CAPITULO 40

1K 79 14
                                    

Después de esa plática con Alex, regresamos a la habitación de Lía, cuando entramos Mark y Becky estaban jugando con Lía, y ella se veía más tranquila, voltee a ver a un rincón de la habitación y estaba Damián con cara de pocos amigos.

—Lyana. —Entro Taylor a la habitación y me tomo del brazo para sacarme de nuevo, Damián volteo a ver a Taylor molesto y me extraño su actitud.

—¿Qué pasa Taylor?. — le dije seria

—Lyana. —Suspiró para tratar de calmarse un poco —sé que en este momento estas pasado por un mal momento, que no debería molestarte con estas cosas, pero creo que debes hablar con Damián, está tensando mucho el ambiente y tu hermana eso lo está resintiendo. — Me dijo seria —hable con él, pero según el todo está bien, pero Lyana su actitud incomoda a tu hermana. —

—¡Dios!, en lugar de ayudarme solo me estorba. —dije molesta

—¿Quién te estorba?. — dijo Damián saliendo de la habitación de Lía

Yo lo mire molesta, de verdad que esto estaba llegando muy lejos —Damián debemos hablar. —le dije molesta

—De seguro le dijiste cosas que no son. —miro a Taylor muy enojado y se acercó a ella con los puños cerrados, me sorprendió mucho su actitud al igual que Taylor que no se movió de su sitio y lo miro firme.

—Créeme que no me asustas Damián. —Le dijo seria Taylor —pero debes cambiar de actitud sino quieres perder a Lyana, te lo vuelvo a repetir. — lo miro a los ojos

—y yo ya te dije que no te metas en lo que no te importa. —le apunto con el dedo índice, bastante molesto

—Damián basta. — me acerque para no gritar, no quería que nos corrieran del lugar por su culpa — lo jale del brazo y él volteo a verme molesto.

—No me gusta que me excluyas de tu vida Lyana, no me gusta. — me apunto con el dedo.

—Ven. — lo jale para alejarnos de ahí, de verdad no quería tener problemas en el hospital.

—¿A dónde vamos?. —dijo Damián siguiéndome, pero yo no conteste sabía que si lo hacía iba a explotar en ese mismo momento. —Lyana contéstame maldición, me molesta que te haga una pregunta y no me contestes. — me dijo serio alcanzándome

—Vamos a hablar, pero no aquí, no quiero tener problemas en el hospital. — le dije molesta

Llagamos a un pequeño restaurant no muy lejos del hospital y nos sentamos —Damián esto no puede seguir así. — lo mire a los ojos

—¿Qué quieres decir?. — me dijo desconcertado

—Damián como te dije hace rato estoy pasando por un pésimo momento, el peor de mi vida diría yo y tú en lugar de ser ese apoyo que necesito, estar a mi lado y darme paz, lo único que haces es complicarme la existencia, de verdad créeme que no necesito eso. — le dije seria, tratando de no llorar

—Lyana entiéndeme por favor. — me dijo serio tratando de tomar mis manos pero yo se las quite y el suspiro tratando de calmarse — entiendo por lo que estás pasando, la muerte de tus padres y Lía en el hospital. —Bajo la cabeza — solo que no me gusta que me excluyas amor, yo quiero apoyarte pero tú en vez de eso corres con los idiotas de tus amigos. —

—Ya te dije que tienes que respetarlos, ellos más que amigos son familia entiendes, lo único que tengo en este momento y si corro a ellos es porque sé que ellos me ayudarán en todo lo que puedan. —le dije molesta

—¿y yo no?. — Me miro triste —créeme que yo te puedo ayudar más que Alex—suspiró — tengo los mejores abogados, con una palabra que tú me digas, créeme esa mujer no te dará más problemas, pero dímelo a mí no a ellos, soy yo el que te va ayudar. —me dijo y por segunda vez, pude ver un poco más negra su mirada, me dio un poco de temor la manera en que me hablaba.

Obsesión PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora