una toalla, estrujo un poco su pelo y se sentó en otra reposera a mi lado, Kathy se acomodó a su lado -. Conocí a alguien – si hubiera estado tomando o comiendo algo me atraganto seguro, eso no me lo esperaba para nada.
-¿De que estas hablando? ¿Cómo que conociste a alguien? – katht sonó indignada y yo simplemente no podía articular palabra.
-Hace como cinco meses se llama Mia….
-¿Taylor lo sabe? – la corte en el acto, yo quiero a Mia pero no me gustaba esto, Taylor aun la amaba y ella lo sabia, no podía creer que? Mialo haya olvidado.
-Se lo dije cuando llegue, él esta en casa – dijo esquivando mi mirada, parecia culpable y debía sentirse así, estoy segura que todavía siente algo por él, una amor tan fuerte no puede morir de un día para el otro.
-¿Estas segura? Para mi ustedes están destinados a estar juntos… yo lo sentía… - dijo kathy suspirando con tristeza.
-Pues no lo sentiste bien, ahora estoy empezando algo con Royce – sentencio Mia y ese fue el final de la conversación.
La tarde después de la noticia de Mia no había pasado muy amena, a mi me estaba costando mucho aceptar que ella hubiera elegido a cualquiera por encima de Taylor, sobre todo porque sé que él la ama y estoy segura que ella también, pero Mia es muy terca.
-¡Ya llegaste! – Carla me saco de mis pensamientos -. Ven tengo algo para ti – dijo tomando mi mano y llevándome hasta su taller.
-¿Qué es esto? – dije tomando la caja de color lila con un gran moño.
-¡Ábrela! – Exclamo emocionada – Espero te guste – abrí la caja lentamente, saque lo que estaba adentro.
-No hemos viajado mucho, pero no puedes negar que tu padre nos ha llevado a comer a lugares raros – me reí y me emocione cuando comprobé lo que era.
-Son las remeras – afirme y ella asintió. Me había hecho una manta con todas las remeras que habíamos comprado en lugares donde habíamos ido haciendo cortos paseos, lugares raros, chicos y desconocidos. Era realmente increíble.
-¡Gracias! – exclame mientras la abraza -. Es perfecta mamá – acaricio mi espalda aun abrazada a mi.
-Quiero que la tengas para cuando te mudes donde decidas, así tienes un recuerdo de nosotros, ahí remeras de tu padre, mías y tuyas – se alejó un poco de mi y me miro a los ojos -. Nunca me voy a cansar de repetirte cuan orgullosa estoy de ti – sonreí y se me escaparon un par de lagrimas -. Cuando vuelva y si ya has decido donde ir te quiero ayudar a preparar todo – asentí.