CAPÍTULO 29

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Al día siguiente me desperté y no escuche ningún ruido seguro Taylor se había quedado dormida, necesitaba ir a correr y debía despertarla en cuanto antes, no quería correr muy tarde así que después de cambiarme con mi ropa de ejercicio lavar mi cara y dientes y peinarme entre en su habitación y la vi efectivamente aun dormía.

—Vamos floja despierta. — Le avente una almohada y ella se sobresaltó.

— ¡Dios Lyana! ꟷ se volvió acostar poniendo su almohada en la cabeza.

—No me obligues a ser ruda Taylor Spencer. — Le dije divertida – debes levantarte debemos ir a correr —

—¿Qué horas es?. — Dijo viendo su celular – Lyana no manches son las 5:20 de la madrugada ¡Por Dios! aun ni sale el sol. — Se volvió a poner la almohada en la cabeza.

— Es la hora perfecta para ir a correr. — le quite la sabana que la cubría y me aventé sobre ella brincando sobre la cama — vamos detective tiene que cuidarme y sino estas lista en 10 minutos me voy sola.

—Está bien. — suspiró y se levantó de la cama para ir directo al baño y yo salí de su recamara para ir a la cocina y tomar un jugo, empecé a calentar cuando vi a Taylor salir ya lista.

— ya ves que nada te cuesta estar lista temprano. — Sonreí mientras se acercaba a mí para empezar a calentar.

— Bueno, es que yo salgo a correr de día no de noche. — me dijo y dio un gran bostezo y empezó a estirarse.

— Taylor no debes ser floja además no es de noche ya amaneció prácticamente desde hace algunas horas. — sonreí.

— Lyana quiero que tengas esto. — me dio un pequeño spray.

—¿qué es esto?. —dije observando incrédula, observando con cuidado el pequeño artefacto.

— Es un gas lacrimógeno si alguien se acerca amenazantemente se lo tiras en los ojos lo dejara ciego y fuera de combate el tiempo suficiente para que escapes. — La miraba asombrada y abrí el pequeño spray — cuidado — sonrió Taylor ꟷ no quiero que me dejes ciega a mi o que te dispares por error, eso te dolerá.

—Gracias Taylor esto me servirá mucho. — la abrace — además que muy práctico— dije mientras lo guardaba en un pequeña bolsa interna de mi leggins.

—Ahora sí. —Taylor me hizo una sonrisa traviesa — La que llegue a lo último al parque paga el desayuno. — y sin más salido corriendo.

—Oye no seas tramposa. —salí corriendo tras de ella cerrando mi puerta rápidamente —Taylor no seas tramposa. — corrí tras de ella bajando las escalera de verdad esta chica era rápida.

—Ja, ja, ja, corre tortuga. — me gritaba divertida mientras se perdía bajando las escaleras llegue a la salida y no la vi, me quede quieta.

—Taylor, ¿dónde estás?. — caminaba con cuidado por el estacionamiento.

— buuuuuuuuuu. — Me salto enfrente como un gato y yo salte hacia atrás asustada. ꟷ

ꟷTaylor me asustaste — Puse mi mano en mi pecho —¡por Dios! — dije dándole un manotazo en su brazo y ella reía divertida.

—Hubieras visto tu cara fue lo mejor. — Se doblaba de la risa y yo reí con ella esa sonrisa era contagiosa Taylor salió corriendo y yo detrás de ella, quería alcanzarla no me podía ganar pero esa chica era de verdad rápida, era de esperarse llego primero al parque y levantó las manos en señal de victoria — ¡siiiiiii gane! — dijo divertida mientras me esperaba.

—Taylor Spencer eres una tramposa de lo peor. — me queje.

—¿No sabes perder niña?. — Se reía divertida — anda vamos a correr juntas para haber que tanto aguantas. — sonrío.

Obsesión PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora