Edward POV
****AVISO: este capítulo contiene Lemmon, leer bajo su responsabilidad****
Revise mi celular, era bastante tarde y Ana seguramente me abría llamado para confirmarme que estaba en Los Angeles ya, pero al revisar no había ninguna llamada de ella, en el acto la llame pero no atendió, hable con papá y me confirmo que la había dejado en horario en el aeropuerto. Trabaje en la maqueta totalmente intranquilo, cada cinco minutos miraba mi celular y marcaba su numero y seguía sin atenderme.
“Ana ¿Dónde mierda te has metido?”, pensé una y otra vez. Estaba decidido, en cuanto llegara a casa llamaría a Charles, si hacia falta me iba a Los Angeles a buscarla.
-Cristian – Bianca la recepcionista me llamo desde la puerta del taller.
-Bianca – batió sus pestañas como hacia siempre cuando la miraba, hoy no estaba de ánimos para sus coqueteos.
-Te buscan – dijo y eso me sorprendió -. Hay una chica en la recepción – camino a mi lado en cuento salí del taller para ir a la recepción.
-¿¡Ana!? – Estaba parada a un costado mirando por la ventana, su maleta a su lado, se giro y me miro, había algo de tristeza pero en cuento nuestras miradas se cruzaron sonrió -. ¿¡Ana que haces aquí!? – me acerque y la abrace con fuerza.
-No puedo Cristian– susurro contra mi pecho.
-¿Qué no puedes cariño? – nos separe un poco para mirarla a los ojos.
-Estar lejos de ti, no lo soportaría – acaricie su rostro con delicadeza y cerro los ojos apoyando mas su cara en mi mano.
-Ana ¿firmaste ya el contrato? – negó con la cabeza y la mire sorprendido. Sentí la mirada de Bianca sobre nosotros, este no era el lugar para hablar, saque las llaves del departamento de mi bolsillo.
-Ve a casa y me esperas para que hablemos, aun me quedan una hora de trabajo – tomo las llaves y le di un pequeño beso en los labios -. ¿Estás bien? – asintió sonriéndome levemente.
-Te espero, no demores – iba a tomar la maleta pero la agarre antes, la acompañe y me asegure que tomara el taxi.
No puedo negar que estaba preocupado y también emocionado de saber que cuando llegara a casa ella estaría esperándome. Me concentre en mi trabajo, necesita tenerlo terminado ya que no lo quería dejar a medias y mañana ya no estaría en este área. Salí un poco mas tarde de lo habitual y rápidamente me subí a mi auto llegando en tiempo record a mi departamento. Apenas Ana abrió la puerta la tome del cuello y comencé a besarla con ganas mientras cerré la puerta con el pie, nos abrazamos con fuerza y continuamos besándonos parados en el lugar sin mover mas que nuestros labios contra los del otro y jugando con nuestras lenguas.
-Tengo lista la cena – dijo cuando nos separamos. Acaricie su rostro delineando su mandíbula después, bese su frente y nos sonreímos.
Cenamos en silencio, Ana perdida en sus pensamiento como solía pasarle últimamente y yo observándola tratando de adivinar que le pasa, porque estaba acá y no en Los Angeles, cuales serian sus nuevos movimientos y sobre todo porque parecia tan relajada de no haber firmado el contrato.
-¿Quieres que salgamos a tomar un helado? – le pregunte mientras recogíamos la vajilla sucia para lavarla.
-Prefiero nos quedemos a hablar – asentí, Ana lavaba mientras yo secaba y guardaba todo.
Cuando terminamos me acerque a ella abrazándola por la cintura y nos besamos durante varios minutos, no voy a negar que tenerla a mi lado nuevamente me dejaba mas tranquilo que sabiéndola lejos. Cuando nos separamos tomo mi mano y me guio al sillón para sentarnos, calculo que ahora venia la conversación.