35. Lilu. 💕💖

11K 1K 95
                                    

Gracias por su Voto. 💖

— Baja la silla. — Le pidió Anderson a Wyatt mientras Anderson tomaba a su abuela entre sus brazos para bajarla, ahora entendía porque era tan fuerte a pesar de parecer tan frágil. Comenzaron a caminar por la acera hacía el lado contrario por el que venían.

— ¿Adivina qué? — Pregunto su Abuela a Anderson.

— ¿Sí? —

— La señora Nancy de enfrente, va a ser Tatarabuela. — Sonrió Y Wyatt iba empujando esta vez la silla.

— ¿En serio? Vaya esa familia no para de crecer. — Dijo Anderson sonriendo y poniendo atención a su abuela.

— Es una gran bendición poder conocer a tus tataranietos. — Anderson asintió dándole la razón. — Haber si yo conozco a mis bisnietos, sería todo un regalo. — Anderson comenzó a toser por ahogarse con su propia saliva, y Wyatt a reír a carcajadas.

— Aún falta mucho para eso abuela. Quizás por parte de mis primos sí. Aunque por mi parte tardará un poco, pero la primera en saberlo después de mi pareja serás tú. — Dijo Anderson con la cara roja por toser tanto.

— ¿Y qué me dices de ti muchacho? ¿Tienes novia? — Wyatt negó.

— Soy un poco...—

— Mujeriego. — Completo su frase Anderson. — Mala influencia y las chicas se derriten por él abuela, pero no le hace caso a ninguna. — Wyatt la vio mal y su abuela rio.

— Ya llegará una que te haga para acá y para allá a su antojo, y tú ahí bien ido y tonto. Los hombres cuando se enamoran son bien tontos. — Dice su Abuela y Anderson rio.

— Quiero ver eso. Va a ser divertido. —

— Oh pues yo no creo que tengas que esperar por mucho. — Dijo al ver como Wyatt veía a su nieta. Wyatt intento ignorar esa mirada y solo volteó a ver a otro lado. — Aunque me pregunto cómo sería esa relación. — Exclamo la señora en voz alta.

— ¿Qué relación? — Su nieta estaba sumamente distraída.

— Para que una relación sea duradera y sana, ya sabes deben ser personas con los mismos gustos. ¿Por qué que concordancia tienen la luz con las tinieblas? — Anderson escucho las frases que escuchaba de su Abuela seguido cuando era pequeña.

— Él es buena persona abuela, no lo parece. Pero tiene un buen corazón. — Admitió Anderson diciendo esas palabras por primera vez en voz alta. Wyatt enarcó una ceja. — No te presentaría a mi abuela si supiera que eres tan cretino como pareces. — Wyatt carcajeó al igual que su abuela.

— Bueno, entonces hijo, cuídese de las víboras que cuando un hombre es bueno las mujeres a veces se quieren aprovechar de eso. —

— Abuela. —

— Bueno no todas, mi nieta es un encanto. —

— Abuela. Eso lo dices porque soy tu nieta. — Volvió a Exclamar Anderson con vergüenza.

— Lo se Abuela. — Le sonrió Wyatt a la señora. Y esta lo tomó como solo ella sabía. Bien decían por ahí que más sabe el Diablo por viejo que por Diablo.

Entre carcajadas y risas regresaron a su casa. Anderson y Wyatt hicieron juntos el almuerzo para los tres eso obvio de acuerdo a la dieta estricta que debía llevar la señora mayor.

— Bien ¿Quién va a dirigir la oración? — Pregunto en voz alta la abuela de Anderson. Observo a Wyatt con paciencia.

— Lo siento, yo no Abuela. No soy bueno en esas cosas. —

— Él es Ateo abuela. —

— Oh bueno, respeto eso. Solo escucha entonces. ¿Puedes orar tú Lilu? — Le preguntó a su nieta.

— Sí. — Ella cerró los ojos y unió las palmas de sus manos y los codos sobre la mesa. — Gracias Señor, por el pan de cada día, por las bendiciones que nos das y por cuidar de nosotros todo el tiempo, perdónanos si hemos hecho daño u ofendido a las personas que nos rodean, ayúdanos a bendecirlas y ayudarlas, cuidar de ellas. Gracias por cuidar de Edward y ayúdanos a lidiar con las consecuencias de nuestros pecados. Amén. — Era una oración sencilla pero no quería poner más incómodo de lo que estaba a Wyatt.

— ¿Quién es Edward Lilu? — Preguntó a su nieta.

— Es un compañero del instituto. — Habló Wyatt.

— Es otro de mis amigos, le dije que lo traería cuando se mejore. —

— ¿Y qué le pasó? —

— Estábamos en una casa embrujada en un parque de atracciones y la estructura al parecer no estaba bien sujeta y calló encima de los dos, de Lilu y de Edward. — Apuntó Wyatt a Anderson. — Luego Lilu lo sacó de entre los escombros y lo ayudó incluso le donó sangre. — Dijo y la abuela vio mal a su nieta.

— Esas cosas hechas por humanos, no son muy seguras. — La regaño. — Esta bien lo que hiciste por tu amigo, pero cualquier cosa podría haberles pasado en un parque de atracciones. — La riño.

— Si Abuela. — Se limitó a decir.

— Y no te regaño a ti porque no lo sabías, pero a la próxima te regaño también. — Amenazó a Wyatt y este asintió sonriente. Se sentía bien que alguien se preocupará por ti, alguien como su madre lo hacía cuando era un niño.

— ¿Y tu madre como ha seguido? —

— Bien. — Se limitó a decir Anderson.

— ¿Y el tratamiento? —

— Mejorando. — Dijo sin más.

— Ay mi Hija. De verdad que la culpa la tengo yo por no haberla sabido educar. — Y Anderson negó.

— Cuando los hijos crecen abuela, hacen lo que ellos decidan hacer, así este bien o este mal. — Le corrigió Anderson. — Se echa a perder en este mundo quien quiere. — Reiteró.

— Sí, pero ante los ojos de Dios está mal. — Regaño su abuela.

— Sí, pero nosotros no tenemos los ojos de Dios. — Anderson no dejó de ver su comida. Y la discusión se vio por finalizada.

— Bueno. Tal vez venga el otro fin de Semana. — Se despidió Wyatt de la Abuela de Anderson besando sus mejillas. Fue a ponerse el casco y volteó. — Estaba pensando que le vendría bien si ayudo a construir con Anderson una rampa para usted para que se le haga más cómodo salir. — Dijo porque eso era cierto, y a Anderson le brillaron de emoción los ojos.

— Claro vengan el fin de semana, les prepararé algo. — Dijo despidiéndose de su nieta. — Tienes razón parece un lindo jovencito, además si mis Bisnietos sacan sus ojos o su nariz serán preciosos. —

— Abuela, no es nada de lo que crees. — Negó Anderson avergonzada pues sabía que ahora Wyatt la molestaría con eso en el instituto. Besó sus mejillas y se despidió de ella.

El Demonio es un Ángel © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora