CAPITULO 46

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-Oficial no puede hacer eso. -le dijo Taylor tratando de oponerse

-si interviene usted también será arrestada. - se acercó el oficial a Taylor.

-Lyana, no digas nada, te conseguiremos un abogado. -me dijo Taylor.

-Está bien. -dije un poco llorosa

-Tenemos una orden para llevar a la niña Lía Grace Mossa con su tía. -me dijo el oficial mientras otro policía subía

-Por favor no así, déjenme hablar con ella, explicarle. - decía nerviosa

-Tuvo su oportunidad y no la aprovecho. -dijo el hombre mientras me empezaba a sacar de la casa, yo estaba muy nerviosa y lloraba, esto no podía estar pasando mi hermana se iría con mi tía y yo iría a la cárcel.

Salimos y vi a mi tía con su estúpida sonrisa viendo que me metían a la patrulla.

-Nooooooo. -gritaba Lía mientras un oficial la cargaba

-Líaaaaaa. -grite, estaba desesperada, vi que los muchachos venían detrás de los oficiales y Damián caminaba con un poco de dificultad, su abogado no logro nada, sabía que no debía confiar en él, debí explicarle a mi hermana lo que iba a pasar y no que se ilusionara con algo que no con algo que no sucedería, yo me sentía tan mal que lloraba sin control.

-¡Lyana, ayúdame!-gritaba mi hermana mientras era entregada a mi tía que la metió sin piedad a su auto, vi que Damián algo le quiso decir pero ella simplemente se fue dejándolo con la palabra en la boca, el auto patrulla empezó andar rumbo a la comandancia.

Narra Taylor

Muchas cosas habían pasado en ese viaje que no me estaban gustando, primero el comportamiento de Damián que no era el mejor, cada vez estaba más celoso de los muchachos y no tenía justificación, después la forma en que lo golpearon, era algo que no me estaba cuadrando, así que pedí que me tuvieran al tanto de la investigación, la forma en que Damián controlaba a Lyana no me gustaba.

Debía ser cautelosa con Damián, pero lo investigaría apenas llegara a México, sé que debí haberlo hecho desde un principio, pero era encantador, algo estaba cambiando el él, no quería parecer paranoica así que no dije nada a los muchachos, mucho menos a Lyana, si Damián ocultaba algo lo iba averiguar.

Cuando tocaron la puerta y vi al agente enseñándome su placa sabía que nada bueno saldría de eso.

Vi como el oficial arrestaba a Lyana, apreté mis puños por la impotencia, sabía que no podía hacer mucho, no me podía oponer al arresto de mi amiga, así que solo le di un consejo, que se mantuviera callada hasta que llegara el abogado.

Subí corriendo hasta donde un oficial cargaba a Lía, la niña pataleaba asustada, era lógico y mis amigos trataban de tranquilizarla.

-¿Qué pasa?. -salió Damián de la recamara de Lyana

-Arrestaron a Lyana consigue un abogado. - le dije yendo hacia donde estaba el oficial.

-Demonios. -dijo molesto

-Por favor oficial es solo una niña, déjenos llevarla a nosotros. -le dije nerviosa.

-Lo siento señorita, pero ya que ustedes se negaron a entregar a la niña no podemos confiar. -dijo tomando a Lía entre sus brazos.

-Cuidado con su bracito, lo tiene fracturado. -Decía Mark llorando -no sea brusco. -

Todos íbamos detrás del oficial y Lía seguía llorando y pataleando

-¡Lyyyyyyana!. -grito la niña al ver a Lyana en la patrulla pero no podía zafarse del policía, mi amiga grito pero el vidrio apago todo grito.

-Tranquila Lía. - le dije tratando de controlarme, no debía flaquear en ese momento.

Obsesión PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora