— Bien chicos hagan filas. — Dijo el entrenador. Se hicieron cuatro filas de chicos y chicas. — Ahora van a voltearse a ver al del frente y esa va a ser su pareja de estiramientos por lo que resta del periodo. A Anderson no le pareció mal como el entrenador los hacía formar pareja, casi siempre la dejaban sola igual. Pero cuando volteo a ver a Wyatt quiso cambiarse de lugar inmediatamente. Wyatt tenía el ceño fruncido y miraba a Anderson con asco.
— ¿Podemos cambiar? — Tres personas habían levantado la mano y hablado al unísono, Wyatt, Christoffer y Anderson.
— No. Ya están las parejas no se quejen. Ahora empiecen con los ejercicios del tren superior. — Anderson suspiró tendría que aguantarse. A Christoffer le tocaba con Brittany, y aunque hubiera preferido estar con su novia, no le hacía mucho problema, mientras Anderson no le gustaba ver a Cooper ni en pintura y viceversa.
— Yo lo odio tanto como tú. — Dijo Wyatt poniendo sus manos en los hombros de Anderson y ella también haciendo los ejercicios que se sabían de memoria. Anderson rio, y Wyatt la vio mal. — ¿Qué te parece tan gracioso, engendro del Demonio? —
— No sabía que me odiabas tanto. Lucifer. — Admitió Anderson con sinceridad. Llamándolo con el apodo que había escuchado que llamaban a Wyatt en las calles. El rostro de Wyatt se desencajó furioso.
— No es necesario mentirte. — Bufó molesto con el ceño fruncido, nadie cruzaba miradas con Wyatt de los chicos cuando estaba molesto, tenían miedo por su historial de violencia.
— Sabía que te molestaba que les hablara a tus amigos. Y si te sientes incomodó puedo dejar de sentarme a almorzar con ustedes. — Wyatt quería golpearse a la cara, la chica era terriblemente manipulable como todas con él, pero lo que no le gustaba era que había apostado por alguna estúpida razón a favor de la chica, seguramente Christoffer y el resto harían lo que fuera para ganar la apuesta.
— No te odio. Solo no me simpatizas. Me pareces una desgraciada sabandija. — Anderson carcajeó siguiendo con el resto de ejercicios que le tocaban.
— Me encanta tu sinceridad Cooper. — Admitió ella. Wyatt quería dejar de ver aquellos ojos que podían leer tu alma.
— ¿Te qué? —
— No eres tan cretino como creí. — Wyatt arrugó aún más el ceño. — Al menos eres sincero, esa es una buena cualidad. — Wyatt rodó los ojos.
— Cállate, cada vez que abres la boca quiero golpearte. — El rostro de Anderson se desencajó. Sabía del historial de violencia de Wyatt. — ¿Qué? ¿Ahora si te doy miedo? — Se burló de ella. Anderson negó sorprendiéndose a sí misma.
— Sinceramente, eres como una patada en el trasero, un cretino, pero sé que no eres tan desgraciado. — Anderson sabía que Wyatt había tenido oportunidades para hacerle daño. ¿Por qué hacerle daño ahora? Wyatt Bufó, sosteniendo una pierna de ella y Anderson la de él estirándose.
— ¿Cómo lo sabes? — Anderson se encogió de hombros.
— Nada en especial. Solo lo sé. —
— Cállate mejor. —
— Ni que fueras la mejor compañía del mundo, entiendo que yo no sea nada interesante. Pero tú eres todo un caso también. — Se rió de él. Wyatt quería decirle de la apuesta que tenía su novio y borrarle esa bonita sonrisa que ella tenía en el rostro desde que salía con Chris.
— Pero aun así eres mejor que yo supongo. — Aquello dejaba a Wyatt sin aire. La chica que había dicho hace días que el entraría en el resto de estadísticas de muertos y demás, estaba diciéndole que él era mejor que ella. ¿Era una forma de burlarse de él?
— ¿Qué quieres decir? — Anderson negó con los ojos brillantes.
— Nada olvídalo. Sigamos con los demás estiramientos. — Él podría ser un idiota, pero la chica si era muy extraña.
👀🔫
— Vayan pensando en su proyecto final a entregar al final de este periodo. —Dijo el profesor de Artes plásticas, a él no le interesaba mucho porque a sus alumnos tampoco les causaba interés.
La única que parecía hacer algo era Anderson. Quien estaba trabajando con arcilla. Christoffer charlaba entretenido con algunas chicas que le coqueteaban pidiéndole que quisieran dibujarlo sin camisa.
— ¿Qué haces? — Wyatt le preguntó sin mucho interés, estaba recostado en una silla cerca de ella, y no quería caer del sueño, Edward, Christoffer y los demás habían hecho un circulo extraño coqueteando y bromeando, causando tanto ruido que estaba haciéndole daño a su cruda.
— Trabajar en mi proyecto final. — Dijo ella sin dejar de ver la arcilla en sus manos. Haría una estatuilla. Wyatt enarcó una ceja impresionado, esas curvas en la arcilla eran las de una mujer, reconocería ese tipo de curvas en cualquier lado.
— ¿Eres lesbiana? — Casi lo afirmó, Anderson rió.
— Salgó con tu amigo Christoffer por si no te habías dado cuenta. — Wyatt volteó a ver a Christoffer quien coqueteaba con el resto de chicas.
— No lo parece mucho. — Dijo y Anderson volteó a ver a Christoffer también, ella solo sonrió y Wyatt pensó que le armaría una escena de celos. — ¿No tienes celos? — Pregunto esperando un poco de salseo que tal vez lo ponga de muy buen humor, Anderson negó mojando un poco más sus manos.
— ¿Por qué? —
— Por las chicas cerca de tu novio. — Ella negó.
— Los tipos como Christoffer no necesitan novias que les armen escenitas de celos. — Dijo ella muy segura, él enarcó una ceja ¿Tipos como Christoffer? ¿Cerdos mujeriegos? — Además se está iniciando la relación. Él necesita más confianza en sí mismo, por eso busca la atención y la aprobación de otros. — Wyatt carcajeó. — Yo soy su novia, no ellas por más que quisieran. —
— Eres ridícula. — Anderson sonrió a medias.
— Gracias ya lo sabía. — Dijo sin afectarle para nada el insultó. ¿Era inmune a los insultos? Wyatt estaba helado, tragando fuerte, se había sentido molesto, ¿Se burlaba de él la muy desgraciada?, pero su cabeza ya no martillaba tanto.
— No, es que... Me refiero a que podrían quitarte al imbécil de tu novio frente a tus narices. Y tú no harías nada. — Dijo obvio.
— Estoy haciendo algo, sin hacer nada. — Dijo ella sencilla. Poniendo más material sobre la estatuilla que pensaba hacer. Wyatt observó bien sus manos, eran muy delicadas a pesar de que en una tenía una cicatriz que aún no había curado del todo y que estaban sucias por la arcilla.
— ¿Tú ya has pensado en que vas a entregar? — Le preguntó curiosa. Wyatt negó totalmente concentrado en lo que ella hacía. — Podrías hacer un dibujo. — Él enarcó una ceja. — He visto tus manos, tienes manos de artista, creo que podrías hacer algo bueno con ellas. Un dibujo simple. — Wyatt negó con una mueca en vez de una sonrisa.
— Creo que estas se utilizan mejor para otras cosas. — Dijo arrollando sus mangas, mostrando sus brazos varoniles con unas venas que resaltaban a pesar de su edad y que no se veían mal, luego haciendo señas que se podrían interpretar como obscenas, Anderson carcajeó.
— Qué asco Cooper. — Entonces Wyatt rió también.
— No me refería a eso pervertida. — Ella siguió riendo y él también por el rostro sonrojado de Anderson.
— Si claro, cerdo. — Se rió con él.
De reojo a las chicas no les gustaba que Wyatt riera con ella, él no reía solo coqueteaba, pero estaba riendo con la novia de su amigo.
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El Demonio es un Ángel © ✔
Roman pour Adolescents"Que lleve el nombre de un Demonio no quiere decir que lo sea." Anderson asiste a un instituto común en donde las apariencias engañan y también los alumnos. El chico malo y tóxico es mejor mantenerlo de lejos aunque luego sea imposible alejarte de...