Miyeon y Yugyeom, dos idols de Corea del Sur, integrantes de grupos bastante importantes en el mundo, crean una bonita amistad que pronto...¿se convertirá en otra cosa? Con muchos problemas de por medio en su vida, ¿serán capaces de superarlo todo...
Yugyeom se movió y abrió los ojos lentamente, me separé tan rápido de él que me hice daño. Mis cotillas y mi estómago dolían, mi mejilla derecha también ardía y en mi boca no sentía nada.
-¿Estás bien?- pregunta Yugyeom cuando escucha mi quejido.
-Si, me he movido demasiado rápido
-Al menos ya puedes hablar
-¿Quieres desayunar algo?- le pregunto amablemente.
-Me bastaría con una galleta- me levanté pero mi cuerpo falló, me tuve que volver a sentar para no desestabilizarme por el dolor.
-Mmh, este dolor me mata
-Tranquila, ya voy yo- dice levantándose.
-Están en el primer cajón de debajo del lavabo
-Valep
Cogió un paquete de galletas y de él cogió una, se volvió a sentar a mi lado. ¿Era la única persona que pensaba que Yugyeom estaba demasiado guapo cuando recién se levantaba?
-Tengo que cambiarme, me siento incómoda con esta ropa- digo levantándome de nuevo, o haciendo el intento. Yugyeom me ayudó a llegar hasta mi habitación, y dijo que me esperaría fuera de esta para ayudarme a bajar.
Hice mi rutina diaria más despacio que de costumbre, recogí mi pelo en una coleta alta y me maquillé naturalmente, me puse esto y salí de la habitación sin ni siquiera mirarme al espejo, que es lo que siempre hacía.
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Yugyeom me miró de arriba a abajo pero creo que no lo hacía con esa intención.
Miré mi cuerpo y luego a él.
-¿Qué pasa?- pregunto.
-¿Te has mirado al espejo? Mira esto- dice señalado mi estómago, no veía nada así que fui al espejo del baño de mi habitación seguida de Yugyeom, lo que vi me dejó de piedra.
Tenía moratones repartidos por mi estómago, mi muñeca izquierda estaba marcada con dedos al igual que mi brazo izquierdo, me miré la espalda y también tenía moratones, pero menos visibles.
-No lo había visto
-¿Cómo te has hecho todo esto?- pregunta Yugyeom asombrado.
-Creo que las marcas de dedos son de Joon, los moratones por los golpes de ayer y lo de la espalda de cuando me puso contra la pared- digo tan tranquila, aunque en realidad no lo estaba.
-Te dejaré mi chaqueta para que no se te vea tanto, tengo una en el coche- dice sin apartar la mirada de mi cuerpo, aunque lo hacía a buenas me sentía intimidada.
-No hace falta que me dejes nada Yugyeom
-Tenemos que ir a que un médico te vea eso- dice ignorando mi respuesta adrede.
-Ya hiciste suficiente anoche y te lo agradezco pero no te quiero molestar más, deberías estar escribiendo tu canción- no me gustaba molestar a la gente con mis problemas, eso era una de las cosas que me enseñó mi querida madre cuando era pequeña, a que no dejara que los demás se preocuparan por mi y hacer que les complique la vida, como hizo ella con mis hermanos.
-No me importa, no me gusta que hagan daño a las personas de ninguna manera posbile, tenemos que ir al médico o si no a la policía
-¿A la policía por qué?
-Porque no es normal que tengas tantas marcas en el cuerpo por "maltrato"
-No es "maltrato", solo pago por lo que hago
-Oh venga, ¿que le has hecho al idiota de Joon para que te deje así? ¿O que le has hecho al padre de Mina para que te pegara?- tenía razón pero no lo quería admitir.
-Déjalo, no lo entiendes
-¿Qué tengo que entender?
-Que no me conoces y no puedes juzgarme- esas palabras salieron solas de mi boca, aunque era lo que pensaba no quería decirlo en voz alta.
-¿Qué he hecho para que me digas eso? Solo te estoy aconsejando que hagas algo para que no acabes peor de lo que ya estás, solo tienes que mirarte Miyeon
-Estoy perfectamente así, no puedes venir y decirme lo que tengo o no que hacer
-¿Me estás diciendo que te estoy mandando hacer cosas? Venga hombre, tú misma fuiste la que me pediste que me quedara anoche
-Fuiste tú quien me besó
-Pero tú no te apartaste
-Fue tu culpa
-No dirías lo mismo cuando se te agita la respiración al estar tan cerca de mi, ni cuando me llamas para que te ayude cuando te pasa algo malo y te quedas dormida en mi hombro- me quedé sin palabras, tenía razón, claro que la tenía, pero no iba a permitir que me hablara así.
-Vete- fue lo único que fui capaz de decir. Yugyeom salió de mi habitación dando grandes zancadas, en menos de treinta segundos se escuchó la puerta principal cerrarse de un portazo.
¿Por qué soy tan tonta? No entiendo por qué acabamos de tener esta pelea, debería ir al médico al menos para que me revise.
Cogí todas mis cosas, eran las doce y media pasadas así que me daría tiempo a volver para hacer la comida.
En viente minutos llegué al médico, allí esperé unos diez minutos hasta que me atendieron. El doctor hizo que me sentara en la camilla después de decirle lo que me pasaba y quitarme la máscara y la chaqueta que llevaba.
-¿Cómo te has hecho esto? Es obvio que las marcas de dedos te lo ha hecho alguien, ¿pero y los moratones?
-La mayoría son porque me...me pegaron- digo tímidamente, visto así era algo grave.
-Deberías plantearte ir a la policía y denunciar esto, últimamente está siendo visto mucho la agresión a la mujer proveniente del hombre por Seúl- me explica mientras me mira los moratones.
-Nunca se me ha dado bien hablar delante de la policía, así que pensarían que miento y que estaría loca
-Los moratones no son graves pero no se te pasaran en poco tiempo, solo tienes que esperar a que se vayan, pero no vuelvas a dejar que te peguen
-Está bien, gracias- le agradecí, salí de allí y fui a mi casa, al menos podía moverme más que esta mañana.
