Una Chica Skater

Una historia

Estaba sonriendo me el muy estúpido, es que es insoportable yo no soporto a personas como el.

Me quede analizandolo, tenia ropas holgadas como un Skater es bien alto el pelo teñido ese y tenia su tabla acompañándolo.

-¿Puedo pasar o seguiras mirandome?- dice el men.

Abri la puerta completa- claro.

Paso y cerré.

-¿Y Cindy?- preguntó.

-Y yo que voy a saber- dije.

Nos sentamos en el sofá de la sala.

-Casi que no pude llegar aquí- dijo- parecia un laberinto el camino para llegar aquí.

-¿Como deminios no sabes donde vivo?

-¿Deberia? Si me importaras tal vez me pondría de acosador apareciendo como si nada a tu casa.

-...- se torno un silencio.

-Mientras esperamos a Cindy... ¿me das un tour por tu casa?- dice el pelirrojo.

-Muy bien- me levante.

Caminamos en direccion hacia las escaleras, entre a lo que era mi habitacion.

-Esta es mi habitacion, aqui hay un baño las Skaters están por allá- señale.

El se dirigió a ellas- ¿esta fue la que usaste en la competencia?- cogió la tabla con la que participe en la primera ronda.

-Si, me la regalo mi papá.

-Es realmente hermosa esta tabla, oye no estuvo tan mala tu presentación.

-¿Gracias? ¿Me debería sentir alagada?

-Aveces no entiendo porque tanta agresividad conmigo- dice el descarado.

-Perdone señor pretender, de hecho no soy ni la mitad de agresiva contigo como lo soy con el urgido de Matías.

-Deberias darle una oportunidad.

-Si quieres darle una oportunidad deberías dársela tu.

-Yo soy de Ava.

-Pero Ava no es tuya.

-Pienso que las dos son... Muy parecidas en la forma de actuar con sus pretendientes- dijo con una sonrisa maliciosa.

Le di un golpe en la cara- a mi no me compares con esa niña fresa porque yo no utilizo a Matías como ella lo hace contigo.

El chico no dijo nada se sentia incómodo y yo también lo estaba.

-Te voy a seguir dando tu tour- salí de la habitación y el me siguió.

La habitación de enseguida era de mi padre así que le mostre el estudio de mi padre.

-Aqui es la sala de trabajo y descanso de mi padre- entramos.

Miro una guitarra y se dirigió a ella- ¿de quien es?

-De mi mamá- se me hizo un nudo en la garganta.

-¿Ella era músico?

-Mi padre se la regalo porque también tocaba guitarra.

-¿Puedo?- el quería tocarla.

-Si- el se sentó en un sillón y yo en el suelo.

El hacia que la guitarra sonara hermosa, las melodías que hacia fluir eran muy bonitas.

-¿Es una canción?- pregunte.

-Estoy improvisando- se ríe.

Sentí esa melodía tan... ¿pacifica? Y se me ocurrió algo.