21. Tú me entiendes.

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Anderson se quejó un poco cuando la enfermera desinfecto sus heridas. Luego abrió su boca para que revisaran y solo le dieron unas cuantas pastillas para el dolor y hielo. Luego de que terminara, el profesor Miller se cruzó de brazos viendo mal, esperando que tenía que decir Anderson.

— No es mala influencia me enseño a andar en bici, o bueno estoy aprendiendo. — Dijo poniendo un poco de hielo en sus labios, ya al menos sentía la lengua y podía hablar bien. — Es un buen chico y aunque no lo creas es mi mejor amigo, bueno confío bastante en él. — Admitió la chica con un sonrojo recostándose pesadamente sobre la almohada, a Wyatt le había agradado que le dejará en claro al profesor eso.

— Como sea. Tú. — Apuntó a Wyatt. — Anda con cuidado. — Dijo antes de salir Miller.

— ¿Segura que tú y Miller no tienen algo? Parecía querer arrancarme la cabeza. — Dijo Wyatt cuando salió y esta negó.

— Mi abuela se hacía cargo de él desde que era un niño. — Negó Anderson siendo sincera con él. — Le tenía mucho aprecio a su nana por lo que la visitaba los fines de semana cuando podía, sobre todo cuando a mi Nana le anputaron una pierna. — Anderson no dejó de sonreír, y Wyatt tragó fuerte.

— Mi Nana ha cuidado de mí desde que yo era una Bebé así que yo lo conozco desde que tengo conciencia. La verdad es que Johnny no es más que como un hermano mayor para mí. — Sinceró Anderson, Wyatt estaba estupefacto ¿Cómo había llamado a su profesor? Se rió un poco y luego negó. No era nada la relación que sus amigos creían que tenían.

— ¿Así que no es nada sexual? —

— Ni por cerca. — Anderson puso cara de asco. — Es algo puramente fraternal. Y tiene esposa. — Anderson sonrió. — Sinceramente sigo siendo tan virgen que no me asombraría sudar agua bendita. — Y Wyatt carcajeó cuando escucho aquello porque de alguna manera estaba de acuerdo.

— ¿Eres muy cercana a tu abuela entonces? — No iba a mentir, Anderson era de las pocas chicas que se merecían su total atención e interés.

— He pasado toda mi vida con ella, es mi todo. — Admitió con sinceridad. — Si tengo buenos modales en la mesa, si me comportó de esa manera en la mesa es porque ella me enseño. También a ser amable con los demás y ayudarlos, ella es una persona altruista, así que supongo que lo herede de ella. — Wyatt enarcó una ceja.

— ¿Qué me dices de tus padres? —

— Sinceramente no te contestare aún a esa pregunta, pero me mude con mi madre cuando tenía 12 años. —

— ¿Las cosas no fueron bien con ella? — Pregunto con interés y Anderson negó, pero no iba a decirle todo.

— Te invitaré un día a cenar a mi casa. Si la perspectiva que tienes de mí cambia, me gustaría saberlo. — Sentencio la chica.

— ¿Invitaras a los demás? ¿Tu madre sabe de Christoffer? — Wyatt sostenía su quijada bajando totalmente la guardia con Anderson, el no seguía las reglas así que tampoco le importaba si a Christoffer o a los demás les molestaba que fuera ahora amigo de Anderson.

— No invitaré a nadie más. — Negó Anderson sonriente. — No quiero sonar grosera pero creo que hay cosas que es mejor omitir. — Wyatt le impresionaba y emocionaba al mismo tiempo, que al él le tuviera la confianza que al resto no le tenía.

— ¿Por qué a mí sí? —

— Porque tu si vas a entenderme. — Admitió Anderson. — Además no sé, pero creo que es porque a ti te conozco más que al resto, sé que no debería decir eso cuando estoy saliendo con Christoffer y quizá se escuche mal, pero te tengo mucha más confianza que a los demás. — Eso bastó para que Wyatt mostrara una sonrisa que para Anderson era hermosa.

— Te ves mejor sonriendo. — Aclaró ella y él quiso evitar sonreír, pero solo le salió una carcajada.

— Soy irresistible también. —

— Eso es obvio, mi mejor amigo es un encanto. — Dijo Anderson subiendo las cejas con emoción, Wyatt volvió a carcajear.

Compartía la misma opinión con ella, solo que ella era una maldita diosa ardiente que tendría a sus pies a cualquier simple mortal como Chris e incluso él, pero no se lo diría porque existía aún una pequeña posibilidad de que perdiera la apuesta en cuyo caso seguiría hablando con su amiga, pero tal vez, solo tal vez, no quería que ella lo decepcionará.

— No puedo creer que casi te rompas la boca y sigas con ganas de querer hablar. —

— Cállate tú entonces. — Anderson se cruzó de brazos haciendo un tierno puchero, haciendo que Wyatt hiciera un esfuerzo por controlarse para no querer aprovecharse de la guardia baja de la novia de su amigo.

Al poco tiempo los chicos se enteraron que Wyatt y Anderson no estaban cerca, al llegar al campamento y cenar con los demás en un comedor, Miller les comentó que Wyatt llevó a Anderson a la enfermería temprano, pero que ahora están en la cabaña cenando. Lorraine no se enteró de nada de eso porque estaba en la cocina, con su clase que le había tocado preparar la comida.

Cuando llegaron a la cabaña en la que estaban acomodadas las chicas de su clase, podían escuchar en un salón las carcajadas de Anderson y Wyatt. Christoffer no pudo evitar sentir celos, ella nunca había reído así con él, y a Wyatt tampoco le gustaba reírse. ¿Porque se reía?

— ¿Y qué hiciste? — Pregunto riendo Anderson.

— Me lancé del segundo piso a caer en el techo de una casa que estaba abajo, por suerte no se quebró porque caí en la orilla. — Dijo Wyatt riendo. — Si no me hubiera tocado pagarlo y también lo de la calefacción, yo no sabía que la mocosa no le decía a sus padres que ya tenía sexo. Hubieras visto el rostro de su padre, quería molerme a golpes. — Anderson solo se carcajeaba.

— ¿Y no has vuelto a verlo? — Wyatt lo meditó y asintió. — ¿Qué te dijo? — Pregunto curiosa.

— Nada, lo vi una vez en un bar, pero me salí antes que comenzará a correr. Podría haberle tirado los dientes, pero no quería matar al viejo de un infarto. — Ella seguía carcajeando. Wyatt le pasaba el batido con mucho hielo a Anderson para que lo tomará directamente, sus manos estaban vendadas por los raspones por lo que el sostenía el vaso. Esta sonrió agradecida, y aún más cuando vio a los demás entrar.

Megan sonreía de oreja a oreja, ni cuando Maya "la chica de Wyatt" se había enfermado había actuado así, e intentado cuidar de ella como lo hacía con Anderson.

Megan lo supo, Anderson no sería la chica de Wyatt o solo su chica especial, sería Anderson la chica por la cual Wyatt se preocupa y puede reír con ella como con nadie.

Wyatt no iba a decirlo, pero le molestaba que arruinaran el momento, él se sentía realmente a gusto con Anderson a solas.

— ¿Qué te pasó? — Pregunto Christoffer acercándose a su novia rodeando el sillón y sentándose del otro lado. Megan no pasó desapercibida la cara de molestia que tenía Wyatt cuando vio que Chris la beso en los labios.

— No hagas eso. — Pidió Anderson sonrojada. — Me duelen. — Dijo mostrando lo hinchados que estaban sus labios, Edward vio divertido por la situación.

— Cooper me estaba enseñando a andar en bicicleta, ya puedo un poco, pero no sé cómo usar bien los frenos por lo que fui a caer a un tronco y lo último que recuerdo es que Wyatt me llevó a la enfermería. Pensé que iba a necesitar un dentista. — Dijo divertida y Wyatt rió con ella.

— No sabía que te gustaba enseñar a andar en bici. — Dijo Chris viendo mal a Wyatt, este rió, y los demás notaron en sus rostros la molestia que sentían con el otro. Casi sentían que iban a presenciar una pelea.

— Bueno solo termina de darle el batido, necesita que el hielo le ayude. — Dijo levantándose en dirección de la salida. — Y dáselo en la mano, porque duele, ¿No es cierto? — Anderson asintió sonrojada.

— Pero si es mucha molestia no es necesario. — Negó. Wyatt se acercó a esta y plantó un beso en su sien, cosa que Chris no le hizo gracia. Anderson solo sonrió, realmente sabía que tenía ahora una buena amistad con Wyatt y que él no era el chico malo que parecía ser, Wyatt no era una persona tóxica, a pesar de llevar una vida tóxica. 

El Demonio es un Ángel © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora