Capitulo 29 Una Experiencia Extraordinaria

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Cristian y Ana POV

****AVISO: este capítulo contiene Lemmon, leer bajo su responsabilidad****

(Ana POV) No estaba nerviosa, había algo de ansiedad tal vez, pero lo que realmente sentía era una desesperación por sentirlo en cada rincón de mi piel. Desesperación por seguir besándolo, poder ver todo su cuerpo desnudo y glorioso sobre el mio, y que me hiciera suya de todas las maneras posibles. El camino de vuelta a su departamento se me hizo eterno, parecia estar demasiado lejos y eso me desespero mas, pero mi corazón se aceleró al ver que entrabamos en el garaje del edificio.

Entramos en el ascensor y marco su piso, estábamos abrazados pero necesitaba mucho seguir besándolo así que me abalance sobre sus labios con fuerza y con cierta desesperación comencé a besarlo aferrándome a su nuca. Sus manos fuero directo a mis nalgas y las apretaba suavemente, seguimos así hasta que sentimos el ascensor detenerse y de manera rápida llegamos a la puerta de su departamento.

-No doy mas Ana, quiero sentirte – apenas había abierto la puerta de su departamento y me tomo con fuerza de la cintura y comenzó a besarme, entramos y cerro de un portazo sonoro y aun besándome pude sentir que cerraba con llave. Soltó mis labios y bajo por mi cuello dando besos -, quiero escucharte gemir fuerte… quiero sentir tu piel desnuda contra la mía… ¡dios Ana!... quiero que gimas mi nombre alto y fuerte… - sus besos en mi cuello era demandantes, desesperados y muy húmedos. Su respiración pesada y caliente chocaba contra mi piel y la calentaba más de lo que estaba, nunca pensé que se sentiría locamente delicioso.

-Cristian… - fue el primer gemido cuando sentí que acariciaba los muslos internos de mis piernas subiendo rápido hasta llegar a mi entrepierna – Aaaahhh… - busque el borde de su saco y comencé a empujarlo para sacarlo.

-Así preciosa…. Así quiero escucharte… - su respiración era pesada y jadeaba sobre mi piel mandando miles de sensaciones nuevas y un cosquilleo de placer atravesó de mi cuerpo -. Desnúdate Ana… hazlo para mi… - susurro en mi oído. Lo mire sonriendo, me sorprendió notar que su pedido si bien me hizo ruborizar no me hizo sentir cohibida, quería desnudarme para  él. 

Camine lentamente hasta quedar a los pies de la cama, luego me gire quedando de espaldas a la cama y frente a frente con él, me miraba atento desde lejos y comenzó a desprender su camisa de manera lenta y agonizante, ansiaba ver su cuerpo desnudo. Comencé sacando el cinto de mi vestido, busque el cierre y lo baje lentamente sosteniéndolo para que no cayera a mis pies, no aun. Cristian terminaba de desprender el último botón de su camisa y se la saco dejándola caer hecha un bollo sobre el piso a sus pies.

-Sigue preciosa… déjame admirar tu glorioso cuerpo… - “¡Dios! Cristian si que sabe como incentivarme”, pensé. Su mirada felina me estremecía completamente, me recordaba a los documentales del National Geography donde muestras los animales en caza, parecia un lobo a punto de atrapar a su presa y me sentía eufórica de ser esa presa totalmente rendida para ser devorada por él. 

De a poco, muy lentamente deje resbalar mi vestido a lo largo de mi cuerpo y mis piernas hasta que finalmente quedo en el piso rodeando mis pies. Cristian sonrió de manera torcida y comencé a sentir su mirada penetrante recorrerme desde los pies, subiendo lentamente por mis piernas, sonriendo mas cuando llego a mis caderas y siguió por todo el largo de mi vientre, mis senos hasta que su mirada se encontró con la mía. Empezó a caminar lentamente hacia mí, sus cejas espesas, sus ojos verdes ahora más oscuros y entrecerrados, sus largas pestañas le daban un aire de sensualidad y atracción intoxicante. Cuando estuvo frente a mi con un dedo roso suavemente la piel de mi vientre haciendo que un escalofrió recorriera mi piel y mi respiración se alterara en el momento, baje mi mirada para ver su mano, solo era su dedo índice rosando muy lentamente mi vientre alrededor de mi ombligo, sentía la humedad en mi centro inundarme y sabia que estaba mojando mis diminutas braguitas. Me tomo del mentón con su otra mano y levanto mi rostro mirándome nuevamente a los ojos.

Junto a ti por siempre (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora