Capítulo 23

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-Pero bueno vamos con Mark – me abrazo para caminar con mi amigo que estaba sentado observando desde lejos

-Me pondré celoso de su amistad, si me excluyen de ella – dijo Mark cruzando los brazos

-Hay mi niño – lo abrace no debes ponerte celoso, si te amo con todo mi corazón – le agarre sus cachetes

-Lyana – rio Mark

-Ja,ja,ja,ja no te tienes que encelar Mark, Lyana no te cambiaría por nada ni nadie – rio Taylor

-Becky me encargo algunas cosas iré a comprarlas ¿te quedas o vas con nosotras?— le pregunte a Mark.

-Me quedo me hablo Alex que viene en camino – me sonrió – y lo de hace rato era solo una broma

­-Lo se mi amor, lo sé – le sonreí

-No te muevas de aquí y del custodio – le sonrió Taylor – ya regañare a Alex cuando llegue por no hacerme caso.

­-Si Taylor, por favor, regáñalo, me hizo enojar mucho su terquedad, ¿Qué tal si le pasa algo?, me muero, si eso pasa - puso su mano en el pecho.

-No te preocupes él estará bien – le sonrió Taylor.

Salimos del lugar rumbo a una tienda de autoservicios, Taylor manejo.

-¿Cómo te fue? — tenia tantas ganas de hacerle esa pregunta desde que la vi llegar, quería cerciórame que estuviera bien, sabía que ver a ese tipo no era de su agrado.

-Pues – dio un fuerte suspiro – bien logre hablar con ese tipo y le deje las cosas en claro, tarde un poco, ya que antes de venirme traían al tipo que me disparo, asi que tuve que declarar y todo eso – me dijo seria.

-¿En serio? – Sonreí – eso es bueno Taylor.

-Si es muy bueno – me sonrió – creo que hay una escoria menos en la calle, pero cuando atrapemos al maldito que te está haciendo esto a ti, vamos a celebrar – me sonrió.

-Con copa de champagne y todo – sonreí viendo por la ventana.

-Ya verás que lo atraparemos Lyana – me puso su mano en el hombro y voltee a verla.

-El hombre que murió no era él ¿cierto? – dije preocupada.

-No, no era él pero creemos que ese hombre estuvo involucrado en la muerte del doctor – me dijo seria.

-¿En verdad? – me asombre en eso sonó el celular de Taylor justo cuando nos estábamos estacionando.

-¿Bueno? – Contestó – si papá todo está bien, estoy trabajando papito ahora no puedo ir, ¿Qué tienes?— dijo preocupada — ¿porque lloras? – Dijo prendiendo el automóvil de nuevo – no te entiendo si estas llorando así, tranquilo – de pronto freno – si papito lo sé – suspiro para no llorar, yo la miraba desconcertada y preocupada a la vez – no podías hacer nada papito cálmate por favor, ¿estás solo?

-Le toque el hombro para que me viera – vamos, por mí no hay problema – le hable despacio – tienes que estar con él.

-Espera papá – tapo la bocina – él estará bien, ahora estoy trabajando.

-No Taylor, tu papá te necesita – si quieres me quedo en el auto pero debes acompañarlo.

-Está bien papito voy en un momento, si espérame no, no te preocupes – le dijo tratando de calmarlo y colgó, puso su cara en el volante tratando de controlarse y yo acaricie su espalda.

-Taylor ¿Qué pasa? – dije de verdad preocupada

-Nada Lyana, nada – levanto su cara y limpio unas lágrimas que habían caído en su mejilla.

-Vamos tenme confianza, para poder ayudarte – le dije seria.

-Por Dios – dijo aferrada al volante, sus nudillos estaban blancos de lo fuerte que lo apretaba.

-Es que no te debo involucrar en mis problemas suficiente tienes con los tuyos – dijo incorporándose.

-¿Sabes? – la mire – contigo ha pasado algo muy especial, te estoy viendo como a una amiga, y me preocupas de verdad Taylor, no eres solo la persona que me está cuidando eres mi amiga por favor no pienses en mí solo como alguien que debes cuidar.

-Yo también te he tomado un cariño muy especial me recuerdas a— se quedó callada y bajo su mirada – a Lizbeth, tú te pareces tanto a ella – me sonrió.

-¿Sí? – Sonreí — ¿Quién es Lizbeth? – busque su rostro.

-Mi hermana la razón por la que mi padre esta así – dijo triste - debo ir a verlo.

-Si vamos – le dije seria veía el dolor en su corazón, David tenía razón ella se sentía culpable yo la iba ayudar, aun no sabía como pero lo iba hacer pero iba averiguarlo.

-Después de un rato en completo silencio nos estacionamos en una casa muy acogedora se veía que la cuidaban mucho, tenía un pequeño jardín enfrente muy bien cuidado.

-Acompáñame – dijo quitándose el cinturón de seguridad.

-¿Estas segura? – la miré incrédula.

-Sí, no te voy a dejar aquí eres un blanco muy vulnerable adentro de un coche – me sonrió – además quiero que veas a mi papá, creo que no está bien ¿lo puedes revisar? – me miro suplicante.

-Bueno no traigo mis cosas pero si puedo, si creo que necesita ayuda más especializada lo llevamos al hospital ¿ok? – le sonreí.

-Si gracias Lyana – me dijo nerviosa y entramos a la casa.

-Papito ¿Dónde estás? – Taylor fue a buscarlo y yo me quede en la sala viendo un pequeño librero donde había muchas fotos familiares.

-Lyanaaaaaaaaaaaa –grito Taylor que me sobresalto y corrí hasta donde oí el grito para ver al padre de Taylor tirado inconsciente y un pequeño orificio en su pecho salía un pequeño hilo de sangre, tenía una pistola cerca de su mano.

-Tranquila Taylor – dije apartándola y buscando el pulso en el cuello del papá de Taylor.

Se escuchó un ruido y ella saco su arma – No te me muevas – dijo yendo hacia donde se encontraba el ruido, yo sabía que el papá de Taylor estaba muerto, Dios como se lo iba a decir, estaba asustada, desde hace tiempo vivía en el miedo constante.

-Altoooo – grito Taylor y se oyó un disparo me tape la cabeza, no Dios se oyeron dos disparos más y un silencio total, salí y vi a Taylor arrodillada.

-Taylor ¿estás bien? – corrí hacia ella.

-Esta muerto ¿verdad? – dijo llorando, yo tenía un nudo en mi garganta.

-Lo siento Taylor -la abrace – noooo maldito Carbajal te voy a matar – lloraba desconsoladamente, pegándole al piso con los puños.

*Mark en la multimedia.

Espero que me digan que les parece la historia, ya que no se si les esta gustando o no. Votar no cuesta nada.

Obsesión PeligrosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora