El Demonio es un Ángel © ✔

22. Se sube la apuesta.

Gracias por su voto. 🙇💖

— Creo que es necesario que hablemos. — Dijo Chris llegando a la cabaña antes que todos seguido de Edward. Wyatt estaba viendo piezas para motos en internet, necesitaba una para la suya.

— ¿Sobre qué o qué? — Pregunto Wyatt con el ceño fruncido.

— Sobre Anderson, entiendo que por la apuesta es necesario que pasemos tiempo con ella, pero como tu amigo y su novio estaría agradecido de que no te acerques mucho a ella. — Le pidió Chris. Wyatt no pudo evitar reír sin nada de gracia.

— La farsa de noviecito lameculos celoso hazla cuando ella esté presente, a mí no me jodas porque cuando toda esta ridícula apuesta termine ella lo sabrá y no tendrás que fingir que te gusta. — Rió Wyatt.

— ¿Qué pasa si en verdad me gusta? —

— Por favor es de Anderson de quien hablamos. Además ¿A ti que te importa de quien soy o no amigo ah? — Wyatt se levantó dejando su computadora.

— ¿Amigo? Es una apuesta, como tú dices. Así que deja de fingir que tú también que te interesas por ella. — Antes que Wyatt propinará el primer golpe, era su amigo, pero era un grano en el culo, Edward se interpuso.

— Relájense, hablamos de Anderson. — Se rió su amigo. — La zorra psicópata. -

— Lo que pasa es que le da miedo perder la apuesta. — Wyatt si le propinó un derechazo, no tenía tanta paciencia como el resto, no le iba a tirar un diente con eso, pero si lo haría reaccionar.

Le hizo borrar esa sonrisita socarrona que tenía según Wyatt. Chris tuvo que sobar su mandíbula porque tal vez para Wyatt no lo había golpeado del todo, pero Chris casi sintió que le podría partir la cara en dos.

— Ni siquiera por un momento se me pasó eso por la cabeza, ¿Saben qué? Subámosla un poco que sean $2000. Megan estará de acuerdo conmigo, todos ustedes van a perder. Eso se los aseguro. —

Wyatt se molestó tanto que tomó sus cosas y fue a darse una vuelta al campamento en la noche, trotó hasta que ya no sentía mucho aire en sus pulmones, se sentía fastidiado y molesto.

El sudor recorría su piel y el aire de la noche era asfixiante y un poco helado. No sabía si era culpa suya o de Anderson, pero quería golpear a alguien. Se encontró a Anderson fuera de su cabaña bebiendo con mucho cuidado un batido, parecía el destino.

— ¿Sabes que vas a enfermarte cierto? — Lo dijo por el sereno de la noche.

— Cierto, pero ahora mismo me duele todo, y van a hacerse manicura, pedicura y no sé qué demonios. Creo que también van a tinturarse el cabello. — Anderson lo dijo con cara de asco y Wyatt carcajeó.

— ¿No te gustan esas cosas? —

— Seguramente después querrán que cambie de Look y no me apetece gastar dinero por algo tan estúpido como eso. — Se quejó y Wyatt entendió.

— ¿Por eso tienes ese trabajo? — Pregunto y ella asintió.

— Cubre mis gastos básicos además la señora Bianca ha sido amable conmigo, pero también necesito un trabajo nuevo no importa que me rompa la espalda. — Dijo suspirando por sus nuevos moretones y demás. Wyatt se lo pensó un momento.

— En un bar que conozco están buscando meseras. — Dijo Wyatt, Anderson lo vio mal. — Es un Bar decente, no se permiten armas solo alcohol, billar, comida rápida, hay días en la semana en que hay strippers, pero creo que te va a gustar, la paga es buena. — Anderson no podía negar que la oferta era tentadora.