CAPÍTULO 35

922 66 10
                                    

Salí muy feliz de mi departamento las cosas estaban mejorando me sentía liberada, ese loco estaba muerto, había conocido a un hombre que me encantaba y Taylor se quedaría en el departamento. Ella se había convertido en una hermana en muy poco tiempo y me alegraba que estuviera ahí.

—Hoooola — le sonreí a Damián que me esperaba recargado en su auto, ¡por
Dios! Se veía hermoso en ese traje negro, sin corbata, ese barba muy bien arreglada y sus hermosos ojos negros mirándome.

—Te ves hermosa. — me sonrió dándome un beso en la mejilla.

—Gracias, tú también estas muy guapo. —le sonreí acomodando el cuello de su camisa.

—Adelante madame. — dijo abriéndome la puerta del auto para que subiera.

—Gracias caballero. — le sonreí y subí, vi que el rodeo el auto y yo me incline para abrirle su puerta ya que tenía seguro.

—Gracias hermosa. — me dijo con esa retorcida sonrisa que me estaba llegando a encantar.

Después de un trayecto de media hora llegamos a una casa muy bien arreglada por fuera, yo me sorprendí creía que íbamos a un restaurant o algo parecido pero no, estábamos en lo que parecía su casa, yo creo que vio mi cara de desconcierto porque me dijo:

—Tranquila solo cenaremos, yo mismo la prepare. — salió del auto para abrirme la puerta y baje dándole la mano.

—solo esperaba otra cosa pero esto no me disgusta. — le sonreí para calmarlo y me sonrió igual.

—Bueno, esto te va encantar. —por primera vez desde que lo conocí hizo una gran sonrisa y sus ojos se iluminaron, sonreí al verlo parecía niño chiquito mostrando el gran trabajo que había hecho a su madre.

Entramos la casa, un olor muy agradable inundaba toda la casa como aromatizante floral.

—Ven. — me dijo tomando mi mano y llevándome a un pequeño jardín donde una mesa estaba perfectamente arreglada.

—Wou gracias, Damián esto es muy hermoso. — sonreí al ver la mesa y abrió mi silla para que me sentara.

—De nada hermosa, esto y más te mereces. — dijo sentándose.

A los pocos segundos una mujer joven se acercó a nosotros acompañado de otro joven el cual traía una charola y una pequeña mesa desplegable donde la puso la charola, la señorita empezó a servirnos esa deliciosa comida que olía delicioso.

—Muchas gracias, muy amable. — le sonreí y ella solo hizo una pequeña reverencia.

Nos sirvieron el vino y después se retiraron —Vaya no sabía que tenías sirvientes. —dije sorprendida.

—Bueno, me va bien y puedo darme esos lujos. — dijo levantando los hombros.

Di el primer bocado y de verdad esa carne estaba deliciosa ꟷ¿De verdad cocinaste tu? ꟷ le di una sonrisa incrédula.

ꟷClaro que yo cocine ꟷ me sonrió ꟷ Bueno debo confesar que con un poco de la ayuda de Ofelia mi cocinera.

ꟷJa,ja,ja bueno pues felicidades para ti y para Ofelia ꟷ Él no podía quitar la vista de mi.

ꟷLe diré de tu parte ꟷ me miró divertido ꟷ Lyana de verdad que eres más hermosa de cerca ꟷ dijo acariciando mi mejilla.

ꟷGracias ꟷ Me sonroje y baje mi mirada.

ꟷMe encanta ver esos hermosos ojos, nunca los quietes de mí por favor ꟷ levanto mi mentón y me obligo a verlo.

Yo le sonreí y seguimos conversando amenamente la cena fue placentera muy agradable al decir verdad, platicábamos para ponernos al día un poco de nuestras vidas, bueno más yo que él, me escuchaba atento hablar sobre mi familia, y como éramos tan unidos.

Obsesión PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora