55. Tú me conoces.

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Gracias por su voto. 💖

— Pero en la apuesta no dijimos que fingiríamos amistades. — Negó Wyatt. — Eso era real. — Dijo sincero. — Si no hubiera sido así, yo ni siquiera me habría interesado en ir a visitar a tu abuela. O no te hubiera acompañado al hospital para que tu madre este en ese centro de Ayuda. Eso fue real, nadie me puso un arma en la cabeza para que lo hiciera por obligación. Lo hacía y no me quejaba ni me quejó porque se trata de ti. — Habló Wyatt sincero.

— Tú me conoces sabes que yo siempre he sido sincero contigo. Y siempre voy a serlo —

— A mí nadie me obligo a ayudarte. — Dijo Megan agachando la cabeza. — Si eres un poco ingenua, pero eres la mejor influencia que tengo, todos los demás están más enfermos de la cabeza que yo. — Se quejó Megan riendo cuando Edward y Wyatt la vieron mal. Anderson sonrió de manera casi imperceptible, pero ellos lo notaron aún tenían la esperanza de que fueran perdonados. — Jamás había tenido una amiga tan tierna y buena persona como tú. Casi siento que no te merecemos —

— Si quizás debimos habértelo dicho antes, pero de verdad eres una buena amiga, al menos yo si te considero la mejor de todas. — Dijo Edward viéndola a los ojos, se sentía triste y dolido, sabía que aquello había sido en cierta parte por su culpa. Anderson suspiró sacando todo esa indiferencia de su sistema.

— ¿Qué aprendieron de todo esto? — Pregunto. Edward levanto la mano como si estuviera en el instituto.

— ¿Qué no hay que apostar sobre otras personas? —

— Que no hay que mentirle a tu amiga. — Dijo Megan, Anderson volteo a ver a Wyatt.

— Que no hay que juzgar sobre las apariencias. — Ella asintió todo lo que habían dicho era cierto. Ella no podía juzgarlos, ni siquiera su propio creador lo hacía, ¿Por qué lo haría una simple mortal?

— Así es. Medítenlo, y ya que saben que errores cometieron aprendan de ellos. Yo mientras tanto no tengo nada que hacer por ustedes, más que darles las gracias esto va ayudarme a madurar mucho. — Dijo con una sonrisa llena de tristeza, ese día dormiría bien, sin ningún tipo de remordimiento o malos pensamientos. Se dio la vuelta caminando hacia un taxista. Wyatt la detuvo.

— Yo puedo llevarte. — Casi rogó.

— No te preocupes Wyatt. Yo puedo ir sola. — Lo miro resentida.

— ¿Pero todo está bien con nosotros? — Pregunto Edward, podía sentir que la única amiga que lo había querido de verdad se iba.

— Con ustedes todo está bien. — Sonrió ella volteando a verlos sonriente. — Yo por otra parte estoy muy mal. — Negó. — Quizá se me pase dentro de poco, mis enojos no duran mucho. — Rio Anderson. — Buenas Noches, los veo mañana compañeros. — Rio alejándose.

Les había mostrado parte de su intimidad a ellos, había orado por ellos, y la decepción que sentía ahora eran solo sentimientos encontrados, no quería ser una mala persona, y si lo estaba siendo luego se arrepentiría, por ahora solo quería volver a como era antes sin nada de dramas más que la drogadicta de su madre pidiéndole que se matará y que le haría un favor. Suspiró con pesadez cuando entro al taxi.

A la mañana siguiente todo volvió a relativa normalidad. Ella llegó 15 minutos antes como siempre, tenía un poco de ojeras, pero todo estaba bien. Entrego sus tareas a tiempo. Incluso trabajo en equipo con otros compañeros en otras materias.

— ¿Así que ya no estas saliendo con Chris? — Pregunto Brad Montgomery sentándose con Anderson a almorzar cerca de la cancha de grama, al aire libre.

— Si estas apostando con alguien sobre quien se tira primero a la ex novia de Chris, déjame decirte que estás perdiendo tu tiempo. — Dijo masticando lentamente su comida, Brad sonrió no era precisamente sobre eso que había apostado.

— No hice ese tipo de apuesta. — Negó sonriente.

— Ya veo. ¿Cuál es ahora? — Pregunto. — Si es porque parezco niña mimada debes saber que no, ni siquiera un poco. Vivo sola. ¿Está bien? Y necesito un nuevo lugar al que mudarme. —

— Lo sé ¿Soy tu vecino recuerdas? — Dijo Brad riendo. — Vi cuando llegaron a traer a tu madre. — Las mejillas de Anderson se tiñeron. — Da buenas patadas. — Rio Brad y Anderson carcajeó por primera vez en toda la semana.

— Si creo que la mandíbula de ese pobre hombre sufrió un poco. — Dijo Anderson riendo.

— Y estas rentando tu casa pronto. — Dijo mas como afirmación.

— Si, ya está el trato, solo tengo que encontrar un lugar al que mudarme. — Dijo ella viendo a lo lejos como algunos de sus compañeros jugaban. Y pensando en que aún tenía muchas cosas suyas en el departamento de Wyatt.

— ¿Por qué no te quedas en esa casa? — Pregunto curioso. Ella sonrió.

— Eso no te interesa. — Rio divertida al ver en el rostro de Brad la decepción. — ¿Sobre qué estas apostando? — Dijo viendo a su grupito de Amigos, entre ellos estaba esa chica que se llevaba mal con los otros populares, Ángela.

— Sobre porque terminaste con Chris. — Dijo viéndolos de reojo, para que no leyeran sus labios.

— ¿Están apostando sobre si dormimos juntos y luego el me dejó? — Ella había escuchado ese rumor en los baños. El asintió. — ¿Y tú que apostaste? — Dijo viéndolo sonriente a los ojos totalmente interesada.

— Yo digo que no tuviste sexo con él. — Rio al ver de reojo la molestia que causaba en Chris por coquetear con su ex cuando ella no dejaba que se acercara a ella. Al otro lado Wyatt pensaba en las maneras de romperle las piernas a Brad. Edward y Megan veían mal también la posición de ambos. Anderson sonrió y asintió.

— Apostaste bien. — Dijo alejándose del chico. Siguió comiendo sus frutas, y su batido.

— ¿Vas a decirme por qué terminaron?— Preguntó.

— Porque Chris es un mujeriego y tenía sexo con Brittany mientras salía conmigo por una apuesta. — Dijo Anderson mientras sonreía.

— Perfecto. — Rio Brad. Se acercó a Anderson y besó su mejilla mientras susurraba a su oído. — Te veo luego para darte tú parte de la apuesta. — Rio alejándose bajo la mirada de varios de sus compañeros. Anderson rio divertida. Y luego se levantó para ir a la biblioteca cuando termino su almuerzo.

La semana pasó con tranquilidad para Anderson su madre no estaba para gritarle cuando llegaba a casa, aún no encontraba un departamento que se lo rentaran solo para fin del año escolar. Solo había contratos para un año y ella no iba a quedarse, no iba a decepcionar a Miller.

Chris había intentado hablar con ella en muchas ocasiones en las que ella lo dejaba hablando solo y dándole las excusas a la pared.

🍺🍻


— Creo que deberías dejar de beber. — Recomendó Megan a Wyatt quien llevaba su décima cerveza y tenía las demás acumuladas.

— Estoy bien. — Dijo relajado. No, no lo estaba. No estaba bien, le hacía falta Anderson, solo se le iban los ojos cada que la chica pasaba a su lado. Parecía que iba a morir pronto si seguía a ese ritmo.

— No lo pareces. — Dijo Edward comiendo su hamburguesa.

— ¿Por qué no le dices que te gusta? — Preguntó Megan y Edward rio.

— No va a hacerlo. —

— No va ayudar en nada. Ni siquiera puede verme. — Suspiró con frustración frotando sus ojos con ojeras y bebiendo de su cerveza.

— Ella te quiere. — Dijo Megan. — Solo que es tan ingenua que aún no se ha dado cuenta de lo que siente por ti.— Y Megan si notaba la mirada de tristeza que tenía Anderson, a ella le hacía mucha falta Wyatt.

— Olvídenlo. — Dijo abriendo otra cerveza. Anderson se acercó con su otra orden de papas para Edward. Estaba a punto de regañar a Wyatt por haber bebido tanto.

— ¿No vas a regañarlo? — Pregunto divertida Megan. — Creo que quiere conducir así. —

— Si él quiere conducir así y matarse es su decisión Megan. Ya tiene 20 años. — Dijo mencionando que hace poco habría de cumplir 20 años.

Anderson solo siguió atendiendo al resto de clientes. Por suerte era Sábado, al día siguiente tendría todo el día libre para estar con su abuela.

Eran las 3:38 am. Cuando su celular comenzó a sonar, eran llamadas de Edward, frunció el ceño extrañada, luego eran llamadas de Megan. Suspiró y contesto.

— Es muy temprano. — Dijo bostezando.

— Wyatt tuvo un accidente. Está en el Hospital central. — Dijo Megan antes de siguiera hablando Anderson se levantó con rapidez y se puso un short, zapatillas, suéter y llamar un taxi lo más rápido que pudo.

Cuando llegó al hospital estaba asustada, su cabello estaba despeinado, sus ojos a punto de derramar lágrimas.

— Disculpe señorita. Busco a Wyatt Oliver Cooper. — Le dijo a la secretaria. — Al parecer acaba de tener un accidente y...— Megan llegó hasta la secretaria en donde estaba Anderson.

— No se preocupe yo la llevo. — Dijo Megan a la secretaria y Megan arrastro a Anderson a la sala de emergencia con el resto de pacientes eran habitaciones separadas por extrañas paredes de tela. — Estaba demasiado borracho, por suerte su motocicleta no quedo hecha pedazos. — Anderson se preocupó más.

— ¿No mató a alguien más, cierto? — Pregunto alarmada. Megan negó, abriendo la extraña puerta en donde estaba Wyatt. Suspiró con pesadez al verlo lleno de moretes, y tenía una férula en el brazo izquierdo.

¿Quieres que te deje sola?— Anderson asintió. No sabía qué hacer. Se sentía aún lastimada por el chico pero lo que menos quería era verlo malherido o lastimado.

Era su Wyatt cretino y sincero después de todo, él que le había enseñado a andar en bicicleta, le había enseñado a conducir, él que la había llevado horas muy tarde en la noche a casa, que había impedido que unos chicos le hicieran daño, y había estado con ella en el hospital y la abrazaba mientras relataba cada uno de los abusos de su madre.

El que tenía pesadillas en las noches y cuando ella lo abrazaba paraban. Sabía cocinar y a pesar de que a veces le gustaba más la comida congelada, le gustaba cocinar más saludable porque ella se lo había pedido, se había equivocado al igual que todos pero eso no quitaba que él fuera un buen chico con ella, la había ayudado mucho, y siempre aparecía en los momentos que necesitaba de alguien.

Él siempre había estado ahí, y ella le había hecho una promesa quería ver esos tatuajes cuando fuera viejo y reírse incluso de ellos si era posible, ahora sentía que cumplir esa promesa no sería posible y si Wyatt no estaba ahí después, ella no sería capaz de recuperarse de todo eso si el no estaba ahí para ser sincero y decirle que a veces era muy tonta. 

El Demonio es un Ángel © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora